Gabriel Revuelta y Joaquín Herrero, responsables de la editorial Ciudad Nueva "Hace falta contar historias y pensamientos fundados en la vida"

(Jesús Bastante).- Hoy nos acompañan dos amigos de la editorial Ciudad Nueva. Son Gabriel Revuelta, antiguo director de la editorial, y su sucesor Joaquín Herrero. Vamos a hablar más de existencia que de Teología. Del movimiento focolar y del proceso de beatificación de su fundadora. De Francisco y de Kiril. En definitiva, de cómo la Iglesia va saliendo de sus mundos más cercanos.

Para empezar contadnos qué es "Ciudad Nueva". De dónde viene, a quién pertenece. Y cuáles son los grandes ejes de la editorial y la revista.

Ciudad Nueva arranca a principios de los ochenta en España. Está inspirada en los valores de la espiritualidad colectiva de movimientos "focolares", y tratamos de dar una difusión a estos valores de origen. E impulsarlos. Hoy día, todo este ideario está encarnándose en el contacto con la realidad actual: con el mundo de la cultura , de la política, de la sociedad y la filosofía. Y mantener este nicho nuestro, muy fuerte y muy conocido que es la "patrística".

Es la editorial especializada en castellano en los Padres de la Iglesia. Y muy abierta a esa espiritualidad de los focolares de Chiara de trabajar por la unidad independientemente del credo de cada ser humano.

Sí, muchas veces nos han preguntado qué sentido tiene que le demos tanto protagonismo a las colecciones de los Padres de la Iglesia, por un lado. Y por otra parte que tengamos otras muy abiertas para el hombre de hoy. Y en realidad fue una intuición de la fundadora del movimiento focolar, Chiara Lubich. Crear un caldo de cultivo para preparar la acogida de este carisma de la unidad que habla tanto de diálogo. Y para crearlo, es necesario que se conozcan la vida y el pensamiento de los primeros cristianos. Volver a las fuentes, que fue un lema del Concilio Vaticano II.

Este fue el motivo por el cual comenzamos a traducir obras de los Padres de la Iglesia directamente del griego y el latín. Para divulgarlas. No son obras teológicas al uso, más bien existenciales. Los primeros cristianos se encontraron en un contexto en el que estaban dando la vida para ser coherentes con aquello que habían recibido de los apóstoles. Algunas obras son entrañables. Cumplen su cometido de dar a conocer el patrimonio de la Iglesia. No solamente de los católicos sino de todas las iglesias.

Estamos hablando de la época en la que entre religiones no había grandes cismas. Aunque había ya divisiones, el humus de la relación casi directa con Jesús y los apóstoles estaba ahí.

Estaba ahí y nos la transmiten. Y algunas son muy actuales. Dando razón de la fe. Porque estaban en un contexto de pensamiento griego que dominaba sobre todo, muy distinto al cristiano, con lo cual tenían que entrar constantemente en diálogo con esta cultura helenística para explicar en qué consistía esta nueva religión. Y eso es interesantísimo ayer y hoy.

También habéis sacado a la luz un libro delicioso de una de las primeras poetisas cristianas.

Hildegarda de Bingen

Un libro fantástico. ¿Ese diálogo sigue siendo vital, necesario?

Más que nunca. La palabra diálogo la tenemos encima de la mesa todos los días. Creo que hace falta contar historias y pensamiento fundados en la vida. En la realidad. Por eso nosotros tenemos diálogo con otras confesiones cristianas pero no católicas. Y relación con otras grandes religiones, como Hinduismo o Budismo, de mucho calado intelectual y religioso.

Y vamos contando en los libros y también en la revista, nuestras experiencias reales de un diálogo basado en la relación. Buscando esas semillas del verbo que son comunes a todos, como pueden ser la búsqueda de la fraternidad, la paz universal, la transcendencia... Contándolas con la vida propia, y con experiencias reales. Esto es muy necesario hoy en día. Aparte de teorizar sobre el diálogo, para lo que también tenemos expertos y escuelas que lo hacen. Y, por supuesto sin excluir el diálogo y la relación con personas de otras convicciones distintas a las nuestras, pero de auténtica buena fe.

Y si encima de contar con todo esto, te vas a las fuentes, puedes llegar a descubrir cosas impresionantes. Pensadores del siglo III que hablan de los hijos, de la economía, de la usura. Hablan ya de los problemas de la codicia y de la avaricia. Es apasionante. Los mismos problemas, hace muchos siglos.

¿Cuáles son los planes editoriales para este 2016?

Los planes son mantener y fortalecer esta patrística que decíamos tan importante para construir el pensamiento juntos. Pensamos que en toda Iberoamérica se puede desarrollar un poco más. También desarrollarla con otras iglesias. Tenemos pedidos de otras iglesias no católicas, que también utilizan las mismas fuentes que nosotros. Luego está el reto, por supuesto, de la digitalización. No solamente del libro digital, sino de la página web como herramienta amigable de comunicación.

Una comunicación más directa con el usuario.

Tenemos la revista mensual, que es una herramienta muy potente también. Que llega a muchos sitios.

Se llama igual que la editorial, Ciudad Nueva.

Llega a toda España. En resumen: patrística, digitalización, exportaciones, aumentar la revista, salir de nuestros mundos más cercanos y ofrecer las suscripciones en otros terrenos. Hacer artículos de actualidad con ojos esperanzadores. Más optimistas y dando motivos para serlo. Motivos reales, porque los hay.

Pese a toda la que está cayendo.

Claro, lo que pasa es que los medios convencionales a veces subrayan lo más negativo. Pero hay experiencias en el día a día del mundo que son ejemplos de diálogo de fraternidad y construcción.

Uno de los ejes de la actividad focolar es esa "casi obsesión" por la unidad y el diálogo entre todos, para la construcción de un modelo de vida común. Una de las cosas que definen al Papa Francisco, en su política internacional, es ese movimiento por una paz duradera en cualquier sitio. Y por ejercer de puente para trabajar por esa unidad. En poco tiempo se va ver con Kiril en la conmemoración de la reforma, en Suecia. Algo que parecía una quimera hace un par de años. ¿Cómo os sentís los focolares con Francisco?


Hay una gran sintonía. El lenguaje que usa, el interés por la periferia, hacia los más desfavorecidos. Nos hemos encontrado como en casa. Pero creo que nuestra experiencia es la de todos. Es un Papa que ha sabido leer perfectamente cuál es el lugar de la Iglesia hoy. Y está entusiasmando y contagiando esta visión.

¿Observáis, como otros expertos, que hay una cierta oposición interna hacia las cosas que hace?

Siempre que se produce algún cambio, inconscientemente en nuestro interior hay alguna tensión. Es evidente y hasta diría que bueno. Sería rarísimo que hubiera una uniformidad. Es en la diversidad donde está la belleza. Y después negociar, hablar, entendernos.

Focolares es un movimiento muy interesante desde los orígenes, porque la fundadora es una mujer que ha llegado a mandar a hombres de la jerarquía de la Iglesia. Incluso a algún cardenal que tiene espiritualidad focolar. ¿Eso, cómo se lleva en una institución en la que la división hombre y mujer es más palpable que en otras instituciones?

Fue una innovadora. Crear un movimiento en el que había incluso sacerdotes y hasta hay algún cardenal que simpatiza con los focolares. Además, era una mujer que transmitía paz y alegría.

El movimiento está fomentando el proceso de su beatificación. ¿En qué momento de este proceso nos encontramos?

El proceso va bien. Se está tratando de que esto sea una ocasión para que se entienda mejor cuál ha sido este carisma de Chiara. En su profundidad y en sus formas. Cómo, dentro de un movimiento que es laico, haya también religiosos. Dirigido por una mujer.

Juan Pablo II, apoyó en esto. Cuando Chiara le hizo la pregunta de su sucesión en la dirección, si podía ser una mujer o un hombre, él contestó que no "podía", sino que "debía" ser una mujer. Y así ha sido. Ahora es María Voce Emmaus, primera sucesora de Chiara en un movimiento que está en todas las realidades de la Iglesia.

Esto es algo que está asumido, aunque era una cosa un poco extraordinaria hace cuarenta o cincuenta años. Chiara abrió las puertas para que los laicos pudieran encontrar una relación con Dios que parecía reservada a eremitas, o religiosos. Esto es una realidad que está ahí. Basta observarla.

Otra cosa curiosa en vuestro movimiento, es que la muerte de la fundadora no ha supuesto una gran crisis de ideales ni divisiones. Los focolares seguís caminando sin ningún problema.

Siempre se la echa de menos, lógicamente. Pero es una oportunidad que coincide justo con lo que el Papa está pidiéndonos a todos ahora. Salir. "Ahora que habéis acabado vuestra etapa junto a la fundadora donde habéis crecido, lo que tenéis, dadlo al mundo en diálogo y en relación. Sin miedo". Muy en línea con Juan Pablo II y con la línea de Francisco de salir sin miedo. Nos encontramos en esta etapa desafiante.

Joaquín, adelántanos alguna novedad interesante de la editorial.

Un libro que acabamos de sacar sobre el cáncer, De la angustia a la serenidad. Acompañar al paciente con cáncer, de José Luis Guinot.

José Luis es un oncólogo de reconocido prestigio con muchos años de experiencia en el mundo de la oncología en Valencia. Y también miembro directivo de la asociación Viktor E. Frankl. Él utiliza un lenguaje universal, pero con valores que sí que tienen un origen vital, cristiano y personal. Pero totalmente abierto para cualquier persona que quiera acompañar al paciente. O para todo paciente que quiera hacer lo que dice J. Luis: un viaje interior. La experiencia de confrontarse con su realidad, de lucha positiva y esperanzadora.

Son experiencias que marcan.

Me parece una línea muy actual y acorde con salir al mundo con propuestas concretas, vitales y necesarias para el mundo. Sobretodo en el caso occidental, al que asusta la enfermedad y la esconde.

Joaquín, Gabriel, esperamos volver a teneros por aquí. Seguiremos de cerca a Ciudad Nueva, construyendo ese mundo unido al que todos estamos llamados.

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