"Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi", volumen III, 2ª edición 2009 (104)


Hoy escribe Antonio Piñero

La edición de los tres volúmenes de los textos gnósticos de Nag Hammadi (Editorial Trotta, Madrid 1997-2009) ha tenido, al menos en la versión española, un suerte desigual. Mientras que el volumen primero, publicado en 1997, veía una segunda edición en el año 2000 –es decir tres años después- el volumen III, Apocalipsis y otros textos, publicado por vez primera en el 2000, sólo ha conseguido ser reeditado por segunda vez nueve años más tarde, ahora, en el 2009.

Mi impresión no es que la gente muestre menos interés por los temas apocalípticos que por los difíciles textos filosóficos del primer volumen (por ejemplo El tratado tripartito, Zostriano, El pensamiento trimorfo o La hipóstasis de los arcontes), sino que se trata simplemente de un tercer volumen…, y por tanto que la gente piensa...: “Más de lo mismo”. La prueba es que el segundo tomo, Evangelios, Hechos y Cartas, en donde se contienen textos tan interesantes como el Evangelio de María, el de Tomás y el de Felipe, tardó cinco años en ver la segunda edición.

Sin embargo, no es “más de lo mismo”, y por ello escribo esta noticia: cada uno de los volúmenes tiene su interés. El primero porque -aparte de la “Introducción general a la gnosis, y en concreto a la de Nag Hammadi”, de unas cien páginas y que salvo una rara excepción obtuvo excelentes críticas- muestra los textos básicos ideológicos de las gnosis valentiniana y setiana representadas en los textos de Nag Hammadi.

El segundo, por contener los mencionados Evangelios gnósticos, los únicos citados universalmente, incluso por toda suerte de literatura no especialista, como las novelas al estilo y rebufo del famoso “Código da Vinci”.

Y el tercero porque aparte de los textos, que luego mencionaré, contiene los Índices generales a los tres tomos, de cerca de 150 páginas: índices de citas de autores antiguos, de los que se hace algún comentario o comparación, tanto cristianos como ajenos; de autores modernos mencionados o cuyas opiniones son comentadas, de citas bíblicas, del Antiguo y Nuevo Testamento y de los Apócrifos…, de palabras griegas, latinas y copta, y finalmente el índice analítico de materias.

Este último índice me parece de una importancia excepcional para el lector, porque no sólo están indicados los pasajes que tratan de un tema (por ejemplo, el alma, la materia, el cuerpo, la Sabiduría celestial o la Inferior, etc.), sino que en él se ofrece una síntesis del contenido del pasaje que se cita. Pongamos otro caso: supongamos que uno desea saber qué se dice del ser humano "espiritual", o de la "mujer" en todos los textos de Nag Hammadi: el índice se lo dirá con seguridad y sin necesidad de perder tiempo buscando el tema por sí mismo entre tantas páginas.

Otro motivo de interés de los índices analíticos es que de un vistazo puede el lector caer en la cuenta de qué le interesaba a los gnósticos y qué no. Basta con ver qué espacio de citas-textos ocupa cada tema en cuestión. Aquí un ejemplo será de utilidad, a propósito del tema tan traído y llevado de Jesús con María Magdalena. El lema o voz "María Magdalena" en cuestión tiene sólo 15 líneas, lo cual es muy poco en comparación, por ejemplo, con las aproximadamente 250 líneas que tiene el vocablo “gnóstico”, lo que indica claramente que a estos últimos les interesaba infinitamente reflexionar sobre sí mismos y su salvación que sobre el “secreto mejor guardado de todos los tiempos” (sic), como se ha escrito de la "relación" entre Jesús y Magdalena

Otro caso de la importancia de los índices, aunque esta vez referidos no a Nag Hammadi, sino a los Hechos apócrifos de los apóstoles. Si se compara el número de líneas que tiene el apartado “Jesús/Jesucristo”, más de 325, con el dedicado a “María, la madre de Jesús” (4 líneas) y María Magdalena (0), se ve claro que lo que interesaba a la teología popular de los siglos II y III eran los problemas de cristología y soteriología (doctrina de la salvación) y que la devoción a la Virgen y la Mariología apenas ocupaban sus pensamientos… Y no digamos el tema de María Magdalena… ¡que no aparece ni una sola vez!

Si ciertos autores hubiera mirado, aunque sólo fuera de reojo estos índices, probablemente habrían sido más prudentes en sus afirmaciones.

Pues bien, creo que es éste uno de los valores del tomo III de la Biblioteca de Nag Hammadi, que ha recibido menos atención que la que merecía. Además tres apocalipsis interesantes, de Adán, Pedro y Pablo y dos de Santiago…, y como complemento a esta segunda edición se ha añadido como apéndice el Primer Apocalipsis de Santiago, tal como se ha encontrado en el novísimo (restaurado en 2006) Códice Tchacos o de Minia, junto con el renombrado Evangelio de Judas, aparecido también en ese mismo códice y que en su momento tanto dio que hablar. Quizá recuerden los lectores que en este blog se le dedicaron dos series (de F. Bermejo y mía, a su análisis e interpretación).

Por esta serie de motivos, no podía dejar de alegrarme por la aparición, aunque tardía de esta segunda edición del volumen III de Nag Hammadi, en tapa dura. Espero que los lectores la disfruten.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopinero.com
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