Los apóstoles de Jesús en el NT



Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Las listas de los apóstoles (II)

Las listas aportan datos para la identificación de los personajes. Simón, nombre de dos de los apóstoles, va identificado con un sobrenombre o con una circunstancia familiar: el primero es Simón Pedro (Mt) o un Simón a quien Jesús le impuso el nombre de Pedro (Mc y Lc). El autor de los Hechos solamente menciona el nombre de Pedro en el primer Simón, mientras que especifica el caso del segundo con su calificativo de Zelotes, Cananeo en Mateo y Marcos. Ahora bien, de la misma forma que por el nombre y su posición en las listas es evidente que se trata de la misma persona, existe la sospecha de que Cananeo y Zelotes no sólo se refieren a la misma persona, sino que posiblemente significan lo mismo.

“Cananeo” fue interpretado desde la antigüedad como oriundo o natural de Caná de Galilea. Pero es muy probable que sea la versión del término arameo qan’ānā, que significa celoso o zelota. De suyo puede ser sencillamente celoso por la ley y por las tradiciones judías, pero también podría ser un término referido a los miembros de la secta fanática o ultranacionalista, que tanto destacó por su actividad en la rebelión de los años 66-70 d. C. contra Roma. Cf. M. Erbetta, Apocrifi del Nuovo Testamento, II pág. 561; C. Roth, The Zealots in the War of 66-73, separata de Journal of semitic studies, 4 (1959) 331-356.

De Andrés añaden Mateo y Lucas que era hermano de Pedro. Los dos Santiagos llevan su correspondiente complemento. Del primero especifican Mateo y Marcos que era el hijo de Zebedeo y hermano de Juan. Marcos añade además que Jesús les impuso a ambos el nombre de Boanergés, que quiere decir “Hijos de Trueno”. Del segundo Santiago aclaran las cuatro listas que se trata del hijo de Alfeo. Mateo va acompañado del apelativo de “publicano” o “cobrador de impuestos” (telōnes), pero solamente en la relación del evangelio de Mateo. El Tadeo de las listas de Mateo y de Marcos aparece en Lucas y en Hechos como Judas el de Santiago. Era necesario en este caso añadir una distinción que evitara la eventual confusión con el otro Judas, el de Iscariote. Así lo hace el relato de la Última Cena cuando cuenta de la intervención de Judas el de Santiago: “Le dijo Judas, no el de Iscariote: «Señor, ¿qué ha pasado para que te manifiestes a nosotros y no al mundo?»” (Jn 14,22).

El evangelio de Juan no presenta ninguna lista sistematizada de los doce. Sin embargo, conoce ese número de los apóstoles de Jesús y hace alusión a su elección. En el discurso pronunciado en la sinagoga de Cafarnaúm, hablaba Jesús de la necesidad de comer su cuerpo y de beber su sangre para conseguir la vida eterna. Ante la dureza del discurso, surgió un cierto debate entre Jesús y sus discípulos. “Dijo, pues, Jesús a los doce: «¿También vosotros queréis marcharos?”» A la valiente respuesta de Simón Pedro “respondió Jesús: «¿No os he elegido yo a los doce?». Y añadía la referencia al caso del traidor, “uno de los doce” (Jn 6,53-71). También se refiere Juan a Tomás como a uno de los doce cuando narra la aparición de Jesús resucitado a los apóstoles junto al lago de Tiberíades (Jn 21,24).

Pero es obvio que el evangelio de Juan hable en diversas ocasiones de los discípulos de Jesús. Según el texto Juan Bautista, dirigiéndose a dos de sus discípulos, dio testimonio señalando a Jesús como al Cordero de Dios. Los dos discípulos le siguieron. Uno de los dos era “Andrés, el hermano de Simón Pedro” (Jn 1,40). Por este motivo recibió Andrés en la tradición el título honorífico de Protocleto (el Primer Llamado). El otro discípulo del Bautista, oculto tras el silencio intencionado del evangelista, fue identificado con Juan, el hijo de Zebedeo. Andrés comunicó a su hermano Simón la gran noticia: “Hemos hallado al Mesías”. Jesús pronosticó a Simón un cambio de nombre: “Eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas, que quiere decir Pedro” (Jn 1,42).

Al día siguiente encontró Jesús a Felipe de Betsaida, la patria chica de Andrés y Pedro. “Sígueme”, le dijo Jesús. Felipe no solamente siguió a Jesús, sino que ejerció el proselitismo comunicando a Natanael la noticia de su encuentro con el personaje del que habían escrito Moisés y los Profetas. Era Natanael de Caná de Galilea y vivía en propia carne la enemistad de dos pueblos tan cercanos como Nazaret y Caná. El diálogo de Jesús con Natanael contiene sendas confesiones de reconocimiento recíproco. En opinión de Jesús, Natanael era “un verdadero israelita, en quien no había engaño”. Para Natanael Jesús era no solamente maestro (Rabbí), sino el Hijo de Dios y rey de Israel” (Jn 1,45-51).

El problema de la identidad de Natanael fue resuelto muy pronto con su identificación con el Bartolomé de las listas de los Sinópticos. Porque el encuentro de Natanael con Jesús acabó al parecer con la incorporación del auténtico israelita al elenco de los discípulos de Jesús. El evangelio de Juan narra la aparición de Jesús resucitado a varios discípulos (mathētáis) junto al mar de Tiberíades. “Se encontraban juntos Simón Pedro, Tomás el llamado Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos” (Jn 21,2). De acuerdo con la relación del evangelista, Natanael era tan discípulo como Pedro, Tomás y los hijos de Zebedeo, todos del grupo de los doce apóstoles. Los que dieron por cierta definitivamente la identidad de Bartolomé y Natanael fueron los autores de la iglesia siria, concretamente, Ishodad de Merw, natural de Merw en Afganistan y obispo que fue de Haditha, en las cercanías de Mosul en Iraq (s. IX).

La duplicidad de nombres se debe posiblemente al hecho de aclarar el nombre ordinario con algún detalle identificativo de carácter familiar o social: Santiago el de Zebedeo, Tomás el Mellizo, Simón Cananeo, Natanael hijo de Ptolomeo. El evangelio de Juan suele prestar atención al detalle de la duplicidad de nombres. En el caso de Pedro, usa preferentemente la denominación de Simón Pedro en alternancia con Pedro y con Simón hijo de Juan. De las siete menciones de Tomás especifica en tres de ellas el texto de Juan que se trata del llamado Mellizo. El dato es conocido por los Hechos Apócrifos de Tomás, cuyo nombre era Judas mientras que Tomás era el apodo, necesario para identificar al apóstol entre los numerosos personajes que tenían este nombre.

Listas de los apóstoles en el Nuevo Testamento

Mt 10,2-4 Mc 3,16-19 Lc 6,14-16 Hch 1,13
Simón Simón Simón Pedro
Andrés Santiago Andrés Juan
Santiago Juan Santiago Santiago
Juan Andrés Juan Andrés

Felipe Felipe Felipe Felipe
Bartolomé Bartolomé Bartolomé Tomás
Tomás Mateo Mateo Bartolomé
Mateo Tomás Tomás Mateo

Santiago Santiago Santiago Santiago
Tadeo Tadeo Simón Simón
Simón Simón Judas Judas
Judas Iscariote Judas Iscariote Judas Iscariote x x x

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
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