La reflexión sobre los orígenes del cristianismo” (IV) (106-D)

Hoy escribe Antonio Piñero


Pasamos finalmente, en nuestro comentario al libro “Reimaginado los orígenes del cristianismo”, al contenido concreto de las diversas partes y capítulos. Para ser fiel, me serviré de las palabras de presentación de los editores mismos.

La primera parte del libro se titula “La importancia de la metodología” (mejor sería ecribir del “método”). Son artículos programáticos que explican la importancia del método interdisciplinar y que muestran que los presupuestos con los que nos acercamos a los textos deben ser tenidos muy en cuenta.

Gerd Theissen hace -en el capítulo “exégesis socio-histórica. Desde los inicios de la investigación histórico-crítica hasta la antropología cultural”- un repaso interesante a los orígenes y logros de la exégesis socio-histórica. Para mí lo más iluminador es la confirmación de la idea que expuse al principio de estos comentarios y sobre la que había escrito hace tiempo: cómo los estudios sociológicos del Nuevo Testamento están enraizados en el método de la “Historia de las formas”, para algunos tan denostado.

H. Moxnes, en su “Interpretación socio-científica del Nuevo Testamento y una hermenéutica del diálogo” se pregunta sobre los presupuestos teológicos de tal método, responde a los interrogantes que plantea su utilización y defiende la necesidad de una hermenéutica del diálogo, a saber aquella que resalta la función comunicativa del texto. El “método hace posible un estudio más riguroso y analítico del modo en el que las identidades cristianas se expresaban en la interacción con sus ambientes”.

John Elliot, autor muy estimado por su obra de iniciación al empleo de las ciencias sociales en el estudio del Nuevo Testamento (What is Social-Scientific Criticism, Fortress, Minneapolis, 1993) –en su artículo “La crítica socio-científica: la configuración colectiva y cooperativa de un método”- ofrece una mirada retrospectiva a los últimos treinta años, en los que han aparecido una riada de trabajos de sociología aplicada al Nuevo Testamento, recordando y valorando la función que los diversos grupos han desempeñado. Elliott se fija en concreto en 4 grupos formados en los Estados Unidos:

a) Bastards (del entorno de San Francisco);
b) el de la Society of Biblical Literature;
c) el formado en torno a la Catholic Biblical Association of America
y d) el grupo Context relacionado con el Jesus Seminar, en California.

Bruce Malina, muy conocido en España, pues de él se han traducido varias obras contribuye con un estudio sobre “Éleos, ‘misericordia’, y la ayuda social: utilización de las ciencias sociales en la interpretación del Nuevo Testamento”. Malina estudia la parábola del buen samaritano (Lc 10,30-37) y pone de relieve la importancia de los escenarios para la adecuada comprensión del sistema social al que hace referencia el texto. Concluye que la ‘misericordia’ para los cristianos es una “obligación interpersonal”, no un mero “sentimiento” o “emoción”.



En la segunda parte del libro, dedicada propiamente a los orígenes del cristianismo, aparece 9 colaboraciones que abarcan las tres primeras “generaciones” de los orígenes: Jesús, el grupo del Documento Q y las comunidades paulinas hasta los Padres apostólicos.

Esther Miquel, en “Aproximación metodológica a la práctica exorcista de Jesús” utiliza los modelos de comprensión de la investigación en materia de antropología (los conceptos de “espíritu periférico”, de “terapeuta o exorcista 'a-moral' y el de “reintegración terapéutica” para esclarecer el significado de los exorcismos de Jesús. Según Miquel, el Nazareno rechazó el status quo social como medio humano adecuado para una vida saludable y liberada proponiendo como alternativo el ingreso en su propio grupo de seguidores, lo que le granjeó el rechazo de las autoridades. Miquel utiliza los criterios de historicidad para sostener que no se puede dudar históricamente de que Jesús fuera un exorcista y un sanador.

Philip F. Esler, en “La muerte de Jesús y el Siervo Sufriente de Isaías: aproximación psico-sociológica a una cuestión histórica y teológica” sustenta la idea que –a partir de los estudios sobre la identidad social- se puede sostener como probable que Jesús comprendiera su muerte utilizando un motivo bíblico, y que ese pudo ser la figura del Siervo de Yahvé que sufre injustamente, y que finalmente será vindicado por Dios. Esler opina que si esta posibilidad fuera real, ayudaría proporcionando una base histórica a “superar el abismo entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe”.

Santiago Guijarro, conocido de los lectores del blog porque hicimos una presentación larga y crítica de su libro sobre los "Comienzos del cristianismo”, y otra también sobre “Los discípulos de Jesús”. En el presente libro Guijarro se propone averiguar cómo el grupo de los discípulos de Jesús –que están detrás de la “Fuente Q”- definieron y construyeron su propia identidad a través de una peculiar recuperación del pasado, seleccionando primero y redefiniendo después personajes y acontecimientos de la memoria cultural y religiosa de Israel (como Abrahán, Abel...). De este modo subrayaron las diferencias con el grupo judío de fuera y minimizaron las divergencias dentro del propio grupo.

Elisa Estévez (“Casa, curación y discipulado en Marcos”) estudia los casos de sanación en el Evangelio de Marcos en los que Jesús envía al curado a casa y le ordena proclamar el resultado del milagro. Muestra así la autora cómo el evangelista selecciona, interpreta y transmite esos milagros para significar que la casa es también un espacio apropiado para el seguimiento de Jesús, no sólo la “itinerancia”, es decir, el seguimiento físico de Jesús, que era cosa de muy pocos. La casa queda así como ámbito apropiado para transmitir la proclamación del Reino y ayuda a configurar la identidad colectiva de los seguidores de Jesús como una “familia alternativa”.

David Álvarez Cineira aporta un interesante estudio sobre “Pablo y las dificultades de los seguidores de Cristo en la ciudad de Roma”. En él intenta hacer una exégesis de pasajes difíciles como 14,1-15,13: quiénes eran en realidad los “fuertes” y los “débiles” en conflicto entre sí, cuyos problemas podían desestabilizar la comunidad cristiana de Roma; 2º Cómo deben comportarse los cristianos de Roma frente a gentes que los atacan y persiguen (Rom 12,14.17-21) y 3º Cómo debe entenderse el difícil texto de Rom 13,1-7: la actitud de los cristianos frente al estado; la obediencia a las autoridades.

Álvarez propone que la doctrina paulina de la obediencia a las autoridades del Estado, como representantes de la divinidad, no es una teoría política general sobre las relaciones con el estado que sea válida -a los ojos de Pablo- para todos los tiempos, sino algo puramente circunstancial.

Esta solución me parece muy difícil de aceptar. Reléase si no el texto.

En la próxima postal concluiremos esta presentación

Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopinero.com

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En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es

“Contenido de la Epístola a los gálatas”

Manera de llegar a este comunicación:

Pinchando en la página presente, arriba a la izquierda, donde hay un par de contactos o “links”. Uno de ellos es “Cristianismo e Historia”

Saludos de nuevo
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