El reino de Dios, los pobres y los violentos (85-08)

Hoy escribe Antonio Piñero

Otra consecuencia de la historicidad del pasaje de Mt 11,2-6 -que considerábamos en la postal de ayer- es para David Flusser la necesidad de tomar también a la letra la frase del v. 5 “Se anuncia [por parte de Jesús] a los pobres la buena nueva (de la inmediata venida del reino de Dios)”. La frase es una cita de Is 61,1-2:

“El espíritu del Señor Yahvé está sobre mí, por cuanto que me ha ungido Yahvé. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado”.


Para Jesús este pasaje bíblico –comenta nuestro autor- debía entenderse al pie de la letra:

“Era el lazo de unión entre la vocación que había recibido al ser bautizado por Juan Bautista en el Jordán y su misión presente: sabía que el espíritu del Señor había descendido sobre él, porque Aquel lo había ungido para anunciar la salvación a los humildes y a los pobres” (p. 50).


Estas palabras suponen que el lector debe comenzar al menos a barruntar que Jesús mismo se creía superior al Bautista, aunque éste fuera nada menos que la personificación del profetas Elías que había de venir para preparar el terreno a la inmediata llegada del Reino:

“Aceptadlo si queréis; él es el Elías que tenía que venir. El que tenga oídos para oír que oiga” (Mt 11,14-15).


Con otras palabras: tenemos en este pasaje uno de los pocos indicios en los Evangelios que apuntan hacia lo que Jesús pensaba de sí mismo.

Por último –y dentro de las palabras de Jesús sobre el Bautista recogidas en este mismo pasaje de Mateo-, Flusser aporta una interesante explicación de la sentencia: “Hasta ahora, el Reino de los Cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mt 11,12) que no es fácil de interpretar. Nuestro autor relaciona este pasaje con el siguiente texto de Miqueas 2,13:

"El que abre brecha subirá delante de ellos; abrirán brecha, pasarán la puerta, y por ella saldrán; su rey pasará delante de ellos, y Yahvé a su cabeza".


Un comentarista judío medieval recogió la siguiente interpretación, antigua, del versículo:

“El que abre camino es Elías y su rey es el descendiente de David”.


Comenta Flusser:

“Según esta interpretación del pasaje de Miqueas, que probablemente ya conoció Jesús, Elías será probablemente el primero en abrir brecha, y le seguirán los que abren el camino con el rey mesías. Según Jesús, Elías ya ha venido en la persona de Juan Bautista. Por eso se abre paso desde ahora el reino de los cielos, y los hombres con valor para decidirse lo arrebatan ya a partir de este momento”.


Por tanto, los “violentos” son los que tiene valor, haciéndose violencia a sí mismos para decidirse a abrir brecha e ir detrás del rey mesías para entrar en el reino de Dios. Ahora bien, el Bautista = Elías, aunque abrió el camino no pertenece al Reino. Forma parte de la última generación antes del reino mesiánico, pero no parte de él. Por tanto -según Jesús- es menor que él.

Por ello, Jesús sintió la necesidad de abandonar el grupo de Juan y seguir adelante con su misión específica: recorrer los pueblos de Galilea para anunciar personalmente el reino de los cielos. Jesús es uno de los “violentos”.

Como se ve esta interpretación de la "violencia" nada tiene que ver con el “Galileo armado”.

Y otra consecuencia, al ser Juan Bautista –para muchos judíos- Elías, y al tener conciencia por su tradición de que este profeta no podía morir, y que de hecho seguía teniendo su lugar reservado en el cielo para cuando terminara su misión, muchos judíos –después de enterarse que Juan había sido degollado por Herodes Antipas- pensaron que no podía haber muerto del todo, que resucitaría de entre los muertos (Mc 6,14): creyeron firmemente que había reaparecido en la persona de Jesús.

En Jesús, según las gentes, se habría encarnado el espírito de Juan Bautista, e indirectamente con él el espíritu de Elías.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopinero.com

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En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es

“El núcleo del ‘evangelio’ de Pablo de Tarso”

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