"La edificación de un templo nuevo". "Catástrofes cósmicas" (88-12)

Hoy escribe Antonio Piñero


Otro de los rasgos típicos y compartidos de la esperanza mesiánica o del futuro reino de Dios es la creencia en que Dios purificaría, o mejor, edificaría (sin mano de hombres) un templo nuevo, totalmente puro. Como de esto hemos hablado ya en otras ocasiones, mencionaré sólo algún texto nuevo que lo corrobore.

· Así Oráculos Sibilinos judíos, libro III, v. 288-294 (porbalemente de los siglos III o II a.C.):

“Hay una tribu real… que empezará a levantar un templo de Dios… pero Dios enviará un santo ensueño nocturno y en ese momento volverá a existir el Templo, como antes existió…”.



· En el Libro de Tobías (siglos IV o III a.C) se narra como Tobit, el anciano padre de Tobías, tiene una visión antes de morir:

“Dios tendrá una vez más compasión de ellos y los volverá a la tierra de Israel; construirán de nuevo la Casa, aunque no como la primera, hasta que se cumplan los tiempos; entonces volverán todos del destierro, edificarán una Jerusalén maravillosa y construirán en ella la Casa de Dios, como lo anunciaron los profetas de Israel” (14,5)


· En el libro de los Jubileos 1,15-17 (siglo II a.C.), presenta un oráculo de Moisés, que habla en nombre de Dios, antes de morir:

“Cuando (Israel) me busque con todo su corazón y todo su espíritu, yo (Yahvé) les mostraré una salvación plena de justicia. Lo convertiré en vástago recto… y vendrá a ser bendición y no maldición… Construiré mi templo y moraré entre ellos; seré su Dios y ellos serán mi pueblo…”.


· Desde luego en Qumrán, en el famoso Rollo del Templo (11QTemplo) (siglos II-I a.C.) :

“En la Casa sobre la que haré morar mi Nombre ofrecerán los holocaustos… Todo lo que me ofrezcan lo aceptaré. Ellos serán para mí un pueblo, y yo seré para ellos por siempre y los estableceré por siempre jamás. Santificaré mi Templo con mi gloria, pues haré morar sobre él mi gloria hasta el día de (la nueva) creación, cuando cree mi Templo estableciéndolo para mí por siempre, según la alianza que hice con Jacob en Betel” (col. XIX 2-10).


.............

Otra creencia muy extendida entre los judíos del siglo I d.C. era que antes de la venida del Reino de Dios habría un período de tribulaciones, a las iban unidas muchas veces perturbaciones cósmicas.

Esta creencia temerosa venía ya desde que se difundió el Libro de Daniel, el cual al comienzo del capítulo 12 habla de que al “tiempo del fin” será antecedido por grandes angustias:

“En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será aquél un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro desde que existen las naciones. En aquel tiempo se salvará tu pueblo: todos los que se encuentren inscritos en el Libro”.


Para estos momentos previos los judíos empleaban también otra imagen: “los dolores de parto del mundo inmediatamente antes de la venida del mesías”. Los profetas habían hablado de ellos. La imagen es antigua: así Isaías 13,6-8:

“6 Ululad, que cercano está el Día de Yahvé, como la destrucción de Sadday (Yahvé) viene. 7 Por eso todos los brazos decaen y todo corazón humano se derrite. 8 Sienten pavor; angustias y apuros les sobrecogen, cual parturienta se duelen. Cada cual se asusta de su prójimo. Son los suyos rostros llameantes”.


Que la imagen era usual lo demuestra su uso entre los manuscritos de Qumrán: 1Q11 (= Himno III). En este himno el Maestro de justicia describe su situación anímica a la espera del momento de la salvación para los justos y la perdición para los impíos, que es futuro, pero inminente:

“Yo estaba angustiado
Como una parturienta primeriza
Cuando le llegan los dolores de parto…
De los bordes de la muerte
Da a luz un varón…"


Estos son los momentos previos, porque luego el autor se ve a sí mismo como ya salvado:

"Te doy gracias, Señor,
Porque has salvado mi vida de la fosa…
Para que pueda ocupar su puesto
Con el ejército de los santos
Y pueda entrar en comunión
Con la congregación de los hijos de los cielos…"


Todo este pensamiento está relacionado con el tema del necesario sufrimiento de los justos antes de ser salvados finalmente por Dios, como se ve en el capítulo 7 del Libro de Daniel, que es donde se halla la visión del Anciano de días y del Hijo del Hombre… con la promesa final del triunfo escatológico del pueblo de Israel:

“Y el reino y el imperio y la grandeza de los reinos bajo los cielos todos serán dados al pueblo de los santos del Altísimo. Reino eterno es su reino, y todos los imperios le servirán y le obedecerán”.


Hay muchos otros textos en loa Apócrifos del Antiguo Testamento sobre los signos de la venida del mesías que incluyen el tema de la tribulaciones anteriores, peo pienso que no es necesario insistir. Sólo en el Libro IV de Esdras (en torno al año 100 d.C.), pero con material anterior, puede verse 4,26-5,12; 5,56-6,34; 8,63-9,12. Comenta D. Muñoz León, el traductor y comentarista del texto en el tomo VI de los Apócrifos del Antiguo Testamento (de salida inmediata al mercado, durante el mes de mayo de 2009):

En cuanto a los signos del fin, 4 Esd parece recoger un catálogo que indica una serie de perturbaciones cósmicas y sociales. Es como una síntesis de los anuncios profético-escatológicos que hablaban del día de Yahvé, de la desintegración cósmica y moral, de las disensiones familiares y de las guerras devastadoras. La existencia de este catálogo, o al menos de una tradición oral, se confirma por otras fuentes judías (como el 2 Baruc = Apocalipsis siríaco de Baruc) o cristianas, como los Evangelios sinópticos y el Apocalipsis de Juan. Tras esos signos llegará el cumplimiento del fin.


.............

El tema de las catástrofes cósmicas es muy conocido para los lectores del Nuevo Testamento a partir de lo que se puede leer en el capítulo 13 del Evangelio de Marcos. En los versículos 24-25 hay resonancias a pasajes de Isaías (13,10; 34,4), a Joel (2,10) Ageo (2,6.21), etc. Estos pasajes suelen estar señalados o bien en los márgenes [texto griego de Nestle-Aland] o en las notas al texto de algunas traducciones al español.

Naturalmente, tras estas perturbaciones viene la era de Dios o mesiánica, acompañada o bien de una reestructuración profunda de la tierra y los cielos, o bien de una “nueva creación”, tema que también conocen bien los lectores por sus lecturas del Apocalipsis de Juan.

· Citaré un pasaje quizá poco conocido de 1 Henoc 91, 15-17 (Apócrifos del Antiguo Testamento IV p. 127): (Habla el profeta Henoc)

Luego en la décima semana, en la séptima parte, será el gran juicio eterno en el que tomará Dios venganza de los Vigilantes (ángeles malvados del primer cielo). El primer cielo saldrá desaparecerá y aparecerá un nuevo cielo, y todas las potestades del cielo brillarán eternamente siete veces más. Después habrá muchas semanas innumerables, eternas, en bondad y justicia, y ya no se mencionará el pecado por toda la eternidad…


· En Jubileos 5,12, el vidente profetiza que después del Diluvio:

“Dios hará para toda su obra una nueva y justa creación para que no prevaricaran nunca y fueran justos, cada uno en su especie, por siempre” (AAT II, p. 95)



Seguiremos, Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

………….……………

En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es

“Sed imitadores míos (Filipenses)”

Manera de llegar a este comunicación:

Pinchando en la página presente, arriba a la izquierda, donde hay un par de contactos o “links”. Uno de ellos es “Cristianismo e Historia”

Saludos de nuevo
Volver arriba