El auténtico valor de las Escrituras. Un texto del ámbito Zen

Hoy escribe Fernando Bermejo

De manera excepcional, hoy dejo en suspenso la aproximación académica a textos y mitos para compartir con los lectores -de los que me despido hasta entrado septiembre- un texto sobre el valor de las Escrituras, que leí en alguna parte como proveniente del ámbito del budismo Zen.

Tetsugen, un seguidor del Zen en Japón, decidió publicar los sutras, que en aquel tiempo eran disponibles únicamente en chino. Los libros debían ser editados en una edición de siete mil copias, una empresa realmente enorme.

Tetsugen se puso en camino para reunir los fondos necesarios. Algunos simpatizantes le dieron un centenar de monedas de oro, pero por lo general sólo logró obtener pequeñas sumas. Él dio las gracias a todos los benefactores con igual gratitud. Tras diez años de ímprobos esfuerzos, Tetsugen tuvo bastante dinero para comenzar la empresa.

Y, justo entonces, el río Uji se desbordó, causando la crecida una importante carestía. A pesar de la importancia que para él tenía su tarea, Tetsugen tomó los fondos que había recogido para los libros y los empleó para salvar a los lugareños del hambre. Después recomenzó su colecta.

Varios años más tarde, cuando había logrado reunir una suma considerable, el país fue golpeado por una epidemia. Se necesitaban con urgencia fármacos, alimentos... De nuevo Tetsugen no dudó en entregar a quien lo necesitaba el dinero que había recogido. Evitó muchos sufrimientos.

Cuando la epidemia remitió, se puso al trabajo por tercera vez, sin desfallecer. Tras veinte años, ya anciano, pudo ver cumplido finalmente su deseo.

Los maestros Zen dicen a sus discípulos que Tetsugen ha hecho tres ediciones de los sutras; y que las dos primeras, invisibles, son incluso superiores a la última.

Saludos cordiales (y feliz verano) de Fernando Bermejo
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