Rasgos principales de la teología básica del paulinismo (II) (109-05)

Hoy escribe Antonio Piñero


Continuamos con la doctrina fundamental del paulinismo:


· Para probar el punto A) de la postal anterior (el Hijo de Dios que padece, muere y resucita) la Escuela de la historia de las religiones aducía dos argumentos ya desde finales del siglo XIX, o incluso antes:

1. La religiosidad del mundo pagano había eliminado las barreras entre la divinidad y los seres humanos, de modo que los conceptos de “hombres divinos” o la de “hijos (físicos/naturales) de los dioses” no representaba ningún escándalo entre las gentes religiosas. Un judaísmo de época helenístico, muy helenizado, de lengua materna griega, que viviera en este ambiente, podría dar sin excesiva dificultad el salto desde la consideración de Jesús como un cristo (mesías) humano hasta su elevación al ámbito de lo divino (sin precisar demasiado cómo) por medio de alguna acción especial de la divinidad.

2. La religiosidad de los cultos llamado de los "misterios" es más que suficiente para aclarar el nacimiento de concepciones semejantes en el cristianismo. Éste las adopta para explicar la vida y misión de Jesús, una vez muerto éste.

Estos cultos de misterio mostraban una concepción interesante y curiosa: la noción de las “divinidades que mueren y resucitan” (“dying and rising gods”, en expresión clásica de J. G. Frazer, en su obra clásica, La rama dorada. Parte IV Adonis, Atis, Osiris. Estudios sobre la historia de las religiones orientales, en dos volúmenes, Londres 1914), que había ejercido una profunda influencia en todas las capas de la sociedad ya desde el s. V a.C.


A este respecto -y para no alargarme y desviarme aquí de mi propósito- me remito a la excelente síntesis de Jaime Alvar y Clelia Martínez Maza, “Cultos mistéricos y el cristianismo”, en J.M. Blázquez et alii (eds.), Cristianismo primitivo y religiones mistéricas (Madrid 1995) 515-36.


Dentro del catolicismo modernista de principios del siglo pasado fue muy visible la aceptación de la influencia de los cultos de "misterios" sobre el cristianismo incluso entre los católicos. La postura del sacerdote (luego condenado por la Iglesia) Alfred Loisy fue sintomática y contundente. Escribe en “The Christian Mystery”, The Hibbert Journal 10 (1911) p. 51:

“Jesucristo fue un dios salvador al estilo de un Osiris, un Atis o un Mitra. Como ellos pertenece por sus orígenes al mundo celeste; como ellos ha aparecido sobre la tierra; como ellos ha realizado una obra de redención universal, eficaz y típica. Como Adonis, Osiris y Atis muere con una muerte violenta, y como ellos ha sido llamado de nuevo a la vida, y como ellos ha prefigurado en su destino el de los seres humanos que toman parte en su culto y conmemoran su aventura mística; como ellos ha predestinado, preparado y asegurado la salvación de aquellos que participan en su pasión”.


· Respecto al punto B) –también expuesto en la postal anterior- (envío a la tierra, encarnado, de un ser preexistente que actúa como salvador), afirmaron los seguidores de la Escuela de la Historia de las religiones que fue sobre todo la gnosis --o la “atmósfera gnóstica” extendida por el Mediterráneo en todo el s. I de nuestra la patria de origen de la concepción de un Hombre primordial, hijo o emanación de Dios, salvador celeste que desciende al ámbito terrestre para salvar a la humaniad-- la que ofreció la base para el surgimiento en el cristianismo de concepciones similares.

Para mucha gente de hoy, son éstas posiciones un tanto vetustas –y por tanto prescindibles-. Sin embargo, yo no lo creo así: son cuestiones perennes que hasta hoy no han recibido una respuesta unánime, y sobre las cuales no se ha formado un consenso más o menos unánime entre los investigadores. Por tanto, en mi opinión, merecen la pena exponerse y discutirse. Creo que su punto de vista sigue siendo iluminador.

He pensado siempre que las ideas nucleares no deben ser minusvaloradas, aunque se hayn expresado en tiempos pretéritos y parezcan ya vetustas. Hay un buen montón de puntos de vista que no han perdido ni un ápice de su actualidad. Incluso cuando hoy ya no se comparten, pueden tener algún rasgo importante que explica el pasado y lo ilumina. Por poner un ejemplo evidente: piénsese en la obra de Platón: opino que nadie –o casi nadie- abrazaría hoy su teoría sobre las Ideas y su reflejo en el mundo que vemos. Sin embargo, su consideración y estudio sigue siendo hoy día fuente de reflexión y manantial creador de ideas aplicables al mundo de hoy.

En el caso del Nuevo Testamento la comparación con Platón se queda muy corta, porque las ideas albergadas en este corpus siguen teniendo vigencia, al menos para muchísima gente, en el mundo que vivimos. Indagar sobre su procedencia y alcance sigue siendo actual.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es

“El mesianismo guerrero en los Manuscritos del Mar Muerto”

Manera de llegar a esta comunicación:

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Magíster de "Ciencias de las Religiones"

Universidad PABLO DE OLAVIDE , Sevilla

Véase postal de 26-06-2009

Enlace de Internet para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.
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