93-01 La transformación de la idea de Dios del Exilio al helenismo (I)

Hoy escribe Antonio Piñero



Es cosa sabida que las partes más arcaicas del Antiguo Testamento presentan una idea de Dios con notables connotaciones politeístas y antropocéntricas. Junto con características realmente admirables, muy superiores a la concepción de la divinidad de su entorno, algunos rasgos de esta imagen --que conserva recuerdos de cuando Yahvé era sólo el dios principal de un grupo de pastores-- son especialmente llamativos, como la figura de una divinidad guerrera, celosa, vengativa, cruel, variable…, en ocasiones, demasiado cercana a los sentimientos humanos.

Esta concepción de Dios fue evolucionando con los siglos, se fue refinando y purificando en los últimos estratos del Antiguo Testamento hasta adquirir tonos más aceptables para la reflexión filosófica y teológica de Israel y del nuevo entorno histórico en el que tenía que vivir. La dura experiencia del exilio en Babilonia, los costosos comienzos en Palestina tras el retorno a la tierra prometida, la influencia cada vez más palpable de la cultura, la filosofía popularizada y la religiosidad griegas (con la invasión de conceptos nuevos, a los que más tarde aludiremos, como la composición del hombre en alma y cuerpo, la inmortalidad del alma, la realidad de otra vida ultramundana, y la seguridad de la existencia de premios y castigos en el más allá, concepciones que no existían en el Israel antiguo), todos esos factores -digo- junto con la propia reflexión interna sobre los conceptos heredados del pasado hicieron que a partir de las postrimerías del s. IV y comienzos del III las expresiones que hablan del Dios de Israel, que encontramos en la literatura de esta época, tengan en algunos momentos un tono diferente al del pasado.

Pero esta reflexión teológica, que hace progresar la teología del Antiguo Testamento y en concreto la imagen de la divinidad entre los humanos, no se contiene tan sólo en los libros, y estratos, más recientes de la Biblia, tanto los canónicos (por ejemplo Eclesiastés o Qohelet (“El predicador”, Job y Daniel, como los llamados deuterocanónicos (Judit, Eclo, Sabiduría, I II Macabeos, etc.), sino también en los denominados apócrifos del Antiguo Testamento, calificados también como literatura intertestamentaria o textos judíos helenísticos.

Esta última masa de escritos es tan importante para conocer la mentalidad religiosa del pueblo judío en la época helenística, que si se hubiera perdido por completo tendríamos hoy una imagen deformada del judaísmo de la época inmediatamente anterior o contemporánea a la que vivió Jesús, y, por supuesto, jamás hubiéramos conocido el caldo de cultivo teológico más próximo en el que se genera el cristianismo. Porque la distancia que existe entre el Antiguo y el Nuevo Testamento se salva por el puente que estos escritos constituyen.

Estos textos, que llevan nombres de antiguos héroes del pasado de Israel (como Henoc, Abrahán, Job, Salomón, Adán) u otros igualmente ficticios como Epístola de Aristeas, José y Asenet, Jubileos, etc., van a ser una de las fuentes que nos sirvan para trazar la renovada imagen de Dios del judaísmo helenístico y para percibir el cambio que se opera en la concepción de la divinidad después del Exilio.

Voy a dividir esta miniserie de postales de los viernes en los dos puntos generales siguientes:

I. Trascendencia, o alejamiento de la figura de Dios que se manifiesta en diversos fenómenos, como veremos en seguida.

II. Inmanencia, es decir otros aspectos de la figura de Dios que demuestran que ese Dios lejano puede ser también cercano. Supervivencia modificada tras el Exilio de ciertas concepciones sobre Dios del antiguo Israel, es decir, otros fenómenos que en época helenística contribuyen a precisar una imagen más "moderna" de Dios, tales como la reflexión sobre la justicia divina y su proyección hacia los humanos, y las consideraciones sobre la intervención de la divinidad en la historia.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es

“El profeta que ha de venir (I)”

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Magíster de "Ciencias de las Religiones"

Universidad PABLO DE OLAVIDE , Sevilla

Véase postal de 26-06-2009

Enlace de Internet para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.
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