“¿La apocalíptica judía como matriz de la teología cristiana?” (III) (110-05)

Hoy escriben Antonio Piñero/ Florentino García Martínez


A propósito de la publicación del tomo VI, “La apocalíptica” de la colección “Apócrifos del Antiguo Testamento”, de Editorial Cristiandad, Madrid 2009, seguimos con la publicación del artículo de F. G. M., cuyo título es idéntico al de esta comunicación. Tiene la palabra Florentino:

Recordemos que el tema anterior concluía con una afirmación seria:

“Los orígenes de esta apocalíptica postpascual no serían otros que la interpretación y recreación por los discípulos de la profunda experiencia pascual mediante las categorías heredadas de la apocalíptica judía”



B) Los “entusiastas” de Corinto

El desarrollo posterior de la apocalíptica postpascual –tan distinta del pensamiento de Jesús según Käsemann- es descrito por este autor con un esquema que toma de la filosofía de Hegel: la historia avanza por medio de un triple movimiento: tesis, antítesis y síntesis. Recordemos las nociones básicas:

· La tesis puede reducirse a una proposición afirmativa, compleja, que se plasma en un movimiento hsitórico cuyo núcleo ideológicos es esa tesis;

· La antítesis es el siguiente movimiento histórico que se fundamenta negando esa proposición (de ahí anti-tesis) y asumiendo otra contraria.

· Pero la historia, por medio de la síntesis logra superar la tesis y la antítesis creando una proposición o movimiento que une lo mejor de los anteriores, superándolas a la vez.

Pues bien:

• La tesis era la escatología postpascual,, según Käsemann, todo un “invento” de los cristianos -a base de ingredientes de la apocalíptica judía "colocados" sobre el pensamiento auténtico de Jesús-. Esta tesis se generó como forzada necesariamente por la creencia de los primeros cristianos en la inmediata venida de Cristo como mesías triunfante.

• La antítesis -para Käsemann- es la religión mística, llena de trances proféticos y extáticos de uno de los grupos que Pablo describe en su Primera Epístola a los corintios: la de los que se creían espirituales y superiores a los demás.

Käsemann, junto a otros teólogos alemanes, describe este movimiento como “entusiasmo” o religión entusiástica. En esta descripción el vocablo “entusiasmo” está tomado etimológicamentey significa “lleno de Dios” (griego enthousiasmós, término cuyo núcleo está formado por la palabra theós = Dios). Así pues el “entusiasmo helenístico” está tipificado en una de las facciones, los "entusiastas", o espirituales, de la Iglesia de Corinto paulina.


• Y como síntesis, cree Käsemann que actúa el pensamiento auténtico del apóstol Pablo. En efecto, como veremos, en el pensamiento paulino hay parte de los dos elementos anteriores (1: de la apocalíptica; 2. de la religión entusiástica), que en también parte son recuperados de nuevo por él... y superados.



En efecto, la tesis incitar a que se produzca la antítesis en el seno de la Iglesia cristiana. Käsemann lo explica así:

Vistas las características de la apocalíptica postpascual, su crecimiento quedó por fuerza limitado al ámbito de influjo de las creencias mesiánicas de origen palestino; en definitiva, se trataba de una flor que no admitía trasplantes. Una vez que la Iglesia se abrió a los gentiles, la posición de la apocalíptica quedó condenada a ser cada vez más minoritaria. Fuera del ámbito palestino, el cristianismo no fue comprendido como apocalíptico, sino como una religión mistérica, y la teología de la apocalíptica postpascual o fue negada o fue reinterpretada de manera diferente. En Corinto en concreto como una religión místico/espiritualista.

El próximo día veremos cuáles son los elementos de la apocalíptica y de la “religión entusiástica" que son recogidos por Pablo, pero que a la vez son profundamente reinterpretados

Seguiremos, pues, el próximo domingo.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es el mismo, pues estamos comentando en los dos este libro.
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