“La escuela filológica de Alejandría” (I) (91-03)

Hoy escribe Antonio Piñero

Tema: La interpretación del Nuevo Testamento a lo largo de la historia.

Como ha escrito Gaspar Morocho,fallecido prematuramente, en Cipriano de la Huerga, Obras Completas, vol. I, Universidad de León 1990, pp. 26-35; espec. p. 28., con la escuela cristiana de Alejandría, en el siglo III, puede hablarse por primera vez propiamente de un método filológico aplicado al estudio de la Biblia.

Este método no era un invento de los cristianos alejandrinos ni mucho menos, sino que era la adopción de sistemas de estudio de los textos literarios que se estaba practicando en las escuelas de retórica y de filología de la ciudad de Alejandría hacía por lo menos 300 años.

Estos métodos de estudio, análisis y edición de textos bíblicos comprendía varias fases:

• En primer lugar se corrigieron los textos (la corrección se dice en griego diórthosis, emparentado con el español “ortodoxia”: conseguir un texto “recto u ortodoxo”) hasta conseguir las lecturas que más se acercaban a la que se estimaba que eran las originales, eliminando las interpolaciones y las variantes, aunque éstas se incorporan a los comentarios... La filología alejandrina distinguía en las palabras dos niveles: el uso propio y el sentido metafórico o figurado que responde a diferentes variedades estilísticas (en griego trópoi).

Además del significado usual y metafórico hay palabras cuyo significado resulta poco inteligible, como términos dialectales, arcaísmos y vocablos extraños a la lengua. Para explicar estas palabras, los filólogos alejandrinos recurrían a las glosas. Aparecen también en los textos palabras relacionadas con hechos históricos, geográficos, mitológicos, etc., casos en los que los alejandrinos empleaban la denominada exégesis histórica de raigambre aristotélica y la incorporaban al "comentario" o escolios.

Pero el método filológico no se limitaba a estos aspectos, sino que pretendía, además, hallar el verdadero significado de las palabras y las frases estudiándolas conforme a los principios y reglas siguientes:

• Análisis de la etimología gramatical fundamentada en la imitación de la realidad por parte de las palabras,

• Estudio de la semejanza o metáfora

• Estudio del abuso en la utilización de las palabras, cuando una parte del discurso (logos) no estaba expresada con propiedad;

• En el estudio de la “antífrasis”, es decir cuando una palabra estaba utilizada en sentido contrario al suyo propio

• y, por último, en el estudio de la evolución histórica del significado.

La filología alejandrina trataba de hallar en primer lugar el sentido literal de los textos mediante la técnica que Dionisio de Tracia denominaba “crítica literaria de los poemas”. En ella se estudiaba la composición y estructura de las obras poéticas atendiendo a las normas de la retórica, las leyes de los géneros y las variedades de los estilos. Se ilustraban determinados pasajes con citas de otros autores y con interpretaciones de diversos gramáticos. Las interpretaciones de los filólogos alejandrinos se recopilaban en amplios comentarios.

Todo este acervo de técnica filológica, transmitido por la tradición académica de la ciudad, fue empleado por Clemente de Alejandría (150-215 d.C.) y sobre todo por Orígenes (185-254 d.C.).

Los dos estudiosos adoptaron además la interpretación alegórica de los textos. Este sistema era concodio también en Alejandría, pues lo habían utilizado los filólogos estoicos para interpretar a Homero. Analizándolo y buscando un sentido alegórico profundo a los versos del poeta, creían que se podían encontrar muchas verdades filosóficas y teológicas, q de los contrario pasarían desapercibidas.

Este método de la interpretación alegórica fue aplicado a la Biblia por algunos judíos ya en el siglo II a.C., pero sobre todo -en tiempos de Jesús- por Filón de Alejandría q intentó ver en los textos sagrados la estructura filosófica del platonismo.

Al mismo tiempo que se interpretaba la Biblia alegóricamente volvía con fuerza renovada las posiciones defensivas contra los herejes, tal como hemos visto ya en Ireneo de Lyón y en Tertuliano.

Así, por un lado, los filólogos cristianos alejandrinos intentaron editar el mejor texto posible, es decir, aquel que se acercaba al que habían escrito los autores de los Evangelios, de las Cartas y del Apocalipsis del Nuevo Testamento, y luego procuraron interpretarlo correctamente en dos tiempos. Uno: ofrecer una exégesi literal. Segundo: dar una interpretación profunda, espiritual, aplicable a la vida del cristiano, basada mucha veces en la alegoría: los textos se exegizaban pensando que eran portadores de verdades muy profundas que sólo el estudio iluminado por el Espíritu Santo podía abrir debajo de la superficie del texto.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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• En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es: “El mesías sacerdotal (IV)”

• Información sobre la película acerca de Jesús de Nazaret, titulada “El discípulo”:

www.eldiscipulofilm.com
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