“Crítica a las ideas sobre Pablo de la Escuela de la Historia de las religiones” (III) (109-15)

Hoy escribe Antonio Piñero


Tema: Seguimos con la crítica al resumen que hemos ofrecido de la doctrina de Pablo realizado según las orientaciones de la “Escuela de la historia de las religiones”. Ofrecemos el resumen del libro de Martin Hengel, El Hijo de Dios (Der Sohn Gottes). Su idea central: “No era necesario para el cristianismo copiar ideas de la religiosidad pagana: las tenía todas en el judaísmo. Sólo era necesario sacar algunas consecuencias”. Y hemos visto en la postal anterior los temas del mesianismo de Jesús y la asunción por parte del cristianismo primitivo del título “hijo de Dios”. Los dos proceden totalmente del judaísmo.


• La definición del concepto de preexistencia respecto a Jesús salvador (es decir, el salto desde una consideración del Nazareno como mesías meramente humano a ser concebido como perteneciente por derecho a la esfera de lo divino), se suscitó en la cristología cristiana también por sí misma, es decir, por una necesidad interna. No era preciso copiar de fuera. Se explica del modo siguiente:

Una vez que se había admitido que Jesús era mesías, hijo del hombre/juez e hijo de Dios, los creyentes debían preguntarse necesariamente qué relación tenía Jesús con la Sabiduría divina y la Ley, que según el judaísmo del momento eran figuras salvíficas, y para muchos entidades divinas personificadas. La mentalidad apocalíptica ayudó aquí: si Jesús era juez de vivos y muertos en los momentos finales, puesto que el final y el principio de los tiempos van juntos, ese juez debía ser una figura que debía existir también al principio de los tiempos. Por tatno tení que preexistir, tener existencia antes de venir al mundo.

• Una vez que fue admitido entre los cristianos el concepto de preexistencia aplicado a Jesús, la noción de “envío” adquirió por sí misma, también sin necesidad de recurrir a analogías externas, contornos más precisos. En efecto, aceptar que Jesús era un ser preexistente acarreaba como consecuencia natural que su envío a la tierra tuviera las mismas consecuencias salvíficas y mediadoras que las adscritas a la Sabiduría y a la Ley, de alguna manera enviadas también a la tierra para salvar. De un modo espontáneo, pues, se consideró que Jesús era la nueva Sabiduría y la nueva Ley. O mejor, que lo que antes se predicaba metafóricamente de estas entidades, ahora podía decirse realmente de Jesús. El envío a la tierra de un ser preexistente supuso, además, la encarnación como es fácil de ver.

• De un modo análogo, la conciencia de la preexistencia de Jesús cabe el Padre permitió que en el culto litúrgico primitivo se le diera el título de “Señor”. Este título no hizo otra cosa que reflejar el status de Jesús que se estimaba divino, puesto que preexistía junto al Padre.

El paso de lo humano a lo divino en Jesús, como mesías redentor preexistente –sigue argumentando Hengel–, venía ya preparado en ciertos ambiente judíos, como, por ejemplo, en el de los círculos reflejados por la teología del ciclo de Henoc (Henoc ascendido al cielo como hijo del hombre y como Metatrón), o en el de algún apócrifo judío como la Plegaria de José, o en la teología de los esenios de Qumrán, en los que hallamos textos que nos hablan de la difusión de conceptos mesiánicos amplios, que se imaginaban al mesías no sólo como rey y sacerdote, sino también como personaje descendido del mundo celeste superior (por ejemplo, Melquisedec). A esto aludimos ya en una postal anterior.

En conclusión: para el desarrollo de la cristología cristiana no es preciso buscar en el impulso de analogías de fuera (del helenismo). Basta pensar en los gérmenes que se encontraban en el seno del judaísmo mismo, y que evolucionaron por una necesidad interior.

Seguiremos con nuestro resumen y con nuestras observaciones a esta argumentación. Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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En el otro blog, “Cristianismo e Historia” (en la revista electrónica “Tendencias21”, el tema de hoy es:

“El renacimiento del mesianismo davídico en la época de Jesús (IV)”
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Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.
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