Crítica a las ideas de Ernst Käsemann sobre La apocalíptica judía como matriz de la teología cristiana (II) (110-09)

Hoy escriben Antonio Piñero/Florentino García Martínez


Tema: Como sabemos, Ernst Käsemann, discípulo de Rudolf Bultmann, defendió que la raíz de la teología específicamente cristiana es en gran parte una copia de la apocalíptica judía que esos mismos cristianos habían superpuesto al pensamiento genuino de un Jesús no apocalíptico. Una vez expuestas las ideas de Käsemann, procedemos a la crítica. Ésta es la segunda entrega de la crítica


El intento de definición de lo que es la apocalíptica nos precisa claramente que Käsemann emplea en su tesis la palabra “apocalíptica” con un sentido muy particular; en su opinión, “apocalíptica” no tiene nada que ver con el género literario de “apocalipsis” ni con las obras, judías o cristianas, generalmente consideradas como apocalipsis, ni tampoco con el contexto social en el que el fenómeno del apocalipticismo se desarrolla o con las expresiones literarias en las que este fenómeno se traduce, sino que se emplea únicamente como designación de un motivo teológico determinado presente en la comunidad cristiana primitiva, una de las formas de su escatología, a saber: la espera inminente de la parusía.

Es muy significativo en este sentido el que en los largos artículos de Käsemann no encontremos (salvo una referencia aislada a las aclamaciones del Apocalipsis de Juan) ninguna alusión a las obras consideradas como apocalipsis, ni tampoco ninguna referencia que justifique el considerar como “apocalípticas” determinadas ideas o expresiones.

Para Käsemann, “apocalíptica” es simplemente la forma de cristianismo primitivo caracterizada por la espera del retorno inminente de Jesús. Evidentemente, esta apocalíptica cristiana primitiva es considerada por Käsemann como una prolongación de la apocalíptica judía; por decirlo con sus propias palabras: ella “se alimenta teológicamente de la tradición apocalíptica judía”. Pero la verdadera apocalíptica judía queda fuera del campo de sus consideraciones, y el problema de si existe una apocalíptica cristiana como fenómeno distinto de la apocalíptica judía, y en este caso cuáles son los elementos que permiten diferenciarlas, o si los textos apocalípticos cristianos primitivos no son más que una expresión de la apocalíptica judía, no es ni siquiera planteado.

Planteando crudamente el problema, podremos preguntarnos: ¿es legítimo el reducir la apocalíptica a este único elemento teológico? La respuesta es obvia: el empleo de “apocalíptica” en este sentido sólo sirve para alimentar la confusión.

En el contexto protestante en el que Käsemann escribe y en la época en la que aparecen sus artículos, la palabra “apocalíptica”, lo mismo que el otro término clave que él emplea, el “entusiasmo”, tenían unas connotaciones provocativas evidentes, lo que puede explicarnos su empleo y el rumor provocado por su tesis. Pero esto no implica que su empleo fuera justificado.

Es significativo el que en su reacción, Rudolf Bultmann, el maestro, después de señalar algunas diferencias de detalle y una distinta interpretación de la antropología paulina, se limite a reformular el planteamiento sustituyendo “apocalíptica” por “escatología”, que es un vocablo m´ças inclusivo:

“En mi opinión, puede decirse que la escatología es la madre de la primitiva teología cristiana, pero no la apocalíptica”


(R. Bultmann, “Ist die Apokalyptik die Mutter der christlichen Theologie?” = “¿Es la apocalíptica la madre de la teología cristiana?”, publicada originalmente en el Homenaje (Festschrift) a E. Haenchen, titulado Apophoreta, pp. 64-69 (la cita es de la p. 69), y reimpreso en Exegetica (Tubinga, Editorial Mohr, 1967) pp. 476-482.


Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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• En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es el mismo, pues estamos comentando en los dos este libro.

• Información sobre la película acerca de Jesús de Nazaret, titulada “El discípulo”:

www.eldiscipulofilm.com
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