“Jesús de Nazaret divinizado y Henoc-Metatrón como ángel al lado de Dios” (109-23)

Hoy escribe Antonio Piñero


Tema: Cómo el judaísmo en torno a la era cristiana, bien por impulso propio, bien por reacción contra los cristianos consideran que el mesías está tan ayudado por Dios, de alguna manera es un colaborador tan estrecho de la divinidad, que puede decirse que es “de algún modo celestial”. Pero hay una barrera en las características humanas del mesías que los judíos no traspasan (el mesías sigue siendo humano), y que los cristianos sí: el mesías acaba convertido por la teología cristiana en Dios.

Dijimos que la figura de Metatrón está en la misma estela por la que habían transitado los cristianos (una casi divinización del personaje humano por parte judía), pero no es un caso idéntico al de Jesús, a pesar del interés que Martin Hengel (en su obra “El Hijo de Dios”, que últimamente estamos comentando) muestra por este personaje como figura parecida a la de Jesús dentro del judaísmo.

Como hemos apuntado varias veces, nos parece que en el fondo late en este investigador, y en otros, el deseo apologético de ver en los posibles paralelos judíos la vía que lleva a las concepciones cristianas sobre Jesús sin necesidad de recurrir a influjo alguno de la “misteriosofía” general del helenismo -es decir sin acudir al influjo general del espíritu de la religiosidad pagana en su ansia de salvación e inmortalidad, y en general tambien el mismo que animaba a los cultos de misterio- sobre el cristianismo paulino, que es el que triunfa (M. Hengel, Der Sohn Gottes (“El Hijo de Dios”, pp. 73-75).

Hay diferencias entre el pensamiento judío sobre la figura de Metatrón y lo que los cristianos paulinos creían acerca de Jesús:

• En primer lugar, el texto del Libro 3º de Henoc (en donde predominantemente aparece Metatrón) es muy tardío. Las dataciones varían desde el siglo III y IV hasta el siglo IX de nuestra era, como ha señalado la editora y traductora española de este libro en la serie “Apócrifos del Antiguo Testamento”, volumen IV (Cristiandad, Madrid, 1984), M. Ángeles Navarro, “Libro Hebreo de Henoc (Séfer Hekhalot)”, Introducción, pp. 206-207 donde hace una lista de de la opinión de diverso investigadores sobre la fecha de la última composición del libro:

H. Odeberg, siglos III - IV;
G. Scholem, siglos V - VI;
I. Grüenwald, s. VI;
P. S. Alexander, entre 450 - 850;
J. T. Milik, siglos XII o XIII

Los comienzos de la especulación sobre Metatrón pueden rastrearse, sin embargo, hasta el siglo II de nuestra era, puesto que aparece en los libros gnósticos Pistis Sophía y Libro de Jeú (véase “Todos los Evangelios” [ed. Antonio Piñero], Edaf, Madrid, 2009, sección Evangelios gnósticos”). De cualquir modo, pues, es bastante tardío.

Después de las críticas de Martin Hengel a la utilización -por parte de Rudolf Bultmann y sucesores- de material gnóstico de los siglos II al IV/V d.C. para reconstruir el gnosticismo del siglo I, no se explica bien la utilización por él de este texto tan tardío para reconstruir una teología judía del paso del estatus humano al divino durante la primera mitad del siglo I.

Por el contrario, parece mejor explicación la que hemos expuesto de modo hipotético: los inicios l desarrollo total de la figura vendrá, como he dicho, más tarde) de esta especie de divinización a medias de un profeta judío, Henoc, convertido en el Metatrón semiangélico, se explica mejor como reacción judía al atrevimiento de la teología cristiana de divinizar a Jesús.

En esta línea se explica también el que la figura de Henoc-Metatrón no case totalmente con la de Jesús. Henoc-Metatrón fue trasladado al cielo y convertido en un ángel. Allí queda instalado con la función de lugarteniente o visir de Dios, de modo que puede denominársele “Príncipe del Mundo”, o “Segundo Yahvé”. Pero sólo tiene función mesiánica como ayudante de Dios en el juicio final. No es el proclamador ni el instaurador –con Dios naturalmente- del reino divino.

Además, aunque los paralelos con concepciones neotestamentarias de la intronización de Cristo en el cielo, y la heroización de un ser humano hasta rango casi divino sean relativamente claras, no existen, sin embargo, en el caso de Metatrón concomitancias algunas con la teología de la preexistencia, envío al mundo como salvador y encarnación, típicas de la cristología cristiana. El mismo Hengel debe reconocerlo (Der Sohn Gottes, p. 76).

A partir de estas perspectivas, y por conceder a los textos de Qumrán y similares -como éstos relativos a la figura de Henoc- la estima que merecen como fuente de luz para la comprensión del nacimiento del cristianismo y de su teología, estamos de acuerdo, con alguna leve matización –que señalaremos a continuación de la cita-, con el juicio conclusivo de F. García Martínez:

El Cristo (del Nuevo Testamento) aglutina en una sola imagen las diversas facetas de las figuras mesiánicas a las que se ha llegado en Qumrán mediante el desarrollo de las ideas seminales del Antiguo Testamento. El Cristo del Nuevo Testamento es a la vez un mesías - sacerdote, un mesías - rey, un profeta -como Moisés, un siervo - sufriente y un mesías - celeste. La comunidad cristiana ha atribuido claramente a una persona histórica del pasado, cuyo retorno se espera en el futuro escatológico, todos los rasgos de las figuras mesiánicas que el judaísmo precristiano había desarrollado a partir del Antiguo Testamento y que ahora podemos conocer gracias al descubrimiento de los manuscritos de Qumrán (“Qumrán y el mesías del Nuevo Testamento”: Communio 26 [1993] p. 31 ).


A esta precisa síntesis añadiríamos sólo lo siguiente: el mesías cristiano es todo esto, sí, pero además no sólo “celeste”, sino hijo físico, óntico, real, de Dios. Aquí radica la diferencia esencial e insalvable con el judaísmo.


Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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• En el otro blog, “Cristianismo e Historia” (en la revista electrónica “Tendencias21”, el tema de hoy es:

“La imagen del mundo mesiánico en el Apocalipsis de Abrahán”
• Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.
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