Por qué decimos que el Evangelio de Marcos es paulino (Segunda parte) (109-34-B)

Hoy escribe Antonio Piñero


Concluimos hoy –como habíamos prometido- la segunda parte del tema iniciado en la postal del día anterior.


III


¿De dónde ha tomado Marcos esta imagen de Jesús que no concuerda con la del Jesús de la historia, a pesar de que él narra hechos y dichos de Jesús que proporcionan esa imagen diferente?

Dos posibilidades se ofrecen:

A. Esa imagen es producto de su reflexión propia sobre cómo hay que entender en verdad la imagen y función de Jesús. Sería esa su "tendencia" (repito, en sentido técnico).

B. O bien esa imagen la ha tomado de algún otro teólogo del cristianismo primitivo que haya interpretado –sustancialmente así- al Jesús de la historia. Sería una "tendencia" de otro, pero asumida plenamente.


IV

Antes de Marcos Pablo escribe sus cartas. Éstas se copian y se difunden por todas las comunidades paulinas e incluso llegan a comunidades judeocristianas, no fundadas por él (Roma y Jerusalén, por ejemplo). Pablo dice que él predica “otro evangelio”, recibido por revelación divina personal. Pablo busca concordar ese otro evangelio con el de la comunidad madre de Jerusalén, pero en realidad no lo consigue. La razón básica de la no concordancia consiste en que para la iglesia de Jerusalén:

a) Jesús no es Dios, tal como lo piensa Pablo;
b) la ley de Moisés y la estructura expiatoria del judaísmo siguen absolutamente vigentes.

El esquema interpretativo de la figura y misión de Jesús por parte de Pablo (deducido de un análisis de sus cartas) es el siguiente:

1. La condición moral de la humanidad es desesperada y sin remedio, porque está sumida en el pecado; la humanidad no puede salir por sí misma de este estado.

2. Para remediarla se produce -por designio divino- el descenso de un salvador divino desde el cielo a la humanidad, al mundo, encarnado en un cuerpo humano; su misión es salvar a todos los hombres.

3. Ese salvador divino es Jesús de Nazaret.

4. Ese salvador divino nada tiene que ver con la política del Israel de su tiempo. Es un “Cristo” pacífico (por ello, por omisión, absolutamente acomodado a las estructuras del Imperio: Romanos 13). La posible dimensión política del mensaje religioso de Jesús no se contempla.

5. El salvador divino no es comprendido por el pueblo judío y muere violentamente en la cruz. Las potencias cósmicas, negativas, contribuyen a esta muerte.

6. Resurrección del salvador. Ello confirma la divinidad e inmortalidad de ese salvador crucificado;

7. La muerte del salvador supone la expiación vicaria de los pecados de la humanidad toda. Esta expiación vale por sí misma, pero cada ser humano ha de aplicarse sus efectos. Éstos sólo se hacen efectivos en aquellos que tienen fe en el significado y eficacia de esa muerte redentora; sólo en aquellos que tienen fe en que Jesús es el hijo de Dios y que ha muerto por ellos. La salvación comienza con un acto de fe explícito, ayudado por la gracia divina, en que Jesús Cristo ha muerto por toda la humanidad.

8. Gracias a esa fe se instaura una nueva alianza y se hace realidad la promesa de resurrección e inmortalidad para los creyentes en el salvador y en su peripecia de muerte expiatoria y resurrección.


Algunas precisiones

· Pablo no se convierte a ningún cristianismo previo. Pablo siente la llamada divina que le hace prestar atención a la visión judeocristiana de su judaísmo (judeocristianismo de la comunidad de Damasco y sobre todo de la comunidad judeocristiana de Antioquía). De ambas comunidades recibe la tradición sobre Jesús. De Antioquía recibe muy probablemente la interpretación de Jesús del grupo iniciado por el mártir Esteban.

· Pablo no recibe y admite simple y llanamente la tradición. La repiensa y la reinterpreta, la reelabora según sus visiones personales y directas del Jesús resucitado, como él afirma.

Esa reinterpretación profunda de la tradición recibida es el “evangelio” paulino. Su punto de vista sobre Jesús difiere radicalmente del de la iglesia madre de Jerusalén.


V

Comparación de las estructuras interpretativas de la figura y misión de Jesús de Nazaret:

El esquema interpretativo del Evangelio de Marcos -el que el autor impone sobre los hechos y dichos de Jesús que él transmite y que ha recibido por tradición-, se parece extraordinariamente a este esquema paulino de interpretación de la figura y misión de Jesús, a la vez que está alejado también extraordinariamente de la figura del Jesús de la historia.


VI

Conclusión, respecto a la cuestión básica: ¿de dónde obtiene Marcos su imagen de Jesús?, una respuesta: muy probablemente de la predicación global de Pablo de Tarso, pues sus esquemas fundamentales interpretativos de Jesús coinciden. Y se acercan tanto más cuanto que se alejan de la imagen obtenida científicamente del Jesús de la historia.


Comentario final:

Para llegar hasta aquí hemos analizado decenas y decenas de textos, y hemos escrito decenas y decenas de páginas. No puede decirse que se trata de una postura a priori, ni tampoco sacada de la manga y porque sí.

Es una postura que se mueve en el campo de la interpretación histórica y directamente no hace referencia a los creyentes.

La imagen paulina de Jesús –la triunfadora en el ámbito de los diversos cristianismos a partir de mediados del siglo II- se ha ido consolidando durante los 18 siglos siguientes del cristianismo.

Se trata de una interpretación de Jesús que se ha acomodado a las pautas básicas de la visión paulina del Salvador del mundo/Jesús Cristo (complementadas con perspectivas particulares de los Evangelios de Mateo y Juan sobre todo). No es fácil cambiar esa mentalidad ya consolidada.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
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