“Tendencia”, o “sesgo”, del autor de los Hechos de los apóstoles (VI) (109-47)

Hoy escribe Antonio Piñero


El texto de hoy sigue el tema de la postal anterior, y recuerdo a los lectores que está basado -para procurar una objetividad en lo posible por mi parte- en el libro de S. Vidal, Pablo. De Tarso a Roma, publicada por Sal Terrae, Santander, 2ª edición, 2008, en su apéndice “La imagen de Pablo en Hechos”, pp. 21-27.

El sesgo, tendencia, o interés apologético del autor de Hch se muestra también en el deseo de presentar a Pablo como una figura religiosa venerable. Así,

• “La noticia de Hch sobre la educación de Pablo en Jerusalén, que contradice los datos de las cartas”, que debe apuntarse en el haber de esta tendencia. Los lectores de este blog recordarán que lo mismo he argüido al comentar detenidamente el libro de Martin Hengel, Der vorchristliche Paulus (“El Pablo precristiano”).

La educación de Pablo como discípulo de Gamaliel I (ejerció su actividad en Jerusalén entre el 25 y 50 d.C.), referida en Hch 22,3; 26,4-5, “se hace sospechosa porque cuadra con varios centros de interés de los Hch.

- Cuadra en primer lugar, con su tendencia a presentar unos orígenes venerables de Pablo.

- Y refleja, además, su interés en ligar a Pablo con Jerusalén ya desde los primeros momentos, para preparar así su posterior toma de contacto con el movimiento cristiano, que tiene que suceder en esa ciudad, ya que, según la imagen del cristianismo naciente que presenta su obra, únicamente en Jerusalén hubo en los primeros tiempos una comunidad cristiana”.

· Pero en contra de esta noticia está, en primer lugar, el dato de Gál 1,17:

“Tampoco subí a Jerusalén para ver a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui de inmediato a Arabia, de donde luego regresé a Damasco”.


“que supone una estancia permanente de Pablo en Damasco al encontrarse por primera vez con el movimiento cristiano”.

- Igualmente está en contra Gál 1,13-14. 22. 24:

“13 Pues ya estáis enterados de mi conducta anterior en el Judaísmo, cuán encarnizadamente perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, 14 y cómo sobrepasaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres".


22 pero personalmente no me conocían las Iglesias de Judea que están en Cristo. 23 Solamente habían oído decir: «El que antes nos perseguía ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces quería destruir». 24 Y glorificaban a Dios a causa de mí”.


“debe interpretarse como que “se trató de un conflicto local entre la importante colonia judía de Damasco y el grupo cristiano allí asentado. Pablo actuaba, en efecto, como un miembro estable de la comunidad judía de aquella ciudad” (p. 41).

- Gál 1,22-23 debe interpretarse también como un texto que “afirma un desconocimiento de Pablo por parte de las comunidades de Judea, entre las cuales se cuenta la comunidad central de Jerusalén”. Dado el escasísimo número de cristianos en esos primerísimos momentos, tal desconocimiento resulta imposible.

“En todo caso los datos de las cartas apuntan claramente a una formación de Pablo en el judaísmo helenista, no en el palestino. Y se trató probablemente de la formación ordinaria de un judío helenista educado dentro del ámbito de la comunidad judía de la ciudad de Tarso” (p. 37).

· La crítica pone en duda también algo que casi para algunos parece irrefutable el que Pablo fuera un fariseo estricto. Pero esto lo veremos en la siguiente postal. Adelanto que, aparte de la opinión recogida de S. Vidal, ésta es la postura del famoso editor de la Jewish Encyclopaedia, Kaufmann Kohler, quien sostenía, ya en 1902, que “Nada en los escritos de Pablo muestra que él (Pablo) tuviera un conocimiento profundo de la doctrina rabínica”.

Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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Hoy, en el otro blog, “Cristianismo e Historia”, de la revista electrónica “Tendencias21” el tema de hoy es:

“Cor A 11,2-34: Hay que corregir algunos comportamientos durante la ‘Cena del Señor’”.

De nuevo saludos.
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