120-1 Un libro sorprendente de Josep Rius Camps: “El Evangelio de Marcos: etapas de su redacción” (I)



Hoy escribe Antonio Piñero


El libro que comento hoy (en dos postales sucesivas) es sorprendente por las “hipótesis” (así, modestamente, en p. 1), que plantea, aunque conociendo a Rius Camps, como creo que lo conozco, casi toda su producción es altamente original y sorprendente: su trabajo sobre las Homilías Pseudo Clementinas, en el que corrige la opinión dominante de Georg Strecker sobre el proceso de su redacción, su obra sobre la autenticidad de las Cartas de Ignacio –dónde establece un nuevo canon de cartas auténticas del Mártir-, su originalísimo doble Comentario a los Hechos de los Apóstoles, sus innumerables artículos –más un libro- sobre el códice Beza en las revistas “Filología Neotestamentaria” y “Revista Catalana de Teología”…, todos plantean hipótesis que hacen tambalearse los supuestos comunes. Rius Camps es un gran nadador contra la corriente.

He aquí la ficha del libro que comentaremos:

Josep Rius-Camps, El Evangelio de Marcos: etapas de su redacción. Editorial Verbo Divino, Estella, 2008, 388 pp. ISBN: 978-84-8169-822-0. Con un prólogo de Rafael Aguirre (pp. XIII-XVI).


Rius Camps defiende en primer lugar que para ofrecer hoy día un texto del Evangelio de Marcos hay que tomar como fundamento el códice Beza Cantabrigensis (D 05), cuya base es del siglo II, que fue copiada en Asia Menor entre los discípulos de san Policarpo, que unos misioneros cristianos procedentes de esas tierras llevaron a las Galias a mitad o en el último tercio del siglo II, y que fue provista enseguida, en una segunda columna, de una traducción latina muy literal. Pero, mientras ésta era modificada con el tiempo para acomodar el texto del Códice Beza latino al de otros manuscritos de los Evangelios, el texto griego (la gente de las Galias no lo entendía) permaneció inalterado durante siglos.

Por consiguiente, Rius Camps plantea como base de su edición algo que no hace nadie hoy día en crítica textual del Nuevo Testamento: no se debe tomar como manuscrito principal –afirma Rius- el códice Vaticano o el Sinaítico (B 03 /Sinaítico 01), como hacen todas las ediciones modernas desde 1869 (Constantin von Tischendorf, basada principalmente en el Sinaítico), o la muy famosa de 1881 (Westcott-Hort, basada principalmente en el Vaticano) hasta hoy día, o la edición casi universalmente aceptada de Nestle-Aland, 27ª edición, texto ecléctico (es decir, que no sigue un único manuscrito, por bueno que sea, sino que va tomando las mejores lecciones de uno u otro manuscrito), pero que reconoce la primacía del códice Vaticano.

Rius Camps basa esta elección en numerosos estudios filológicos y críticos sobre este códice Beza en los últimos 25 a 30 años.

La segunda gran novedad consiste en la hipótesis de que el actual texto del Evangelio de Marcos se escribió en tres etapas, o fases, sucesivas, más que tres ediciones. La mano fue siempre la misma, la de Juan Marcos, personaje que aparece en los Hechos de los apóstoles (12,12.25; 15,37). La primera redacción fue en Jerusalén; la segunda a partir de la estancia en Chipre del autor, y la redacción final fue en Roma o en Alejandría.

Para proceder a probar esta hipótesis, Rius Camps divide el Evangelio de Marcos en 98 “secuencias” utilizando métodos objetivos: observaciones sobre el lugar que en ellas se menciona; determinaciones de tiempo; participación de los personajes; cambio de temática; etc. Luego estudia cómo se entrelazan estas secciones entre sí formando “períodos” más amplios, con un total de 24.

Las tres fases de la edición se distinguen –y se descubren- por lo siguiente: en la primera redacción el autor nombra a Jesús explícitamente, por su nombre, sólo al principio de la acción, y luego –normalmente- no vuelve a utilizar el nombre propio, sino un pronombre en diversos casos: “él”, “de él”, "para él", etc. Esta primera fase era la más amplia y constaba de 44 secuencias.

La segunda fase se caracterizó por duplicar ciertas secuencias interesantes –y sus temas correspondientes- de la primera fase, y por utilizar ya expresa y repetidamente el nombre de Jesús evitando la designación indirecta por medio del pronombre.

Así, esta segunda fase hacía que en el Evangelio hubiera, entre otros casos, dos llamadas de discípulos, dos tempestades, dos multiplicaciones de panes, dos ciegos, dos sordomudos, etc. Estas nuevas secuencias están situadas en ambientes distantes, geográfica y cronológicamente, de los primeros hechos de Jesús. Son en total 28 secuencias.

La tercera redacción añadió poco material: 6 nuevas secuencias caracterizadas por el hecho de que se desarrollan en un lugar apartado, y en presencia exclusiva de los discípulos, a los que Jesús aclara algunas doctrinas particulares antes expuestas de modo general al pueblo.

Otras novedades de su edición son:

- Rius Camps acepta que el presunto apócrifo “Evangelio secreto de Marcos” es auténtico y verdadero. Este -en mi opinión texto falso (discutí el caso en “Orígenes del cristianismo” y en “Jesús y las mujeres”- fue publicado y considerado verdadero por Morton Smith en 1973, según el texto, por él fotografiado de un manuscrito –luego desaparecido- de una carta de Clemente de Alejandría a Teodoro, en la que el Padre de la Iglesia citaba dos fragmentos de este evangelio.

M. Smith, naturalmente, lo consideraba una edición secreta, pero auténtica, para iniciados, del Evangelio de Marcos. En las secuencias de Rius, el grueso de este Evangelio secreto iría tras Mc 10,34, el fragmento largo, y después de Mc 10,46a, el breve. El muchacho resucitado por Jesús, el protagonista de la secuencia “secreta”, sería el mismo que huye desnudo después del prendimiento de Jesús (14,51-52). Sorprendentemente, Rius Camps opina que este mismo joven, simbólicamente, se transforma en ser angélico y aparece en el sepulcro de Jesús con una túnica blanca (Mc 16,5).

- Rius Camps acepta también como auténtica la perícopa de la mujer adúltera, perdonada por Jesús (“El que esté sin pecado que lance la primera piedra…”). Normalmente se imprime este episodio, con muchas dudas y entre corchetes, en el Evangelio de Juan (7,53-8,11; en Marcos iría tras 12,12).

En la presentación de su tesis Rius Camps ofrece al lector los siguientes materiales:

• Texto griego del códice Beza, dispuesto en breves columnas de sentido, con su traducción castellana.

• Texto seguido (sólo en griego) de la primera redacción, con los correspondientes desdoblamientos o ampliaciones de la segunda y tercera redacción, debidamente señalados.

• Exposición y análisis de los rasgos más sobresalientes de la primera redacción, en comparación con las refundiciones de la segunda y los añadidos de la tercera.

• Sinopsis de las características de las tres redacciones en cuadros sinópticos que muestran sus características.

• Un cotejo triple de las páginas griega y latina del Códice Beza respecto al texto griego del códice Vaticano (03) y la traducción de la Vulgata de san Jerónimo. Las diferencias aparecen marcadas en negrita y otros sistemas.

Mi valoración de este inmenso, interesante y novedoso trabajo la expondré en la siguiente postal.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
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