Andrés de Betsaida en la literatura apócrifa

Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Andrés en el resumen de Gregorio de Tours (XV)

Ya hemos expuesto en otros lugares el dato de que el resumen de Gregorio coincide con el texto de los primitivos HchAnd a partir del capítulo 34. En dos líneas refiere Gregorio el dato del regreso de Estratocles a Patrás, objeto de la narración de HchAnd 1. Regresaba de Italia después de cumplir con los deberes del servicio militar pues había obtenido permiso del emperador para dedicarse a la filosofía. Era Estratocles hermano del procónsul de Acaya Egeates. Su llegada provocó un gozoso alboroto en casa del procónsul, donde Maximila le hizo los honores de una cariñosa bienvenida.

El resto del capítulo 34 de Gregorio resume drásticamente todo el tema del “Criado de Estratocles, el hermano del procónsul” según proclama el epígrafe. Los HchAnd dedican al milagro y sus consecuencias un mínimo de once largos capítulos. Recogemos aquí los datos resumidos de la relación de Gregorio. Después de la llegada clamorosa de Estratocles a Patrás, mientras el recién llegado se entretenía en los saludos de rigor, sucedió el caso de un criado suyo muy querido, de nombre Alcmán. Herido por un demonio, yacía en el atrio de palacio “echando espumarajos”, dice Gregorio. El autor de los HchAnd completa el relato diciendo que yacía inmovilizado en un estercolero, atacado por un demonio” (HchAnd 2,1). Gregorio habla de un gran tumulto suscitado por el suceso. El primitivo Apócrifo hablaba de una gran muchedumbre que rodeaba al criado de Estratocles” (HchAnd 4,1).

En ambos textos Estratocles se lamenta de haber regresado a su patria para contemplar un acontecimiento tan penoso. Pero Maximila e Ifidama consuelan al “doliente” amo anunciándole que está en la ciudad un varón de Dios, que predica el camino de la vedad y que sin duda curará a su criado. Lo llamaron y le rogaron por el enfermo. Tomándolo Andrés de la mano, le dijo: “Joven, levántate en el nombre de Jesucristo mi Dios”. La simplicidad del relato de Gregorio nada tiene que ver con la relación prolija y complicada de los HchAnd, donde abundan las oraciones y los largos alegatos dirigidos, sobre todo, a Maximila y a Estratocles.

Los largos capítulos que narran la conversión de Estratocles y su vida junto a Andrés (HchAnd 6-12), los resume Gregorio en un par de líneas: “Estratocles creyó en el Señor, se confirmó en la fe y no se apartaba del Apóstol, sino que permaneciendo a su lado, escuchaba la palabra de la salvación”.

El capítulo 35 de Gregorio “Sobre el regreso del procónsul de un viaje” recoge con bastante exactitud los detalles del suceso tal como los refieren los HchAnd 13. Maximila aprovechaba la ausencia de su marido para reunirse en el pretorio con Andrés, quien predicaba allí a los fieles reunidos. Llegó de pronto la noticia de que regresaba el procónsul de Macedonia y llegaba a Patrás, lo que causó la comprensible alarma de los presentes, particularmente de Maximila. Andrés salió al paso de la situación y elevó su plegaria al cielo suplicando que Egeates no pudiera entrar hasta que hubieran salido del pretorio todos los congregados.

La oración de Andrés consiguió una solución coyuntural resolviendo su aporía con la urgencia provocada por el cielo en el organismo del procónsul. En efecto, le vino una necesidad de purgar el vientre (uoluntas purgandi uentris) y pidió, para aliviar su pesadumbre una silla de retrete, en la que permaneció “sentado mucho tiempo” (HchAnd 13,3). El incidente provocó el retraso suficiente para que todos los fieles, recibida la imposición de manos del Apóstol, tuvieran el tiempo necesario para ausentarse sin ser vistos por el procónsul. Andrés se santiguó y se retiró con seguridad. Maximila fue a visitar al Apóstol, recibió la palabra de Dios y regresó a su casa. Queda claro que los poderes de Andrés no tenían limitación alguna. Producían sus efectos en tierra, mar y cielo tanto como en los cuerpos y en las almas de los hombres.

En un breve capítulo (c. 36), resume Gregorio el amplio relato de la muerte de Andrés con sus prolegómenos y circunstancias. Nada cuenta, por razones obvias, del episodio de Euclía, la criada de Maximila que la sustituyó en el lecho conyugal (HchAnd 17-22); nada de las reiteradas maniobras de Egeates para recuperar a Maximila y atraerla a su anterior vida de casada HchAnd 23-26); nada de la vida de Andrés en la cárcel (HchAnd 27-32); nada de los largos parlamentos de Andrés dirigidos a Maximila, a Estratocles y a los hermanos (HchAnd 33-50). Unas veces por el carácter escabroso de los temas, otras por el estilo prolijo y retórico de los discursos, menos idóneos que los relatos de milagros para la comprensión de los fieles.

La misma crucifixión y la sepultura van despachadas con frases concisas y poco menos que apresuradas. “Sacado de la cárcel y golpeado gravísimamente, fue colgado en la cruz”, dice Gregorio, omitiendo pasajes tan característicos como los de los problemas con que tropezaron los verdugos para poder ejecutar la sentencia (HchAnd 51-53), los del saludo a la cruz (HchAnd 54-55), el largo discurso de Andrés ya crucificado (HchAnd 56-62). La sepultura está narrada igualmente con brevedad: “Maximila, recibiendo el sagrado cuerpo, lo cubrió con aromas y lo depositó en el sepulcro”.

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
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