Andrés de Betsaida en la literatura apócrifa

Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Andrés en los Hechos de Andrés y Mateo (AyM) en la ciudad de los antropófagos (I)

Andrés de Betsaida, discípulo Protocleto (Primer llamado) de Jesús y hermano de Simón Pedro, generó en la tradición cristiana numerosos testimonios de devota atención. Como ya hemos dicho, la base de esos testimonios debe buscarse en los Hechos Apócrifos de Andrés, cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo II. El resumen de esos Hechos, escrito por Gregorio de Tours nos ha servido para conocer numerosos detalles del Apócrifo primitivo. Pero existen otras obras que ayudan a completar una visión más amplia de la personalidad y el ministerio de Andrés.

Merece particular atención la obra que lleva el título siguiente en los documentos conservados: Hechos de Andrés y Mateo en la ciudad de los antropófagos. El primer problema que llama la atención del lector en estos Hechos es la vacilación de los manuscritos en la identificación de uno de los apóstoles protagonistas. Mateo y Matías se disputan uno de los coprotagonismos. La confusión no es difícil si tenemos en cuenta la raíz hebrea de ambos nombres: Matán y Yahvé apocopado. Como Matatías (1 Mac 2,1), ambos significan “Don de Yahvé”. El entronque etimológico y un significado común pueden haber incidido en la confusión. Pero una realidad innegable es que ambos apóstoles son titulares de una tradición que sitúa episodios de su ministerio en la tierra de los antropófagos. El dato literario puede ser fruto de la semejanza y la consiguiente confusión de los nombres.

Bonnet se decanta por Matías, basando su teoría en la calidad de los manuscritos más valorados por él en su edición del texto, que dan como uno de los protagonistas de este Apócrifo a Matías. Puede consultarse la edición de los Hechos Apócrifos en Lipsius-Bonnet (Acta Apostolorum Apocrypha, II 1, XIX-XXIV y 65-116). De hecho su edición registra el nombre de Matías como elemento habitual en la narración. Pero en su aparato crítico recoge las variantes de códices que hablan sistemáticamente de Mateo. Es posible también que la forma de escribir ambos nombres en griego haya dado pie a ciertas confusiones en la pronunciación (Matthíu / Matthía).

Lipsius, por el contrario, en su obra sobre los Hechos y Leyendas de los Apóstoles prefiere el nombre de Mateo (Die apokryphen Apostelgeschichten und Apostellegenden I-II, 1883-1890, I 46). Una de las razones en las que Erbetta apoya esta segunda opinión es la relación de la liberación de Mateo a manos de Andrés, tal como la recoge el libro III del Pseudo Abdías de las Uirtutes Andreae en su capítulo 2, que parece un duplicado de los Hechos de Andrés y Mateo (Matías). El resumen que hace Gregorio de Tours de los HchAnd empieza con el capítulo primero: “Sobre el apóstol Mateo y lo que sucedió en Mirmidona”, la presunta tierra de los antropófagos.

Andrés predicaba el Evangelio en Acaya mientras Mateo lo hacía en el país de los mirmidones. Mateo yacía en la cárcel cargado de cadenas y condenado a morir como alimento de sus carceleros. Para liberar a Mateo, el Señor envió a Andrés quien llegó allá milagrosamente. El relato del Pseudo Abdías habla de los mirmidones, pueblo mitológico en la región de Tesalia donde reinó Aquiles. El nombre de los mirmidones estaba etimológicamente relacionado con hormiga (mýrmex). Además, en su pasado mítico, los mirmidones habían sido hormigas. Debemos recordar en apoyo de Mateo que su Martirio (MartMt) no ofrece la menor duda de que los sucesos expuestos se refieren a Mateo.

Gonzalo Aranda y Concepción García Lázaro dan por supuesto que el coprotagonista de estos Hechos con Andrés es Mateo. Su edición de la obra así lo expresa en la formulación del título: Hechos de Andrés y Mateo en la ciudad de los antropófagos, a los que sigue en el mismo volumen el Martirio del apóstol San Mateo. Justifican, además, su preferencia por Mateo en las páginas 91-92 del libro. Aducen el paralelismo entre AyM 33 y el principio del MartMt de ambos contextos, en los que Jesús aparece bajo la apariencia de niño pequeño. Recuerdan también cómo en AyM 21 se menciona el traslado de Mateo hasta el monte donde estaba orando según MartMt 1 (Cf. G. Aranda y C. García Lázaro, Hechos de Andrés y Mateo en la ciudad de los antropófagos, Madrid, 2001, 91ss).

Mateo, además, tiene una mayor presencia en la tradición. No solamente ocupa su vocación un lugar destacado en la historia de los Apóstoles (Mt 9,9-13 par.), sino que luego su nombre va unido a uno de los evangelios sinópticos más apreciados en la historia de la teología. Mateo, pues, mejor que Matías, es uno de los protagonistas del Apócrifo, aunque sólo en su primera parte. Recordemos que Mateo aparece en el primer capitulo de Gregorio de Tours como el apóstol liberado por Andrés. En mi opinión, pues, es Mateo quien está representado en el relato de estos Hechos, que presentan un episodio sucedido en el territorio de los antropófagos. M. P. Peterson sugiere que en los primitivos HchAnd pudo existir relatado un incidente, que fue expandido en AyM. Andrew, Brother of Simon Peter. His History and his Legends, Leiden 1958, p.32.

Aunque la realidad es que Andrés, que parece entrar en la historia un tanto tangencialmente, ocupa las partes más amplias y desde luego las más importantes de la narración. Como prueba de ello está el dato de que el nombre de Mateo/Matías aparece mencionado en el Apócrifo veintiuna veces mientras que el de Andrés no baja de las ciento veinte menciones. Todos los manuscritos parecen darlo por supuesto desde el momento en que ponen a Andrés en el primer lugar del epígrafe titular del Apócrifo.

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
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