Un relato de la tradición Zen

Hoy escribe Fernando Bermejo:


El maestro Tan-hsia descansaba en el templo de Yerinji un día que hacía un frío intensísimo. En esa ocasión tomó una de las figuras de Buda colocadas sobre el altar, la partió con un hacha, hizo fuego con ella y se calentó. Cuando el guarda del templo lo advirtió, se encolerizó sobremanera y le increpó:

-"¿Cómo puedes atreverte a quemar la imagen de Buda?".

Tan-hsia comenzó a rebuscar entre las cenizas, como si estuviera mirando algo, y le dijo:

-"Busco entre los rescoldos el espíritu de Buda".

-"¿Cómo puedes tú -preguntó entonces el guarda- esperar encontrar el espíritu de un Buda de madera?".

-"Si no se puede encontrar el espíritu entre las cenizas -respondió Tan-hsia-, ¿puedo coger también los otros Budas para mi hoguera?".

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
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