Crítica literaria de los Evangelios (I) (200-17)

200-17 Crítica literaria de los Evangelios (I)

Hoy escribe Antonio Piñero


Sosteníamos en la nota anterior que La crítica literaria tiene dos campos definidos en el Nuevo Testamento: uno dentro de los Evangelios, especialmente sinópticos, y otro fuera de ellos. Y que dentro de la crítica intraevangélica se dan dos supuestos:

• A) el caso de que existan de dos o más tradiciones –normalmente que varios evangelistas canónicos o extracanónicos, o escritores cristianos de la primerísima época como Ignacio de Antioquía o Justino Mártir- sobre un dicho de Jesús o un evento de su vida;

• B) caso de tradición única = un solo evangelista da testimonio del dicho o evento de Jesús que se pretende estudiar. Consideremos estos supuestos a continucación:

a) Caso en el que existen dos o más tradiciones sobre un dicho o hecho de Jesús


La crítica utiliza normalmente para estudiar, examinar o analizar estos casos una sinopsis de los Evangelios, es decir, una edición de ellos en la que los pasajes paralelos aparecen editados en columnas. De este modo la comparación entre los cuatro evangelistas es mucho más sencilla. La sinopsis más utilizada en el ámbito científico es la de Kurt Aland, que está sólo en griego.

En español se utiliza la Sinopsis de José Díaz y Antonio Vargas Machuca, que sigue exactamente el modelo de la de Aland, mejorando algunos pequeños errores. Sin embargo, en la española el denominado “aparato crítico” de variantes de los manuscritos respecto al pasaje que se estudia es menor; además, no imprime tantos textos paralelos de los evangelios apócrifos o de los escritores cristianos primitivos como hace K. Aland.

Una vez que se tiene la Sinopsis ante los ojos se procede luego metodológicamente de la siguiente manera: se releen los textos una y otra vez con toda calma, se consultan análisis anteriores de autores diversos, si es posible y luego por uno mismo

- se examinan y analizan los datos que muestran los documentos mismos, es decir, los llamados datos puramente internos, las áreas donde parecen unirse las tradiciones y los puntos de diferencia, según los indicios que se enumerarán a continuación en 1)

- Luego se investigan o se tienen en cuenta si ya se conocen los testimonios externos, es decir todas las noticias antiguas sobre la perícopa que se estudia o la composición del evangelio en general, o de los evangelios si fuere necesario, que se está investigando: (lo veremos en 2, a continuación)

- Finalmente se proponen teorías explicativas de la génesis de los datos resultantes, es decir, se proponen hipótesis sobre los estadios más primitivos de los textos, si es posible llegar a él y se comprueban otras hipótesis buscando una doble meta:

• por una parte, la aclaración del conjunto de los datos;

• por otra, la sencillez de la explicación.


Ahora procedemos a expandir los puntos 1) y 2) aludidos anteriormente en esta misma postal

1) Los datos internos se reducen básicamente a comparar los pasajes evangélicos paralelos entre sí, es decir, se trata del estudio combinatorio de las coincidencias y disimilitudes en las partes de los dos, tres o cuatro evangelios que informen sobre el dicho o hecho de Jesús que se está analizando. En concreto se trata de un estudio del:

• Orden de las secciones en las que se divide el texto.

• Orden de palabras y analogías de vocabulario.

• Los cambios de contenidos: adiciones y omisiones.

• Las diferencias de estilo.

• Las diferencias de teología.


Todo este proceso se ejecuta con la finalidad de descubrir si un evangelista tiene presente un evangelio del que pudo copiar presuntamente o una tradición anterior de la que pudo servirse presuntamente. Todo ello supone que un evangelista no está de acuerdo con lo escrito por otro antes que él. Por ello lo enmienda y, a veces, lo contradice de modo expreso.

En conjunto se sospecha que un evangelio se basa en otro porque se perciben los fenómenos siguientes de uno respecto a otro:

• Correcciones estilísticas de mejora.

• Explicaciones y aclaraciones sobre la base.

• Omisiones explicables por motivos internos de las intenciones o teología del evangelista que se supone copia de otro.

• Reducción de un texto prolijo a otro más simple.

• Ampliaciones de textos obscuros.

• Realización de empalmes y enlaces de material.

• Progreso de la teología en determinados puntos: aquí vienen las correcciones de más calado.


2) Los testimonios externos no tratan normalmente sobre una sección o perícopa aislada, sino sobre el origen de los Evangelios en general. Estos testimonios son escasos y poco claros, y –por otra parte— se hallan muy bien estudiados. Por ejemplo: la crítica hasta ahora ha hecho poco caso a argumentos de la tradición sobre la supuesta prioridad cronológica del Evangelio de Mateo sobre los demás, o sobre que este mismo Evangelio hubiese sido compuesto en hebreo o arameo y no en griego, como parece ser.

La teoría actual más en boga sobre los estratos de fuentes en los evangelios sinópticos, probada por muchos años de estudios y de defensa ante las críticas, es la llamada “teoría de las dos fuentes” ampliada, a saber:

• El Evangelio de Marcos es el primero que se compuso

• Los evangelistas Mateo y Lucas, por este orden cronológico copian de Marcos

• Mateo y Lucas utilizan también otra fuente que contenía fundamentalmente sólo dichos de Jesús y que se ha perdido. Estaba escrita en griego y recibe diversas denominaciones: “Fuente de los dichos”; “Fuente de los logia”, o simnplemente “Fuente Q”.

Todo esto es conocido ya, porqu forma parte del bien común de las ciencias. Lo que ocurre es que no se suelen deducir las consecuencias que de ellos se obtienen.

Seguiremos ampliando estos supuestos en las próximas postales. Y de todo ello pondremos suficientes ejemplos, para que se vea con mayor claridad.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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En el otro blog “Cristianismo e historia”, el tema es:

“El Nuevo Testamento visto por un filólogo: El NT es un producto de su tiempo”

Saludos de nuevo.
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