El maestro Fa-yen preguntó al monje Hsüan-tzu por qué nunca le hacía ninguna pregunta acerca del Zen. El monje replicó que ya había alcanzado la comprensión gracias a otro maestro. Apremiado a dar una explicación por Fa-yen, el monje le dijo que cuando le había preguntado a su maestro: "¿Qué es el Buda?", había recibido esta respuesta: "Ping-ting viene a buscar fuego".
-"¡Buena respuesta! -dijo Fa-yen-. Pero probablemente no la comprendes".
-"¡Oh, sí! -explicó el monje-. Ping-ting es el dios del fuego. Que él busque el fuego es como que yo busque al Buddha. Yo soy el Buddha, y no hay nada que buscar ni que preguntar".
-"¡Justo lo que yo pensaba! -rió Fa-yen-. No lo entendiste".
El monje quedó tan ofendido que abandonó el monasterio; pero más tarde se arrepintió y regresó, pidiendo humildemente instrucción.
-"Dime, maestro, ¿qué es el Buddha?" -inquirió el monje.