Teoría y práctica. Un texto Zen

Hoy escribe Fernando Bermejo

En la época en que el maestro Shukô escribía un libro sobre los actos encomiables de un monje Zen, se acercó a él un novicio, que en términos arrogantes y con impertinencia le espetó:

"¿Qué sentido tiene escribir esta clase de libros si según el Zen no existen el bien ni el mal?".

A lo que Shukô respondió:

-"Los cinco agregados ofrecen vínculos y los cuatro elementos llegan a prevalecer; ¿cómo, pues, puedes tú decir que no existe el mal?".

El novicio insistió:

-"Los cuatro elementos se hallan, en definitiva, totalmente vacíos, y los cinco agregados no poseen la más mínima realidad".

Shukô le propinó una bofetada y dijo:

-"Hay muchos que solo son doctos. Tú todavía no estás en el camino recto. ¡Dame otra respuesta!".

Pero el novicio no respondió, y se dispuso a irse, con el rostro ensombrecido por la cólera.

-"¿Y decías que no hay mal? -añadió el maestro, sonriente-. ¡Quita el polvo de tu propia cara!".

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
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