Por qué la hipótesis de un “Jesús armado” es, como mínimo, verosímil

Hoy escribe Fernando Bermejo

Tras las muchas obras escritas sobre este tema, y en especial tras las recientes de José Montserrat, Jesús, el galileo armado (Edaf, Madrid, 2007) y el ensayo de Antonio Piñero -"Jesús y la política de su tiempo"- en el libro de triple autoría El discípulo (Ediciones B, Barcelona, 2010), sería una pretensión vana la de querer decir algo nuevo acerca de este tema. Mi modesta pretensión hoy es simplemente expresar de un modo especialmente claro y conciso el argumento central de la hipótesis de un Jesús nada ajeno a la violencia y a las armas.

El argumento podría ser expresado así:

A)Entre los datos que nos transmiten los propios Evangelios canónicos y el libro de los Hechos de los Apóstoles están los siguientes:

1) la crucifixión de Jesús a manos de los romanos (mors aggravata a sediciosos);

2) la presencia de armas de combate (espadas) en el grupo de Jesús, a sabiendas de este;

3) el uso de esas armas por parte del grupo de Jesús en un enfrentamiento;

4) el prendimiento de Jesús a manos de tropas abundantes (según el Cuarto Evangelio, una cohorte o destacamento de cohorte);

5) la presencia de Jesús y sus seguidores en el Monte de los Olivos (lugar asociado a revueltas político-religiosas);

6) el significado indudablemente político-religioso del ideario de Jesús;

7) la hostilidad mutua de Jesús (+ Juan Bautista) y el tetrarca Herodes Antipas;

8) la crucifixión con Jesús de sediciosos;

9) una intervención violenta de Jesús en el Templo de Jerusalén;

10) Sobrenombres de carácter violento en algunos de los discípulos de Jesús;

11) Noticias sobre traslados de Jesús a regiones limítrofes no judías (Fenicia, la Decápolis) difíciles de encuadrar en la estrategia de un predicador pacífico;

12) Noticias sobre el carácter político-material de las recompensas en el “Reino de Dios”;

13) La convicción de los discípulos de Jesús del carácter político del Reino de Dios (Hch 1, 6);

14) Indicios sobre el rechazo de Jesús al pago del tributo.

B)Los datos anteriores son totalmente incongruentes e incompatibles con la visión del Jesús pacífico que ha construido y presentado la tradición cristiana mayoritaria. Hasta tal punto es así, que todos los intentos de explicar esos datos en la óptica teológica obligan a establecer una enorme cantidad de racionalizaciones y actos de prestidigitación hermenéutica.

C)La hipótesis de un Jesús no pacífico, comprometido con la liberación político-religiosa de Israel –junto con la explicación de la despolitización de su figura por razones psicológicas e históricas– permite, por el contrario, una explicación simple, unitaria y elegante de la presencia de todos y cada uno de esos datos.

Teniendo en cuenta un principio elemental de la ciencia y del sentido común, es la hipótesis explicativa más simple la que debe ser preferida. Así pues, la verosimilitud histórica en lo referente a Jesús se encuentra en algún punto del arco que media entre una posición como la de –pongamos– S. G. F. Brandon a una como la de –pongamos– J. Montserrat.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo

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Apéndice de Antonio Piñero

Para que no pase desapercibido me opermito copiar el primer comentario a esta postal, de Jhon (sic) Talbot) del Prof. F. Bermejo y mi comentario personal:


COPIA:


Comentario por jhon talbot 27.05.10 @ 05:20
Saludos a todos:

Una suplica, que tal si hacemos algo constructivo con este tema y solo nos enfocamos a la busqueda del movil o motivo que pudo haber tenido jesus para esto. Sin movil no hay caso. Y yo no lo encuentro.

Saludos


Respuesta de Antonio Piñero:

Querido amigo:

El móvil es evidente: el deseo de colaborar con Dios para la consecución de la inmediata instauración del Reino de Dios en Israel. Sabemos muy bien (estudios sobre la apocalíptica judía) cómo sería el Reino. Un Reino de Dios material/espiritual en la la tierra judía, incompatible en absoluto con el Imperio romano. Un Reino religioso/político, pues Dios gobernaría su reino por medio de autorides delegadas, humanas, pero en conexión con la divinidad (régimen teocrático absoluto).

Los judíos tenían muy claro que sería Dios quien instauraría el Reino. Lo que variaba era el grado de colaboración humana, que iba en un arco amplio desde un celotismo extremo (aún no como partido político en tiempos de Jesús, pero sí como espíritu/"filosofía" religiosa como lo denomina Josefo) hasta un pacifismo relativo. Jesús pertenece a un punto intermedio tirando al pacifismo muy relativo, en el sentido de que siendo él mismo un pacifista relativo, no extremo, tenía simpatías hacia, se rodeaba de gente que blandía armas, tenía discípulos "celotas", predicó un Reino e hizo actos no compatibles con el Imperio.

Probablemente pensó, que aparte de la conversión interna, de la apertura de alma, de la disponibilidiad absoluta hacia el Reino, había que hacer un signo colaborativo, que mostrara externamente la disponibilidad humana, ante el pueblo y ante Dios, para que Éste instaurara por fin su reinado.

Ese signo, doble, fue la entrada mesiánica en Jerusalén y la purificación real y simbólica del Templo, de modo que pudiera estar mejor preparado para la Presencia divina inmediata. Es posible que esta Presencia e inicio del Reino comnenzara en el Monte de los Olivos, según Zacarías 14. Del mismo modo que Jesús había creído en Zacaría 9,9, creería también en Zacarías 14,4.

Saludos cordiales de
Antonio Piñero


FIN DE COPIA
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