Un interesante Comentario al Evangelio de Marcos: Joel Marcus comenta a Marcos (II) 146-02



Hoy escribe Antonio Piñero


Como suelo hacer, en la segunda parte de las presentaciones ofrezco alguna opinión personal al comentario básico del contenido ofrecido anteriormente.

En líneas generales estoy bastante de acuerdo con las opiniones de Joel Marcus, que considero están bien expuestas, atienden a las razones de los adversarios, son breves y equilibradas. En muchos caso me han hecho reflexionar sobre mis posiciones anteriores.

Como el comentario es amplísimo, me fijo en algunos apartados concretos como muestras. Además de un par de notas, debo concentrarme ante todo en la introducción, que interesará muchísimo a los lectores del blog, y que consta de las secciones usuales:

• Autor;

• Contexto: comunidad de Marcos (dónde, para quiénes se escribió; fecha de composición);

• Relaciones del Evangelio (sobre el “problema sinóptico”: ¿conoció Marcos la Fuente de los dichos? Concordancias menores entre Mateo y Lucas en contra –o en ausencia- del texto de Marcos; diversas ediciones de Marcos; ¿es el Evangelio secreto de Marcos [M. Smith] el predecesor de nuestro Evangelio?)

• Composición de Marcos: materiales brutos; ¿redactor conservador o teólogo creativo?; esquema del Evangelio ; género literario;

• El lugar de Marcos en la vida y el pensamiento cristianos: Marcos en la historia de las religiones; escatología apocalíptica de este evangelio; la batalla cósmica; relaciones entre Marcos y Pablo; cristología correctiva del Evangelio.

Como ven, temas interesantísimos. Comento algunos puntos:

• Estoy de acuerdo con Joel Marcus en que el autor, aunque no sepamos quién es en verdad, pudo tener el nombre usual de Marcos. Desde luego no es discípulo de Pedro y la hipótesis de que pudo ser Juan Marcos, no es rechazable.

• También me parecen muy aceptables que el Evangelio de Marcos no es una “encíclica” compuesta para todas las comunidades cristianas, sino para una concreta; que sus lectores eran ya creyentes; que el Evangelio no se utilizó fundamentalmente como medio misionero para los que aún no conocían el cristianismo; que, sin embargo es un libro de propaganda, porque defiende una imagen de Jesús y no otra (¿por ejemplo la Fuente Q”?), y que la comunidad estaba sumida en la angustia de una atmósfera de persecución.

• Aunque Joel Marcus no defiende, ni mucho menos, la tesis de Brandon (ni lo cita, lo que no parece bien) sobre el Evangelio de Marcos como una “Apología a favor de los cristianos y en contra de los judíos dirigida a la comunidad judeocristiana de Roma”, sin embargo, no la rechaza totalmente, aunque prefiere pensar que el Evangelio se compuso en tierras cercanas a Israel, probablemente en alguna región de la cercana Siria. Es posible. Pero el argumento principal de Brandon sigue en pie, sean o no los romanos los destinatarios: el Evangelio fue compuesto con la “Tendenz” de denigrar a los judíos y exculpara a los romanos de la muerte de Jesús, para defender una cristología específica de un Jesús pacífico y para hacer que los cristianaos fueran distinguidos cuidadosamente de los judíos.

• Respecto a la datación o fecha de composición es prudente Joel Marcus: defiende un arco que va entre el 69-75 d.C. pero se inclina a pensar que Mc 13, 1-2 conoce la destrucción del Templo. Por tanto es posterior.

• Sobre la relación del Evangelio de Juan con Marcos (y el resto de los Sinópticos) mantiene Joel Marcus una posición también prudente, aunque se inclina por la independencia del Cuarto Evangelio. No contempla en absoluto con seriedad, es decir, obteniendo las consecuencias necesarias, una hipótesis que cada vez me parece más plausible, a saber, que “Juan” sea una relectura profunda, una reescritura a fondo del material (no necesariamente de un Evangelio concreto) sinóptico, al que a veces alegoriza, y al que añade -¿por qué no?- material propio de cosas ("realia") y pequeñas o grandes anécdotas y datos sobre Jesús que él conoce entre la tradición oral. Pero la investigación, al hacer demasiado caso a estas diferencias, añadiduras u omisiones de datos concretos, pierde el punto de vista global para juzgar la relación de “Juan” con los evangelios anteriores, a los que critica sin duda alguna y pretende sustituir. Estoy de acuerdo con alguien que ha definido al Cuarto Evangelio como el “primer apócrifo” (respecto a la concepción de Jesús de los Evangelios sinópticos). Cierto: presenta una imagen de Jesús absolutamente inconciliable con la de los Sinópticos. Ahora bien, es duro -pero se debe- obtener las consecuencias de lo que se afirma.

• Sobre la relación de Jesús con Pablo defiende Joel Marcus una postura intermedia: el evangleio de Marcos “depende” en puntos clave de la teología paulina, pero no es, estrictamente hablando de la “escuela de Pablo”, como los autores de Colosenses y Efesios. Es un “paulino” por libre. Además corrige al Maestro en algunos puntos de su cristología. Estoy de acuerdo: pero de nuevo: ¡obténganse las consecuencias!

• Del mismo modo, el análisis somero (en este primer volumen que trata sólo hasta 8, 22) de Mc 13 lleva a Joel Marcus a postular que se reflejan en la redacción marcana de tal modo las circunstancias de la Guerra judía del (66-73; incluida la toma de Masada) que el evangelista Marcos evangelista ha modificado muy a fondo el sentido de las presuntas palabras de Jesús para acomodarlas a lo que realmente pasó. De nuevo: no se haga sólo la observación: ¡obténganse, o dedúzcanse, las consecuencias! Si Marcos es tan editor que modifica aquí (Mc 13) radicalmente el tenor de las posibles palabras de Jesús…, ¿dónde ponemos la barrera para detener las sospechas y decir: “Aquí nos paramos. Esto que transmite Marcos es totalmente genuino”?

Por lo demás, en otros apartados no le tiembla la mano a Joel Marcus para alejarse de ciertas posturas tradicionales de exegetas católicos (supongo, no lo sé, que él no lo es; ni siquiera sé si es de ascendencia judía o no; no me he puesto a investigar en Internet). Por ejemplo en el vidrioso asunto –para algunos; para otros, sin importancia- de los “hermanos de Jesús”. Aquí se alinea con la mayoría de los exegetas contemporáneos, incluidos los católicos = J. P. Meier, con valentía, que defiende que “hermanos” en los Evangelios hay que entenderlo como “hermanos de carne y sangre”. El pasaje de Mc 3,31-34 ("¿Quiénes son mi madre, mis hermanas y mis hermanos?") pierde totalmente toda su fuerza si se acepta que en vez de “hermanos” eran sus primos.

• Último caso que comentaré: la perícopa Mc 7,1-15 sobre las normas de la pureza cultual y la validez de la ley de Moisés. La argumentación de Joel Marcus es larga, serena y respetable, pero no acaba de convencerme tal como se expresa: como una atribución al Jesús histórico de algo que me parece que es sobre todo teología de Marcos. El asunto es supercomplicado y no es extraño que J. P. Meier haya dedicado casi un volumen entero al tema.

En síntesis
: puedo disentir en algún punto, pero me gusta este comentario. El tono, la argumentación, su enorme claridad, el modo de enfocar serena y complexivamente los problemas. Supongo que el segundo volumen seguirá por estas vías.

Respecto a la traducción de Xabier Pikaza: es en líneas generales buena. Me consta que ha sido muy revisada y cuidada. Aún así, dada mi experiencia en clases en la Facultad con traductores profesionales del inglés al español, pienso que quizá soy demasiado sensible y puntilloso con la lengua, y que veo algunas posibilidades de mejora. Voy a poner cuatro o cinco ejemplos (que son quizás nada en ¡casi 650 páginas!):

• No se puede traducir “Índice de figuras”, sino “Índice de tablas”. ¿Cómo se dice en castellano una “figura cronológica” o una “tabla cronológica”? Naturalmente lo segundo.

• No se puede mezclar indistintamente “preservar” y conservar” ¿Cómo se dice en castellano “consérvese de la luz” o “presérvese de la luz”?; pues téngase igual cuidado a la inversa.

• ¿Cómo se dice en castellano “cooperador” o “colaborador”? Evidentemente lo segundo.

• Ojo con la palabra “asociar” en inglés: no puede decirse -porque va contra la "verdad" de lo que dicen los Hechos- que “Marcos aparece ‘asociado’ con Pablo tanto en Hechos como en la correspondencia paulina”. ¿Era Marcos un “socio” de Pablo? O ¿más bien estos textos “relacionan” a Marcos con Pablo? Evidentemente, lo segundo.

• Leemos: “Muchos investigadores críticos se han mostrado escépticos con esta ‘visión’…” ¿Celestial? ¿No sería mejor “se han mostrado escépticos con o ante este punto de vista” o “respecto a este punto de vista”? "Vision" en inglés tiene en ocasiones un campo semántico diferente al español. No puede traducirse mecánicamene.

• “Basándose en “evidencias arqueológicas” es un anglicismo puro. “Basándose en testimonios, restos o pruebas arqueológicas”. En castellano “evidencia” se usa en singular y con un sentido global y diferente.

• No se escribe en castellano “Cele-Siria”, sino Celesiria, ni tampoco “anti-romano” ni “anti-gentil”, sino antirromano y antigentil. Ese uso del guión, desconocido hasta hace poco en castellano, es una pura adopción de una norma gráfica inglesa. Que además se aplica sólo cuando olvidamos en verdad el uso en nuestra lengua. Ejemplos: ¿hay alguien que se atreva a escribir así palabras comunes de formación absolutamente semejante? = anti-patriota, anti-pático, anti-disturbios. Y no me extiendo más, porque lo mismo podría decir del empleo de “auto” con guión… He leído alguna vez auto-suficiente. Estupendo. Escribamos también auto-moción y auto-móvil, y auto-mático (“lo que se aprende fácilmente, por sí mismo”) etc.

En fin, que me perdone mi amigo Xabier por estas críticas mínimas a su traducción, porque admito y valoro en conjunto su ímprobo esfuerzo al traducir este volumen tan amplio…, que en líneas generales se lee con gusto y con una fluidez extraordinaria. Disfrutemos de él -y de la labor de Xabier por hacérnoslo accesible y cómodo- porque de un comentario como éste es de lo que más se aprende en temas de Nuevo Testamento.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
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