Biblia, exégesis y religión. Una lectura crítico-histórica del judaísmo (I) (160-01)



Hoy escribe Antonio Piñero



Quero presentar hoy un libro de Adolfo Roitman, director del “Santuario del Libro”, del Museo de Israel en Jerusalén, en donde entre otros tesoros se hallan, bien custodiados los originales de los manuscritos del Mar Muerto. Su ficha completa es la siguiente:

Adolfo D. Roitman, Biblia, exégesis y religión. Una lectura crítico-histórica del judaísmo. Editorial Verbo Divino, Estella 2010, 305 pp., con ilustraciones. ISBN 978-84-9945-1008.


Desde el siglo XIX hasta nuestros días las ciencias bíblicas se han ido perfeccionando, convirtiéndose en una especialidad enormemente elaborada. Si en sus comienzos los especialistas se centraron en los textos analizándolos exclusivamenye desde una perspectiva filológica, teológica o histórica, con el tiempo las metodologías científicas se transformaron en mucho más elaboradas y complicadas, incluyendo ahora nuevas aproximaciones como la literatura, la arqueología, la antropología, la psicología y algunas otras más. Estos avances permitieron acceder así a nuevos niveles de comprensión del texto, descubriendo en ellos significados profundos y ocultos. Nuevas perspectivas que enriquecen el pensamiento propio del lector que –creo- se siente satisfecho al percibir más cosas aún en el texto que lo que ofrece a primera vista.

Sin embargo, los frutos de estos logros intelectuales no siempre llegan al conocimiento público, en muchos casos debido al lenguaje técnico y a los análisis enrevesados utilizados por los investigadores. Como resultado de ello, el academicismo riguroso ha convertido en muchas ocasiones a los estudios bíblicos de hecho en un campo casi “sectario”, propio de "iniciados" en la materia. El gran público se queda fuera.

De forma paralela a esta lectura secular, crítica e histórica de la literatura bíblica, grupos fundamentalistas en las tres religiones monoteístas comenzaron a leer las Escrituras de una manera acrítica, tergiversando o manipulando el significado original de sus contenidos en pro de sus intereses particulares… religiosos o no tanto.

Estas lecturas basadas en la literalidad y la descontextualización de los textos sirvieron para justificar agendas políticas o ideológicas, a la usanza del uso de la Biblia en la tradición rabínica judía o patrística cristiana, convirtiéndose precisamente por ello en muy atractivas y asequibles para el público común. En buena parte por estos hechos –tanto la lectura en exceso cientificista como la fundamentalista- el estudio histórico de la Biblia fue perdiendo seguidores. En otros casos, dio paso a hermenéuticas existencialistas, místicas o espirituales, también ajenas al sentido de los textos tal como fueron escritos en su momento.

El presente libro es un suerte de reacción a los procesos mencionados. Es del tipo de alta divulgación, escrito en un lenguaje sencillo y claro, pero a la vez con un sólido rigor científico, que invita a los legos a leer de una manera crítica-histórica los textos bíblicos, especialmente la sección del Pentateuco. Combinando los resultados de la investigación científica con materiales originados en la tradición religiosa (particularmente, la tradición judía), el objetivo del libro es leer la Biblia a la luz de la intrincada realidad social, política y religiosa del pueblo de Israel en la época antigua, recuperando así su dimensión histórica y a la vez testimonial de una época. Al leerlos a esta luz, los textos antiguos plantean perspectivas sugerentes al lector de hoy, le plantean nuevas preguntas y le ofrecen la posibilidad de responderlas.

La obra que comentamos se compone de tres partes:

En la primera se estudian algunos de los más conspicuos personajes de la narrativa bíblica (Abrahán, José y Moisés, Jacob, Josué, entre otros), poniendo un énfasis especial en el tratamiento exégetico de estas figuras en la tradición judeocristiana.

En la segunda parte se tratan temas clásicos del Pentateuco (como el diluvio universal, la salida de Egipto o el becerro de oro, la generación del desierto como modelo posible para Juan Bautista), explorando en muchos casos los límites difusos entre la historia y el mito. Y, finalmente,

• La tercera parte está dedicada a estudiar en detalle la revolución espiritual del Deuteronomio, explorando temas medulares de la fe de Israel como el monoteísmo, el aniconismo (prohibición del uso de imágenes) o la centralización del culto.

El texto va acompañado con notas explicativas al pie de página, no muchas, ni demasiado técnicas, pero enriquecedoras con la presentación, o discusión, de las perspectivas de otros autores. El libro concluye con un breve epílogo, un glosario de conceptos y fuentes, y una bibliografía.

Los ensayos breves que componen el texto, unos cuarenta -cada uno de pocas páginas por lo que su lectura es fácil y no tiene por qué ser seguida- no tienen por propósito conducir a la fe en "verdades absolutas", sino, por el contrario, generar la libertad de pensamiento, la duda y el conocimiento.

Pero más allá de informar y discutir, la esperanza es que la lectura de la obra les permita a judíos y cristianos conocer facetas desconocidas de su tradición religiosa, hasta el punto de reconocer las raíces comunes de sus orígenes. Ciertamente, el propósito final va más allá de lo académico, teniendo por meta promover la tolerancia del "Otro" y el diálogo interconfesional.

Un libro interesante, ilustrativo, que ofrece materia para pensar sin inducir al cansancio o hacer que caigamos en el torpor del sueño.

Mañana comentaré algunos temas del libro y sobre todo sus conclusiones.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
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