Adaptación de la vida social cristiana al Imperio Romano (161-18)

Hoy escribe Antonio Piñero

Sigo con la transcripción –con reordenación, en ciertos casos- de los párrafos de Mosterín, cap. 3º de su obra “Los cristianos” de Alianza Editorial.

• Adaptación de los cristianos al Imperio romano

“Una vez convencido de sus nuevas ideas judeocristianas, la principal preocupación de Pablo era el marketing del cristianismo, el asegurar a cualquier precio la extensión del mensaje cristiano paulino entre los gentiles del Imperio romano.

“La primera dificultad con que se enfrentaba era la fama de subversivos y peligrosos que los cristianos tenían entre las autoridades establecidas, debido a las circunstancias de la muerte de Jesús, ajusticiado por rebeldía. Pablo trató de borrar la huella del carácter antiautoritario y socialmente conflictivo de Jesús; por ello aconsejó a los cristianos tener la conducta menos provocativa posible, presentándose siempre como pacíficos, obedientes a la autoridad establecida, socialmente conformistas, sumisos y leales al Imperio.

Sométase todo individuo a las autoridades constituidas; no existe autoridad sin que lo disponga Dios y, por tanto, las actuales autoridades han sido establecidas por él. En consecuencia, el insumiso a la autoridad se opone a la disposición de Dios y los que se le oponen se ganarán su sentencia. [...] Si no eres honesto, teme, que por algo lleva [la autoridad] la espada: es agente de Dios, ejecutor de su reprobación contra el delincuente. [...] Y por la misma razón pagáis impuestos, porque son funcionarios de Dios dedicados en concreto a esa misión (Romanos 13).



• Los discípulos de Pablo acatan también la autoridad del Imperio en el que viven

“La presunta primera carta de Pedro, que en realidad es posterior y representa más bien las ideas de Pablo que las de Pedro, va en la misma dirección:

Acatad toda institución humana por amor del Señor; lo mismo al emperador como a soberano que a los gobernadores como delegados suyos para castigar a los malhechores y premiar a los que hacen el bien. Porque así lo quiere Dios. [...] Criados, sed sumisos a los amos con todo respeto, no solo a los buenos y comprensivos, sino también a los esquinados. Porque dice mucho en favor de uno si, por la experiencia que tenemos de Dios, soporta que lo maltraten injustamente. Vamos a ver, ¿qué hazaña supone aguantar que os peguen si os portáis mal? En cambio, si hacéis el bien y además aguantáis el sufrimiento, eso dice mucho ante Dios (1 Pedro 2, 13-20).


• Pablo no cuestiona la esclavitud

“Incluso los esclavos tenían que aceptar su condición y aguantar con paciencia los posibles malos tratos que sufrieran.

Siga cada uno en el estado en que Dios lo llamó. ¿Te llamó Dios de esclavo? No te importe (aunque si de hecho puedes obtener la libertad, aprovéchate), porque si el Señor llama a un esclavo, el Señor le da la libertad, y lo mismo, si llama a uno libre, es esclavo de Cristo. [...] Hermanos: cada uno siga ante Dios en la condición en que lo llamaron (1 Corintios 7, 20-24).


“En la presunta carta de Pablo a los efesios, que no es de Pablo, sino posterior, pero que a pesar de todo refleja su pensamiento, leemos:

Esclavos, obedeced a vuestros señores terrenales con temor y temblor, de corazón. No os limitéis a la obediencia externa que busca concitarse el favor de los hombres, sino afanaos como esclavos del Cristo que ponen toda su alma en cumplir la voluntad de Dios (Efesios 6, 5-7).


Apostilla:

Creo que la archisabida explicación de que a Pablo, obsesionado por la idea del “poco tiempo que resta” para el fin del mundo, no podía ni ocurrírsele cualquier tipo de reforma de una sociedad caduca, destinada a la perdición (¿a la aniquilación junto con sus gentes? Los salvados serán muy pocos). Buscar un Pablo reformista es “pedir peras al olmo”.

Seguiremos
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
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