Juan Bautista y los Rollos del Mar Muerto (I) 167-08

Hoy escribe Antonio Piñero

Seguimos comentando el libro "El significado de los Rollos del Mar Muerto".

VanderKam y Flint dan por casi zanjada la discusión académica sobre Juan Bautista y los textos qumranitas, ya que sólo dedican un par de páginas (340-341) al tema. Pero la gente sigue aún preguntando sobre la cuestión con cierta insistencia.

Nuestros autores sostienen, en síntesis, que no hay pruebas definitivas para relacionar a Juan Bautista con la comunidad de Qumrán. Pero asumen positivamente que hay “muchos expertos” que sostienen que el Bautista tuvo contactos o incluso relaciones reales con el asentamiento de Qumrán durante su ministerio.

A este respecto escribía yo en 1997:


Nadie puede poner en duda que Juan el Bautista, como maestro que fue de Jesús, es una de las figuras señeras del cristianismo primitivo, aunque él, naturalmente, jamás fuera cristiano. Desde las primeras publicaciones de manuscritos qumranitas los investigadores señalaron ciertas concomitancias entre la predicación del Bautista y el pensamiento teológico de los esenios de Qumrán: se vieron similitudes, o a veces igualdades, entre el bautismo de Juan, su predicación escatológica, su crianza en el desierto y su alimento singular con fenómenos análogos de los esenios. Sobre todo al principio de los descubrimientos se llegó a pensar que Juan Bautista estuvo de algún modo conectado con Qumrán o, al menos, con los esenios en general. ¿Qué podemos opinar sobre tales concomitancias? ¿Podemos afirmar que Juan Bautista fue un miembro de la comunidad de Qumrán, o al menos un esenio?

(artículo citado en notas anteriores)

Cuatro son los argumentos que –según VanderKam y Flint- sustentan una propuesta afirmativa al respecto:

1. El contexto familiar y el linaje de Juan encajan con las creencias de los miembros de la Alianza, de Qumrán. Y cita Lc 1.7.18 y Flavio Josefo Guerra 2, 120, sobre la adopción de niños por parte de los esenios célibes para educarlos en un judaísmo estricto. Propone que Juan pudo ser uno de ellos.

Personalmente me siento escéptico ante el argumento porque los textos de Lucas 1-2 no son fiables desde el punto de vista histórico.

2. La localización geográfica del ministerio de Juan pudo haber incluído en algunos momentos la zona vecina de Qumrán.

Tampoco me parece evidente el argumento. El Evangelio de Juan dice que el Bautista bautizaba “al otro lado del Jordán” (1,28) y en Enón (3,23) donde había mucho agua. Por tanto más al norte. Y la proximidad geográfica… ¡no es argumento!

3. El ministerio de Juan comparte rasgos con la comunidad de Qumrán:

a) el mensaje de la urgencia del fin;

b) la posición destacada de las abluciones entre los ritos de ambos grupos: esenios y baptistas.

Pero, veremos a continuación que las diferencias son más grandes que las similitudes

4. La interpretación de la Escritura era similar a la de la comunidad de Qumrán. Por ejemplo el uso de Isaías 40,3 por Juan Bautista (Voz que clama en el desierto…) y la comparación de su exégesis con la de la Regla 8, 12-16 (“ Se separarán [los de la comunidad] de los hombres para ir al desierto, como está escrito: ‘En el desierto preparad el camino del Señor’…”

Pero la utilización de este pasaje es común con otros grupos de judíos y por Jesús mismo…, bien alejado del espíritu claustral y exclusivista de Qumrán

Escribí:

“Sólo una comparación del mensaje e historia del Bautista con el ideario de los esenios, en especial el subgrupo de Qumrán, puede ayudarnos a responder estas cuestiones. No existe otro método científico que el comparativo.

Ciertamente existen las concomitancias entre Juan Bautista y Qumrán que han dado pie a una respuesta afirmativa a esta cuestión, y el contraste de la figura y mensaje del Bautista con los nuevos textos de Qumrán que se han ido publicando ha puesto de relieve ulteriores zonas de contactos. Los más conspicuos son las siguientes:

a) la razón ya mencionada de una utilización utilización de Isaías 40,3: para justificar la misión y predicación preparatoria a la venida inmediata del juicio divino:

“Mira: envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, rectificad sus sendas” : Mc 1,2 3

b) la notable tensión escatológica, es decir la tensa espera de un fin inminente del mundo tal como era entonces y la implantación de la soberanía divina en una tierra renovada;

c) la exigencia de la conversión sincera y la entrega escrupulosa al cumplimiento de la Ley como camino hacia esa soberanía divina;

d) un cierto distanciamiento de la piedad en torno al Templo de Jerusalén, al menos en la no mención especial de los sacrificios y la piedad cultual. Este último rasgo destaca llamativamente porque Juan era sacerdote por nacimiento (si es que son dignas de crédito las noticias de Lc 1 sobre la familia sacerdotal de Juan Bautista)”.

Ahora bien, frente a estas concomitancias, hay notables diferencias. Y son precisamente éstas las que más luz pueden aportar para la respuesta a la cuestión planteada, a saber, las relaciones entre el Bautista y la comunidad de Qumrán.

Veremos estas diferencias en la nota siguiente

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
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