Posición de la Iglesia católica sobre la eutanasia (168-02)

Eutanasia A. Monclús


Hoy escribe Antonio Piñero


El libro de Antonio Monclús abre su primera parte exponiendo muy honesta y documentadamente la posición eclesiástica sobre la eutanasia, muy contraria a la suya. Argumenta que en el

“Contexto occidental… resulta difícil, cuando no inviable separar los argumentos ideológicos, políticos y morales del enfoque religioso cristiano sobre la eutanasia. Lo que es claro el rechazo radical a ella por parte, en concreto, de la Iglesia católica. Los argumentos básicos son:

• El principio de la inviolabilidad del don divino de la vida. Ésta es un bien “no disponible” personalmente. La vida es un don de Dios del que el individuo no puede disponer. Con Tomás de Aquino se afirma:


Disponer de la vida propia es apropiarse de un derecho que corresponde a Dios. La vida humana es sagrada. Dios, en su día pronunció solemnemente el interdicto “No matarás”.

• La eutanasia es una falta grave de amor hacia uno mismo

• La eutanasia es una indebida dejación de las responsabilidades sociales.

• La eutanasia quebranta el mandmiento "No matarás".

La teología que evoluciona después subraya:

• El dolor en la vida bien llevado es un bien espiritual y se transforma en dolor cristiano. El creyente puede asumirlo voluntariamente a imitación de Cristo y tiene un valor corredentor.

• La pena de muerte y la guerra justa son “expresión del derecho a la legítima defensa de la sociedad contra la agresión injusta”.

• El bien de mantener la vida se fundamenta en la dignidad de la persona humana, hecha a imagen y semejanza de Dios.

• El mártir no es un suicida que atente contra su vida. Él no sequita la vida, sino que se la quitan. No realiza un suicidio, sino que es víctima de un homicidio.

La condena eclesiástica de la eutanasia tiene sus ramificaciones. Monclús recoge, para finalizar, la opinión de Benedicto XVI en la encíclica “Caritas in veritate”:

“No han de minimizarse los escenarios inquietantes para el futuro del hombre, ni los nuevos y potentes instrumentos que la cultura de la muerte tiene a su disposición. A la plaga difusa, trágica, del aborto, podría añadirse en el futuro… una sistemática planificación eugenésica de los nacimientos. Por otro lado se va abriendo una “mente eutanásica”, manifestación no menos abusiva del dominio sobre la vida, que en ciertas condiciones ya no se considera digna de ser vivida. Detrás de estos escenarios hay planteamientos culturales que niegan la dignidad Dios la vida humana” (p. 75).

A estos argumentos responderá Monclús en el resto del libro, como apuntamos ya en el resumen de sus argumentos, y que comentaremos.


Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
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