¿Existió la “Fuente Q”? Dos libros interesantes (176-01)

Guijarro El Documento Q


Hoy escribe Antonio Piñero


Esta semana deseo presentar dos libros, breves y enjundiosos sobre la “Fuente Q” que para muchos es un documento muy misterioso. Como es sabido, se denomina así a un “texto” de carácter evangélico (posteriormente precisaremos), que contiene prácticamente solo dichos de Jesús... pero del que aún no se ha encontrado testimonio alguno por escrito entre los manuscritos o papiros que nos ha legado la Antigüedad, A pesar de ello se postula que debió de existir porque tal existencia -como texto escrito del que se podía copiar- daría razón de la cantidad notable de concomitancias y parecidos entre Mateo y Lucas, que llegan a la igualdad literal en muchos casos, en pasajes de sus Evangelios que no están copiados del Evangelio de Marcos. Se argumenta: es tan estrecho el parecido entre Mateo y Lucas en esos casos que no basta para explicarlo la tradición oral. Tuvo que existir un documento, escrito en griego del que ambos evangelistas tomaron sentencias de Jesús que no se hallan en su predecesor y fuente, Marcos.

El primero de los libros que deseo presentar y que trata de este presunto documento es una edición simplificada española, obra de Santiago Guijarro, de un libro en ingles de J. M. Robinson, P. Hoffman, J. S. Kloppenborg junto con M. C. Moreland como director ejecutivo. El libro español está titulado: El documento Q en griego y en español. Con paralelos del Evangelio de Marcos y del Evangelio de Tomás (gnóstico) (Biblioteca de estudios bíblicos 107). Edit. Sígueme, Salamanca 2002, 233 pp. ISBN: 84-301-1464-5.

El segundo es de Senén Vidal: El Documento Q. Los primeros dichos de Jesús. Ed. Sal Terrae (col. “Presencia Teológica” 130), Santander 2011, 158 pp. ISBN: 978-84-293-1903-3.

Paso a describir el contenido y propósito de cada uno de ellos.

El primero es, como se indica expresamente en el “Prólogo”, una versión abreviada de la obre en inglés, The critical Edition of Q: Synopsis including the Gospels of Matthew and Luke, Mark and Thomas, with Englis, German and French Translations of Q and Thomas, publicada conjuntamente en el 2000 por las editoriales Fortress Press y Peeters.

El texto crítico de Q, es decir con variantes a pie de página según los manuscritos y de acuerdo con la los investigadores más destacados, es el resultado del trabajo de más de dos décadas de un equipo liderado ante todo, creo, por James M. Robinson, titulado “The International Q Project”. El libro presenta en páginas enfrentadas el texto griego y su traducción (en este caso, castellana).

Aparte de los instrumentos críticos para indicar el proceso de reconstrucción, el texto en inglés lleva una serie de siglas que señalaban el grado de certeza de esa reconstrucción, desde A (segura), seguida por B, C, D, (grados descendentes de certeza) hasta U (insegura o indeterminada). Se considera suficiente para ser presentada al público una reconstrucción que logra el grado C, pero siempre se señala –incluso en el texto castellano con un doble paréntesis cuadrado, [[]].

Es muy destacado en esta edición greco-castellana el que se hayan añadido varios instrumentos útiles de trabajo:

1) La lista de los textos de la “Fuente Q” según el Evangelio de Mateo. Es útil porque normalmente se cita el texto Q según el orden de Lucas (ya no es necesario avisar porque se está prácticamente de acuerdo en la investigación que por lo general el orden de Lucas --en su reproducción-- es el más fidedigno respecto al presunto original que el de Mateo.

2) Un Índice + Concordancia del vocabulario significativo de la “Fuente Q”, es decir: se excluyen el artículo y pronombres personales y relativos. Este índice lleva también traducción española.

El texto griego ofrecido es también el usual en los trabajos científicos, a saber, el de Nestle-Aland 27, dividido por perícopas, la mayoría muy breves, con su numeración según Lucas, como hemos dicho, y unas palabras (ladillos) que resumen el tema. Es de verdad útil poder comparar el texto crítico conseguido con el del Evangelio de Tomás, cuando hay paralelos, y con el texto de Marcos. Los dos se citan en griego (reconstruido para el Evangelio de Tomás, pero muy fiable) y se traducen también al castellano.

Tanto en la traducción como en el griego se han eliminado las complejas siglas de la edición original. Sólo se indica el grado de certeza “C”, como señalamos.

3) Es bueno que se haya conservado la “Introducción” de J. M. Robinson al texto del Edición Crítica original, porque me parece interesante cómo documenta el autor los más momentos decisivos de la historia de la investigación de la “Fuente Q”, desde los logia arameos de Papias (recogida su mención por Eusebio de Cesarea), hasta los intentos más modernos de confirmación de ese presunto texto Q y su reconstrucción, pasando por los estadios intermedios, cuando aún se afirmaba loa existencia de "los dichos de Jesús" recogidos en el “auténtico Evangelio de Mateo” (perdido), que luego fue utilizado por Lucas (así Christian Hermann Weisse, 1838), cóm impulsó la investigación de Q la publicación de los logia del Evangelio de Tomás en los Papiros de Oxirrinco (Grenfell y Hunt); cómo se desechó el “Documento Q” en arameo defendido por Julius Wellhausen, los avances directos o indirectos sobre Q en las obras de Albert Schweitzer, Adolf von Harnack, el impulso de la Historia de las Formas a la consistencia de la hipótesis Q, por Martín Dibelius… Burnett Hillman Streeter, etc. hasta nuestros días con las dos ediciones previas de Kloppenborg, que se valoran debidamente. Una historia breve y excelente, verdaderamente clara e iluminadora.

Mañana describiremos la obra de Senén Vidal (con su foto de cubierta) que es muy distinta.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
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