Material apócrifo sobre Pablo de Tarso

Recta


Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Material apócrifo sobre Pablo de Tarso

Al material contenido en los documentos enumerados en nuestra postal anterior añadiremos pequeños detalles tratados como apéndices, que pueden incorporarse al cuerpo de los HchPl. Algunos forman parte del material de estos Hechos, otros presentan dudas más que razonables de su pertenencia a los HchPl primitivos. Pero los ofrezco todos porque considero que de todos modos son parte de la tradición, preocupada de recoger y ofrecer a la piedad cristiana aspectos de la vida y del ministerio de Pablo.

Uno de ellos es la narración griega de los últimos momentos de la vida de Tecla en Seleucia con datos interesantes sobre su actividad taumatúrgica y la hostilidad de los médicos contra ella. Pensaban que su conducta era un problema de competencia que mermaba sensiblemente sus ganancias. Pensaban los galenos que su eficacia taumatúrgica era debida a su vida de castidad premiada por la diosa virgen Ártemis o Diana de Éfeso. Esa fue la razón por la que pretendieron con jóvenes disolutos corromper a la virginal Tecla para privarla de sus poderes.

Un segundo apéndice es el diálogo de Jesús con Pedro y con Felipe sobre temas muy genéricos, considerado por varios autores como posible fragmento de los HchPl. Mi opinión personal es que se trata más bien de un documento de carácter de evangelio apócrifo o “Diálogo de revelación”.

Como tercer apéndice poseemos el fragmento de Nicéforo Calixto (s. XII/XIII), que trata de la estancia de Pablo en Éfeso. Está tomado de su Historia Eclesiástica y refiere sucesos y personajes conocidos por pasajes auténticos de los HchPl. Entre otros detalles, alude a la escena del teatro, en la que arrojaron contra Pablo el león que se postró mansamente a los pies del condenado.

El cuarto y último de los apéndices es la Carta de Pelagia, que habla del ministerio de Pablo en Cesarea y del encuentro de Pablo con el león en la montaña. Cuando luego fue Pablo arrojado a las fieras en el teatro de Éfeso, el león resultó ser el mismo con el que había intimado cuando vivía en libertad, león que fue bautizado por el Apóstol.

Las tradiciones cristianas, conservadas en la literatura apócrifa y que ofrecen datos concretos sobre la vida Pablo, parten de los tiempos posteriores a su conversión. En ellas, sin embargo, se recuerdan aspectos de su conducta anterior, como su pertenencia a la secta de los fariseos y el furor con que persiguió a la Iglesia naciente.

El primer dato, cronológicamente hablando, sobre los sucesos de la vida de Pablo en la literatura apócrifa, es el testimoniado en el Bulletin of the John Rylands Library, publicado por W. E. Crum. Se supone que ha sucedido el episodio de la visión en el camino de Damasco. El texto del papiro dice textualmente: “Sube a [Damasco] y, cuando dejes la ciudad, vete a Jerusalén”. En efecto, la visión le dijo a Pablo que entrara en la ciudad de Damasco, donde se le diría lo que tenía que hacer (Hch 9,6). Igualmente, la narración de Lucas refiere que Pablo subió a Jerusalén (Hch 9,26). Del camino de Damasco a Jerusalén nada cuenta Lucas. Pero por los relatos apócrifos, conocemos que Pablo subió de Damasco a Jerusalén pasando por Jericó. Fue en el contexto de ese viaje cuando Pablo se encontró con el león, que pidió y recibió el bautismo.

De la estancia de Pablo en Jerusalén tenemos la información, escasa y mutilada, del PHeid, p. 60/59-60/61. Se cuenta que Pablo persiguió a los cristianos, pero que luego sufrió varias tribulaciones y se sometió a la ley de Moisés. Un judío anónimo, preocupado por las pruebas que Pedro tenía que soportar, hace una confesión de su nueva fe. Reconoce, por ejemplo, que Cristo es el hijo de Dios, “a quien nosotros hemos crucificado”. Se dirige luego a Pablo que está en Jerusalén, pero que será enviado a la gentilidad.

Encontramos un nuevo acontecimiento narrado en el papiro de Heidelberg (pp. 1-6)) como sucedido en Antioquía de Pisidia. Aunque se discute acerca de la identidad de la ciudad, creo que se trata en efecto de Antioquía de Pisidia. El gran fragmento de los HchPlTe empieza precisamente con la llegada de Pablo a Iconio, ciudad de Pisidia.

El texto refiere la resurrección de un hijo del matrimonio formado por Ancares y Fila. Después de algunas disensiones entre los esposos, Pablo realizó el gran milagro, que suponemos narrado en las numerosas líneas que faltan en el papiro. La estancia del apóstol Pablo en Antioquía de Pisidia terminó, como en otros casos, con la persecución desencadenada según el apócrifo por la comunidad judía contra él y su violenta expulsión de la ciudad.

La foto es del arco romano en la Calle Recta de Damasco (Hch 9,11)

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
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