Evolución histórica de la monarquía faraónica como divina (204-06)

Hoy escribe Antonio Piñero


Complementamos con algunos datos más lo dicho sintéticamente en las postales anteriores.


Cuando el sur (Alto Egipto) conquista al norte (Bajo Egipto) los dioses de las dos regiones separadas de amalgaman: las divinidades que tienen cualidades y características semejantes se hacen una. La razón de este fenómeno (que ocurre en muchísimas religiones cuando un pueblo conquista a otro) es mítico-religiosa y relacionada con la realidad egipcia: la dualidad unificada es lo perfecto; la división es imperfecta. Además suele ocurrir que "lo que fue después" y parece bueno se remonta a los orígenes... como si siempre hubiera sido así. Tras la conquista, Los dioses del norte (Bajo Egipto) fueron asimilados globalmente con los dioses del sur (Alto Egipto), y a la inversa, porque tenían características afines. Ya a finales del último período predinástico, es decir, antes de que comenzara la primera dinastía fraónica de Egipto unido, se había hecho esta unidad y había un sentir religioso común en todo el valle del Nilo.

Los arqueólogos sostienen que en tiempos predinásticos se tendía a “confundir” en realidad a Horus y Set. Se consideraba que el “orden” (Horus) y el “caos” (Set) iban juntos y que eran en realidad una misma divinidad, aunque aparecieran representados como dos figuras separadas.Es en tiempos dinásticos cuando hay una evolución. Se tiene a separar los aspectos de Set y Horus y se resalta que el monarca vivo es ante todo Horus encarnado y no Set.

Además prima en la concepción del faraón la faceta guerrera victoriosa, la que había conquistado el Delta y había unificado los dos Egiptos. En el nombre de estos faraones ya no aparece Horus/Set = los Dos Señores (en egipcio “Nebuy”) sino sólo Horus delante del nombre del rey. A partir de la 3ª Dinastía este proceso se hace firme y el faraón es ante todo Horus = Sol = poder único cósmico (y guerrero).

A partir de la 3ª dinastía comienza a verse en las edificaciones reales esta concepción subyacente de la divinidad solar de los reyes, absoluta, cuyo símbolo es la pirámide. El faraón Dyesert construyó la pirámide solar escalonada de Sáqqara.

Con los grandes soberanos de 4ª dinastía, Queops, Quefrén y Micerino, los faraones se convierten en auténticos ´”reyes Sol”: reyes dioses, omnipotentes y absolutos. Es muy posible que la masa del pueblo estuviera descontenta con tanta tiranía, pero la teología oficial continuó considerándolos como reyes absolutos por derecho divino, garantes del orden cósmico y de la prosperidad, que aglutinaban el cuerpo social en torno a un gran símbolo, la pirámide/sol/ faraón.

La pirámide es tanto la representante del Sol como de la colina primordial de los orígenes desde donde había subido el sol hacia el cielo y se había constituido allí como soberano. La construcción de la pirámide/símbolo supuso, como hemos indicado, trabajos forzados para el pueblo (según Heródoto II 129) y la existencia de miles de esclavos en pésimas condiciones, pero tenía el sustento de la teología y de las creencias populares. Por eso se hicieron. Pero esta situación duró mientras la monarquía fue capaz de fascinar y de hacer sentir su grandeza cósmica y ordenadora, mediante un estado fuerte y poderosamente centralizado. Luego cambia un tanto el concepto, como veremos.


Seguiremos.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

AVISO PARA LOS QUE ESTÉN EN MADRID...

y les apetezca:

Hoy viernes, 3 de junio 2011,
de 18,00 a 21,00 horas


estaré en la Feria del libro de MADRID,
Caseta 122

para firmar libros míos, o charlar, con el que lo desee.

Saludos de nuevo,

Antonio Piñero
Volver arriba