Gonzalo Puente Ojea. Una semblanza intelectual (II) (189-02)

Anthropos - Puente Ojea


Hoy escribe Antonio Piñero

Continuamos con la transcripción de la muy breve "Semblanza intelectual" de Puente Ojea publicada en la revista Anthropos nº 231 de 2011.

En los citados "Apuntes para una autobiografía" –publicados en su obra Elogio del ateísmo (1995), (véase la postal anterior) Gonzalo Puente Ojea levanta un acta diáfana de sus extensas e intensas lecturas de un repertorio de obras clave y del máximo nivel intelectual cuya lectura es en extremo conveniente para la intelección del cristianismo, el fenómeno religiosos y el mundo actual, Estas lecturas van desde Max Weber y Karl Marx hasta E. Schweitzer, R. Bultmann y S. G. F. Brandon; desde el Barón de Holbach, Kant y Feuerbach hasta Hegel, Darwin y Tylor; y desde Galileo, Newton, Heisenberg y Einstein hasta Hawking y Dawkins…, y sus tributarios o precursores.


Armado con ese sólido bagaje de conocimientos, Gonzalo Puente Ojea acometió la construcción de su ideario en dos fases y dos planos:

A) Primeramente, Jesús y el fenómeno cristiano, porque es la llave para entrar en el constructo ideológico que sostiene la tradición histórica hispánica, y porque le urgía desmontarlo y desmitificarlo; y

B) En segundo término, Dios y el fenómeno religioso. Este último es un caso de incomparable relevancia en el destino de Occidente.

Si se prefiere, estos dos planos pueden expresarse también con la dicotomía “fe versus razón”, y “creencia versus ciencia”.

Sobre A) Jesús y el fenómeno cristiano, Gonzalo Puente consigna en sus Apuntes:


“Hacia 1970 me consideré en condiciones de diseñar una explicación global del cristianismo en cuanto ideología, aplicándoles las categorías instrumentales del materialismo histórico, entendido éste sin las estrecheces y vulgarizaciones con las que suele circular incluso en ámbitos universitarios. Se trataba de llegar hasta las raíces de la eclosión del 'misterio cristiano', estudiado en su detalle y en el contexto de una investigación histórico-crítica del Nuevo Testamento y su preludio intertestamental (es decir, la literatura judía inmediatamente antecedente y coetánea con Jesús y Pablo). Me pareció que este desvelamiento de la génesis y despliegue de la ideología cristiana – a partir del proceso de 'hibridación' (es decir de mezcla de dos o más componentes) que la configura- sería mi personal contribución a la destrucción del régimen totalitario nacional-católico”.


Los "Apuntes" son una auténtica mina para penetrar en el mundo interior que ha impulsado la obra de Puente Ojea. Como advierte el autor en este mismo escrito, ponía todo su empeño en hacer una investigación, grande, tenaz, monumental, hasta lograr poner en claro la tergiversación eclesiástica de la historia, de la que estab totalmente seguro:

“Se trataba de integrar en una interpretación coherente y sólidamente construida los resultados de la aplicación de categorías e instrumentos analíticos de varias ramas del saber, a fin de explicar el fenómeno histórico-teológico cristiano. La hibridación del “Jesús de la historia” con el “Cristo de la fe” –por usar las afortunadas expresiones ya clásicas que figuran en el título de un libro publicado por David Friedrich Strauss nada menos que en 1835 ("Vida de Jesús elaborada críticamente")- se asentaba en una incuestionable hibridación semítico-helenística que ya se había iniciado en el judaísmo al menos un par de siglos antes de la síntesis teológica paulina, y daba cuenta de modo plenamente satisfactorio de la ambigua ideología que habilitó a la Iglesia cristiana para moverse, desde sus orígenes, en un calculado vaivén entre una retórica revolucionaria –aunque siempre espiritualizante y pacifista- y unas prácticas de poder eminentemente conservadoras. Lo mismo que sigue sucediendo con la Iglesia de nuestros días”.


Opino que la obra de Puente Ojea, Fe cristiana, Iglesia, poder (1991), ofrece una exposición modélica de esa adulteración del mensaje genuino de Jesús a la que nos hemos referido. Lo mismo puede decirse, o aún más, de una obra básica anterior -Ideología e Historia. La formación del cristianismo como fenómeno ideológico (1974)- por la magnitud de sus perspectivas y de su alcance crítico.

Pienso que, sin ningún reproche de hipérbaton retórico, es posible afirmar que el planteamiento del “estado de la cuestión” en esta última obra sigue aún vigente en toda su plenitud. "Ideología e historia" significó una ruptura radical en la tradición exegética y cultural de la Iglesia española en el momento de su aparición. Su importancia, diría que trascendental para la evolución mental de amplios sectores de nuestro país, se ve reflejada en las ocho ediciones que hasta hoy ha merecido.

Tal número de ejemplares acredita que "Ideología e historia" es el hito que sigue señalando la frontera irreversible entre un antes y un después en el campo de la historia y de la historiografía de la fe cristiana, al menos en lengua española. En el ámbito de la producción española –y me atrevo afirmar que también en la generada en otras lenguas- aún no se ha encontrado un parangón conveniente. Su mérito radica en su eficaz desmontaje de las pretensiones veritativas que sigue reclamando la revelación divina según la Iglesia, sobre todo la católica. Gonzalo Puente demuestra con precisión de cirujano en "Ideología e historia" que la denominada “revelación divina” es en verdad una mezcla indisoluble de historia, leyendas y mito.


Seguiremos con esta semblanza intelectual de Puente Ojea

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
Volver arriba