El "secreto mesiánico" en el Evangelio de Marcos, según Gonzalo Puente Ojea (192-07)

Anthropos - Puente Ojea


Hoy escribe Antonio Piñero

Continuamos hoy precisando el razonamiento -como indicamos- sobre el "secreto mesiánico" en el Evangelio de Marcos, según GPO

Una cuestión fundamental es la siguiente: ¿Por qué se demuestra que el “secreto mesiánico” es artificioso, apologético, no histórico en una palabra?


En primer lugar porque la torpeza, rudeza y falta de comprensión de unos discípulos, que convivieron con Jesús durante quizás dos años y medio (Evangelio de Juan), acerca del verdadero mesianismo de éste es absolutamente inverosímil. Jesús era un excelente maestro y además habría sido inmoral haber mantenido a sus discípulos, a los que según Marcos mismo explicaba los secretos del reino de Dios en una ignorancia invencible sobre su mesianismo:

[Recodemos el texto 4,10-12:

“10Cuando quedó a solas, los que estaban en torno a él con los doce le preguntaron sobre las parábolas 11y les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios, pero a los de fuera todo sucede en parábolas, 12a fin de que, mirando, ellos miren, pero no vean, y, oyendo, ellos oigan pero no entiendan, para que no se conviertan y sean perdonados»”.]


Segundo, porque tras esa insistencia en la torpeza y cortedad de sus discípulos, lo que el evangelista intenta poner de relieve es la labor del Espíritu Santo después de la resurrección, quien es el que por fin les hace entender. Este teologuema es también muy improbable, se diría que imposible.

En tercero, porque el tal “secreto” y las advertencias sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús no dejaron la menor huella en la memoria de los discípulos…, quienes tras la Pascua se resistieron a creer que Jesús hubiera resucitado y continuaron esperando en él como mesías davídico tradicional (Lc 24,21) y como restaurador del reino de Israel (Hch 1,6). De hecho, a pesar de tantas advertencias, al principio ¡no creyeron ni siquiera que había resucitado! Debe insistirse en que toda la escena crucial de los caminantes a Emaús (Lc 24,17-27) ignora por completo tal secreto.

Finalmente, en cuarto, porque el Jesús marcano quebrantó continuamente el pretendido “secreto”, y porque el conjunto de los Evangelios quebranta igualmente tal secreto (en la práctica lo ignora muchas veces) haciendo que en repetidas ocasiones Jesús publique su mesianismo antes de su resurrección.

Subsiguientes análisis del Evangelio de Marcos confirman y demuestran un sesgo claramente “tendencioso” –sesgo unido ideológicamente al secreto mesiánico- en este escrito.

Señalemos sólo los principales, según GPO:

1. En la perícopa sobre el pago al tributo al César (12,13-17)

[Recordemos el texto

13 Y le enviaron algunos fariseos y herodianos para intentar atraparlo por sus propias palabras. 14 Y llegaron y le dijeron: “Maestro, sabemos que eres veraz y que no te preocupa lo que otro piense; pues no miras la apariencia de los hombres, sino que enseñas verazmente el camino de Dios: ¿es lícito pagar el tributo al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?”. 15 Pero él, viendo su hipocresía, les dijo: “¿Por qué me tentáis? Traedme un denario para que pueda verlo”. 16 Y se lo trajeron. Y les dijo: “¿De quién es esta imagen y la inscripción?”. Y le dijeron: “Del César”. 17 Y Jesús les dijo: “Lo del César, devolved al César, y lo de Dios, a Dios”. Y se admiraban de él.


Marcos presenta a Jesús como dando su asentimiento a la idea de pagarlo. Es decir, esta totalmente de acuerdo con el impuesto ¡lo que lo situaba al lado de los romanos! En realidad, bien entendidas las palabras de Jesús, su respuesta fue exactamente la contraria, como indica con entera claridad Lc 23,2: “Hemos hallado que éste pervierte a nuestra nación, prohibiendo pagar el impuesto al César, y diciendo que él mismo es el mesías (cristo, ungido), un rey” ].

Según GPO, aunque la perícopa es deliberadamente ambigua, el lector sencillo entiende que Marcos presenta a Jesús dando su asentimiento a la idea de pagar el tributo. Es decir, Jesús, según el evangelista estaría totalmente de acuerdo con el pago del impuesto..., ¡lo que lo situaba al lado de los romanos!

En realidad, bien entendidas las palabras de Jesús y conociendo ya la teología previa de Marcos, la respuesta del Nazareno fue exactamente la contraria, como indica con entera claridad Lc 23,2: “Hemos hallado que éste pervierte a nuestra nación, prohibiendo pagar el impuesto al César, y diciendo que él mismo es el mesías (cristo, ungido), un rey”. Quien quisiera entender podía hacerlo perfectamente.

Es muy posible que Jesús fuera astuto para no dar una respuesta clara, pero -según GPO- Jesús sabía que a buen entendedor pocas palabras bastaban... El verdadero Jesús no es como lo presenta prima facie Marcos, sino exactamente al revés.

Por ello, opina GPO, es muy probable que esta negativa de Jesús a pagar el tributo a los romanos fuera uno de los motivos que movieron a las autoridades judías, alarmadas, a tramar la muerte de Jesús entregándolo a los romanos.

2. El episodio de la rotura del velo del Templo (15,38: "Y el velo del Templo se rasgó en dos de arriba abajo.") es un episodio inverosímil --no hay constancia de ellos fuera de los Evangelios-- y de carácter legendario: un símbolo del fin del judaísmo como religión. ien,

Ahora bien, esta idea contradice el judaísmo de Jesús que jamás se presentó aboliendo el judaísmo, sino todo lo contrario, y contradice igualmente la imagen de los Hechos de los apóstoles que presenta repetidas veces a los primeros seguidores de Jesús como fieles judíos, observantes de la Ley de su religión y adictos al Templo. Si hubiesen sido conscientes de lo que había ocurrido con el velo del Templo a la muerte de Jesús habrían entendido que seguir con el culto al Templo no era conciliable con el signo dado por Dios a la muerte de su Hijo. Sin embargo, para ellos el Templo siguió conservando su entera validez.

3. La profecía de Jesús sobre la futura destrucción del Templo

[Mc 13,1-2: "1 Y cuando estaba saliendo del Templo le dijo uno de sus discípulos: “Maestro, ¡mira qué piedras y qué construcciones!”. 2 Y Jesús le dijo: '¿Ves estas grandes construcciones? No quedará aquí piedra sobre piedra que no sea demolida'"]


es contradicha expresamente en Mc 14,56-59, donde se sostiene que quienes tal cosa afirman son testigos falsos: Mc 14, 56-59):

"56 Pues muchos proferían falso testimonio contra él, pero sus testimonios no concordaban. 57 Y algunas personas se levantaron y testimoniaban falsamente contra él, con estas palabras: 58 ”Le oímos decir: ‘Destruiré este templo hecho por manos humanas, y en tres días construiré otro no hecho por manos humanas’”. 59 E incluso entonces su testimonio no concordaba."


Seguiremos
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
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