Diccionario enciclopédico de exégesis y teología bíblica (I) (194-01)

Diccionario Encoclópedico W. KASPER


Hoy escribe Antonio Piñero


Hoy, de nuevo, más que crítica hago una presentación de un libro, en este caso de dos volúmenes en verdad muy interesantes que me ha enviado la editorial Herder. Son de recentísima aparición y tratan expresa y manifiestamente de teología, bíblica. Aparente y teóricamente no sería el ámbito de un blog histórico filológico, pero -como verán lo lectores- la hermenéutica bíblica confesional ha de ser tenida muy en cuenta por los filólogos porque al fin y al cabo se basa en un sistema de exégesis y utiliza los métodos histórico-críticos. Y éste es uno de nuestro campos. He aquí su ficha:

Walter Kasper (editor general) y Marciano Villanueva Salas (edición española, presentación y traducción), Herder, Barcelona, 2011, 2 vols., 1668 pp. ISBN: 978-84-2542556-1.

Para la presentación utilizo el material de M. Villanueva (pp. VII-VIII del primer volumen).

El presente diccionario reproduce esencialmente el contenido de los conocimientos bíblicos presentados por la enciclopedia alemana Lexikon für Theologie und Kirche (“Diccionario de teología y eclesiología”) en 11 volúmenes (excelente y serio) que presenta lo mejor de la exégesis y hermenéutica católica, fundamentalmente alemana (apenas nada anglosajona, más un poco, poquísimo, de exégesis francesa, italiana y española) en torno a temas de teología bíblica fundamental. Así pues, estos dos volúmenes son una síntesis de la investigación exegética alemana confesional sobre cuestiones bíblicas que siguen interesando hoy. Los artículos están ampliados en la versión castellana con noticias específicas del espacio cultural hispanohablante.

La obra original aquí sintetizada focaliza su interés en das aspectos particulares:

En primer lugar, una especial atención a la exposición de los grandes temas que configuran la trama básica del mensaje bíblico (creación, pecado, muerte, redención, alianza, promesa liberación, sacrificio, amor, salvación, sexualidad, misericordia, oración, etc.), tratados a modo de pequeñas y sintéticas monografías, con análisis y exposiciones para intentar llegar a lo que se estima lo más profundo del mensaje de Dios a la humanidad según la fe cristiana.

La dirección de la obra, al elegir los “lemas” (o “voces”; o "artículos"..., pero no “entradas”, como escribe el traductor que utiliza feo anglicismo que se ha impuesto ya, pero que empobrece una riqueza previa del idioma) piensa que aborda temas que, más allá del marco estrictamente bíblico, atañen a la experioencia y al pensamiento humano global y que en la obra base (el Lexikon für Theologie und Kirche) están tratados desde múltiples perspectivas (sociológica, filosófica, teológica, jurídica, de historia de las religiones, o el punto de vista de la historia de la literatura y del arte).

El segundo punto de focalización de este Diccionario se concentra en el proceso de génesis y evolución de los textos capitales y sus temas que la fe considera revelados. El germen primero de los escritos se sitúa en estos volúmenes en el tiempo y en el espacio. En el caso de temas del Antiguo Testamento se tienen en cuenta cómo tales temas se van aclimatando y actualizando con el tiempo. Para observar este interesante y funda,mental fenómeno hay que tener en cuenta en el análisis:

• Las tradiciones orales de las tribus israelitas

• El entorno de los santuarios locales cananeos o israelitas antes de la formación del estado y la monarquía

• Las primeras etapas de la consignación por escrito en Israel de las tradiciones antiguas

. Las fase de relectura, de reinterpretación, glosas, comentarios a la luz de las nuevas experiencias históricas del pueblo de Israel o de los autores bíblicos, las reflexiones de los círculos sacerdotales, los grupos proféticos y sus discípulos que aumentan el legado del maestro, las escuelas deuteronomistas, las influencias históricas del entorno: otras culturas religiosas o filosóficas de otros pueblos, etc.

Este doble punto de vista supone que la revelación se va formando poco a poco, en un proceso a través de múltiples generaciones que releen y reinterpretan continuamente el legado de sus antepasados. Por tanto: los textos bíblicos no surgen de pronto, repentinamente, en el paisaje religioso humano y no se mantienen inmutables a modo de bloques, que viajan de una lado a otro y que son impermeables, sino que son palabra viva y por tanto que se actualiza y transforma.

Según la fe, esta evolución y enriquecimiento está dirigido por el Espíritu Santo que --a modo de columna de nube y fuego—iluminaba y marcaba el paso de los días de la peregrinación de Israel por el desierto hasta la tierra prometida. Lo mismo hace con la Iglesia.

Sostiene Marciano Villanueva, que este esfuerzo de interpretación teológica de los temas bíblicos hoy día se hace teniendo siempre en cuenta el sentido originario y su evolución a lo largo de la historia y que con ello se cumple el mandato de la Constitución Dei Verbum, par. 12) del Concilio Vaticano II que ordena al intérprete cristiano “investigar con atención qué pretendieron expresar realmente los escritores sagrados y lo que quiso Dios manifestar a través de las palabras de estos seres humanos”.

Mantiene también el presentador español del Diccionario presente, Marciano Villanueva, que para buscar el sentido originario los autores de esta obra se han preocupado por el análisis filológico de los vocablos y expresiones bíblicas, iluminando su sentido a través del estudio de sus antecedentes en las lenguas previas al hebreo bíblico (ya sean de la misma familia lingüística como el acadio o el ugarítico; ya sean de otras familias como el sumerio o el egipcio, pero muy influyentes) y de las derivaciones posteriores de significado.

Los términos hebreos o griegos de la Biblia aparecen transcritos y bien explicados en este Diccionario, de modo que el lector pueda sumergirse en el ambiente originario de los conceptos, de modo que éstos queden bien anclados en su entorno primitivo. Así el lector puede mantener en su cabeza el sentido originario de los conceptos, aunque las traducciones concretas al castellano de los pasajes bíblicos sean a veces bastante diferentes.

Por último, Marciano Villanueva ha actualizado la bibliografía fundamentalmente alemana añadiendo obras española ignoradas por los editores (hispanicum est non legitur, un dicho latino que podríamos parafrasear del modo siguiente: “Está escrito en español; por tanto ni se tiene en cuenta ni se menciona… aunque sea de hecho original y bueno”.

En la próxima nota pondremos un ejemplo de cómo son los artículos de este diccionario. Creo que es la mejor manera de que el lector juzgue ateniéndose al contenido.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
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