Explicación de Marcos 9,9-13 (I) (199-01)

Hoy escribe Antonio Piñero


Como he escrito en alguna otra ocasión, he traducido para la Editorial Sígueme de Salamanca la segunda parte del Comentario al Evangelio de Marcos de Joel Marcus, que es catedrático de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología (Duke Divinity School) de Duke University (USA). La primera parte ha sido traducida por nuestro colega y amigo Xabier Pikaza, quien –por su parte- ha escrito también un estupendo “Comentario” al Evangelio de Marcos, que –creo- verá la luz próximamente.

Mi interés en esta miniserie a propósito de este texto marcano que va en el título es doble: por un lado mostrar de qué estilo es este comentario (haré una transcripción más paráfrasis o comentario por mi parte de las pp. 642-651, del Commentary, que es el volumen 27A de la serie de comentarios denominada Anchor Yale Bible. Quisiera además comparar esta exégesis del Prof. Marcus con la interpretación del conocido aramaísta Maurice Casey en su lñibro The Solution to the Son of Man Problem (“La solución al problema del ‘Hijo del Hombre’”), publicado por T&T Clark International, Nueva York 2007, pp. 125-134, que se concentra especialmente en Mc 9,11-13).


Así pues, esta serie es un “pregusto” de un Comentario que tiene, en mi opinión, páginas verdaderamente magistrales, maravillosas, pregusto al estilo de un periódico, o suplemento literario de él, que publica un capítulo de una obra que habrá de aparecer en un próximo futuro.

Comenzamos por mi traducción de Mc 9,9-13 (del texto griego, pero teniendo en cuenta la interpretación propia de Joel Marcus), que es la siguiente:

“9 9 Y cuando descendían de la montaña, les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del Hombre hubiera resucitado de entre los muertos. 10 Y guardaron para sí lo dicho, discutiendo entre ellos qué era eso de “resucitar de entre los muertos”.

11 Y le preguntaron diciendo: “¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero? 12 Y él les dijo: “¿Es realmente cierto que Elías, cuándo venga primero, restaurará todas las cosas? ¿Cómo entonces está escrito acerca del Hijo del Hombre que debe sufrir muchas cosas y ser despreciado? 13 Pero os digo que Elías ha venido también, e hicieron con él lo que quisieron, como está escrito de él”.”


La primera parte del comentario a este texto del Evangelio de Marcos son Notas aclarativas, filológicas e histórico-literarias, que pueden ayudar a la explicación del significado de las palabras del pasaje, es decir, vocablos difíciles o imprecisos, aclaración del contexto general y particular de la perícopa, añadido de textos paralelos que sirven de ilustración, etc.

Y la segunda parte es el “Comentario” propiamente tal que utiliza las notas y otras anteriores para aclarar narrativamente qué quiso decir el Evangelista en este pasaje en el contexto general de su evangelio. El interés de todo comentario es introducirse en la piel del autor, de situarse en el momento de su composición (en el caso del Evangelio de Marcos, en torno al año 69-71 d.C., un poco antes, o mejor, un poco después del fracaso de la Guerra Judía y de la destrucción del Templo de Jerusalén).

Lo que se trata es de indagar cuál era le pensamiento del autor al escribir esas palabras y qué entendieron sus lectores. No se juzga si el contenido del texto antiguo que se comenta es verdad o no, si se acomoda a la mentalidad moderna o no, sino de explicar lo que pensaban en aquellos momentos autor y sus lectores, sea cual sea nuestro juicio veinte siglos después.

Sin embargo, en un “Comentario” (que no se trata, pues, en sí mismo de una indagación sobre el Jesús histórico en el Evangelio de Marcos) se suele añadir, como parte integrante de lo que se comenta, qué procede de la pluma del Evangelista, qué viene de una tradición anterior, o qué puede adscribirse con probabilidad al Jesús de la historia.

Comenzamos, pues, con las “Notas” al pasaje:

9, 9. "Y cuando descendían de la montaña" [kai katabainontōn autōn ek tou orous]u = texto griego transcrito]. Esta frase es parte de la tipología mosaica de Mc 9, 2-15. En los LXX, Ex 34, 29 utiliza una frase casi idéntica respecto a Moisés (u[katabainontos de autou ek tou orous]u, “y cuando descendía de la montaña”), y otras formas de u[katabainein + ek tou orous]u se emplean con frecuencia en textos que conciernen a este personaje (Ex 19, 14; 32, 1; 34, 29; Nm 20, 28; Dt 9, 15; 10, 5), aunque sólo dos veces respecto a otras gentes (Nm 20, 28; Jos 2, 23).

• "hasta que" [ei mē hotan], lit. “excepto cuando”. Este empleo torpe de una frase, que expresa una excepción para indicar un límite temporal, puede ser un semitismo (1).

• "hubiera resucitado de entre los muertos" [ek nekrōn anastē(i)]. Cf. “de entre los muertos” en 6, 14. Incluso sin el artículo definido, como aquí, u[nekroi]u puede significar “los muertos” (2). En el contexto presente el matiz es probablemente “todos los muertos, todos los que están en el mundo subterráneo” ; el manuscrito siríaco sinaítico lee: “de la casa de los muertos” (3). En el pensamiento cristiano primitivo, Jesús resucita de entre la masa de los muertos como “primicia de los que se han dormido” (1 Cor 15, 20).

La frase “resucitar de entre los muertos” o “levantarse de entre los muertos” ocurre en todas partes del Nuevo Testamento, pero nunca en los LXX, aunque Eclo 48, 5 hable de Elías que resucita de la muerte y del Hades (el reino de los muertos) (4). Hay un caso fuera de la literatura cristiana, pero es de mediados del siglo II d.C., Flegón de Tralles (5), por lo que no puede excluirse la posibilidad de influencia cristiana. La ausencia de referencias a la anastasis ek nekrōn ("resurrección de los muertos") en la literatura judía indica la singularidad de la proclamación cristiana: la resurrección, no de los muertos en general, sino de uno entre ellos (cf. nota a “qué era eso de la resurrección de entre los muertos” en 9, 10).


Notas a pie de página que aparecen en el libro de Joel Marcus. En el texto que transcribimos van entre paréntesis:



1. Cf. K. Beyer, Semitische Syntax, 132-134.
2. Cf. ya Tucídides, Historia, 4, 14, 5; 5, 10, 12.
3. BDAG 668 [B1].
4. Cf. de M. C. Boer, The Defeat of Death, 107.
5 . Citado en BDAG, 83 [7].


Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
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