Non c’è Cristo che tenga (y IV)

Hoy escribe Fernando Bermejo

Finalizamos hoy la reseña del libro de Franco Tommasi Non c’è Cristo che tenga (NCCCT). Silenzi, invenzioni e imbarazzi alle origini del cristianesimo: Qual è il Gesù storico più credibile?, Manni Editore, Lecce, 2014, una obra de un no-especialista que pretende ofrecer una panorámica de las posiciones sobre la figura histórica de Jesús.

El reconocimiento del interés del libro, que hemos puesto de relieve en anteriores postales, no quiere decir que el especialista no encontrará algunos aspectos que podrían haber sido más matizados. En lo que sigue ofreceré unos pocos ejemplos.

Tommasi se esfuerza por encontrar un cierto terreno común entre los distintos enfoques que analiza, pero en algunos casos hay más terreno común del que él reconoce. Por ejemplo, el capítulo dedicado al Jesús antirromano se ofrece yuxtapuesto con, por ejemplo, el denominado “Las posiciones dominantes”, orientaciones en las que se enfatiza la personalidad religiosa de Jesús. Ahora bien, todo estudio responsable del aspecto político del mensaje de Jesús reconoce con toda naturalidad la dimensión religiosa del personaje, hasta el punto de que es precisamente esta dimensión religiosa la que, en este caso, parece en buena medida explicar el compromiso “político” del galileo.

NCCCT dedica varias páginas al Testimonium Flavianum, el pasaje de Antigüedades Judías XVIII en el que Flavio Josefo se refiere a Jesús. Las páginas de Tommasi contienen inteligentes reflexiones sobre este debatido texto, y subrayan los problemas a los que se enfrenta la reconstrucción habitual, según la cual la eliminación de tres frases permitiría recuperar el texto original. Este procedimiento es acertado, pero Tommasi afirma que, además de las hipótesis al uso ( A. El texto es completamente auténtico; B. El texto es enteramente un falso. C. El texto ha sido manipulado por cristianos) debería ser añadida una cuarta, a saber, la de que el texto original escrito por Josefo fue muy diferente al texto conservado. Esta última es en efecto una buena hipótesis, pero es una hipótesis que ha sido ya propuesta en no pocas ocasiones en la historia de la investigación. De hecho, varios estudiosos de muy diferentes trasfondos ideológicos que no son citados por Tommasi en este contexto (Eisler, Bienert, Reinach, Pötscher, Twelftree, Bammel, Stanton, etc.) han sugerido la existencia de ecos negativos incluso en el texto tal como es generalmente reconstruido por la exégesis mayoritaria (Meier, Theissen y muchos otros). Este hecho ha sido detalladamente argumentado en los artículos que el autor de estas líneas ha dedicado al Testimonium.

Otro aspecto que podría haber mejorado el libro habría sido una mayor atención al debate contemporáneo sobre los criterios de historicidad. Tommasi dedica varias páginas valiosas a los criterios, pero no se refiere a los importantes debates metodológicos que sobre todo en el último lustro se están produciendo entre los especialistas. Aunque algunas de las discusiones pueden acabar revelándose como una tormenta en un vaso de agua, hay razones serias para pensar que otros aspectos representan mejoras metodológicas que merecen ser conocidas por los lectores.

Estas anotaciones críticas no tienen por objeto minimizar la relevancia de NCCCT, cuyo interés ha sido reconocido con claridad en las anteriores postales. Son solo puntos secundarios, del tipo que un especialista podría señalar. Lo revelador es que todo este material apuntalaría, si cabe, el enfoque adoptado por Franco Tommasi. Non c’è Cristo che tenga es una obra valiosa, llena de observaciones perspicaces, sentido común, amor por la verdad y hasta energía ética, que merece seria atención. Su apertura, sentido crítico e independencia de juicio lo hacen recomendable a todo aquel que esté interesado en este fascinante tema.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
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