La función de la triple repetición en Hechos

Hoy escribe Fernando Bermejo

El autor del libro de Hechos de (los) Apóstoles ha empleado varias técnicas para vehicular su mensaje. Una de ellas es la repetición, que pone de relieve la importancia fundamental de lo reiterado, en particular cuando los episodios son narrados o evocados tres veces. Esta triple repetición ocurre con mucha más frecuencia de lo que una lectura apresurada podría detectar.

Un ejemplo particularmente claro y llamativo es el de la historia de la experiencia religiosa de Pablo, narrada en tercera persona en el capítulo 9, y luego otras dos veces en primera persona por Pablo en los capítulos 22 y 26 (aunque con divergencias entre estos relatos). Esta reiteración sirve, por supuesto, para mostrar la legitimidad de la empresa paulina.

Otro ejemplo –también este el de una transformación religiosa– es el episodio del centurión Cornelio, supuestamente el primer converso explícitamente pagano. El hecho de que se repita en tres ocasiones (10,1-48; 11,1-18; 15,7-11) pone de relieve que la aceptación de los gentiles fue un momento decisivo en la historia del movimiento y en su autodefinición.

Otra triple reiteración se encuentra en la decisión de Pablo de volverse a los gentiles tras el rechazo del mensaje por parte judía, cada una de las cuales tiene lugar en un área geográfica diferente: la primera en Asia (13,46), la segunda en Grecia (18,6) y la tercera en Italia (28,28).

Un ejemplo ulterior es la triple declaración de la necesidad de Pablo de ir a Roma, expresada siempre con la fórmula “es preciso que…”. La primera vez es el propio Pablo quien manifiesta que, tras ir por última vez a Jerusalén, le será necesario ver Roma (19,21). La segunda vez es una aparición de Cristo la que lo postula (23,11). La tercera es un ángel que según Pablo se le aparece el que expresa esa necesidad (27,24).

También en tres ocasiones se repite la historia de una liberación milagrosa de la prisión de predicadores del mensaje por parte de un ser angélico o en todo caso de forma sobrenatural (5,19-20; 12,6-12; 16,25-40). Los beneficiarios de estas actuaciones liberadoras –los apóstoles, Pedro, Pablo y sus compañeros– quedan automáticamente justificados en calidad de dignos servidores del Dios verdadero, cuyo despliegue de poder sobrepasa con mucho cualquier potencia humana.

La reiteración no va en desdoro del interés de Hechos como obra literaria, pues va acompañada a menudo de variaciones, haciendo más entretenida la lectura. Al mismo tiempo, sirve eficazmente para desarrollar la trama y vehicular el pensamiento del autor. Así, el hecho de que quien sea liberado de la prisión en el capítulo 5 sea el grupo de apóstoles, en el capítulo 12 Pedro, mientras que en el capítulo 16 lo sea Pablo muestra la existencia de continuidad entre los protagonistas, que experimentan el mismo tipo de vicisitudes y salvación y que por ello mismo son vindicados de igual modo por Dios. Esto sirve al autor para reforzar indirectamente una de sus tesis fundamentales: la equivalencia esencial de las figuras –y, por tanto, también de la predicación– de los principales exponentes del nuevo movimiento, y ello sin decirlo explícitamente, sino mostrándolo de modo tácito.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo
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