Tanto Jesús como Juan actuaron como maestros

Hoy escribe Fernando Bermejo

Entre los numerosos paralelismos que mancomunan a Juan el Bautista y Jesús de Nazaret en el judaísmo del Segundo Templo cabe señalar la actividad que ambos llevaron a cabo como maestros religiosos.

Que Jesús se comportó como un rabbí es algo en lo que no merece la pena insistir, pues es un dato sobradamente conocido. Sin embargo, conviene señalar esta característica de Juan, dadas las reticencias de algunas fuentes al respecto. Como veremos, el criterio de atestación múltiple es aquí aplicable, pues el dato se deriva tanto de Flavio Josefo como de algunas fuentes cristianas.


Que Juan no se limitó a bautizar, sino que fue también un maestro que impartió enseñanzas lo sabemos ya por Josefo (Antigüedades 18, 117). De hecho, Juan debió de ser un maestro con una gran capacidad de persuasión, pues, como he tenido ocasión de explicar detenidamente la semana pasada al comentar una variante textual, el propio Josefo dice que sus oyentes se enardecían en extremo al escuchar sus palabras.

Ahora bien, las propias fuentes neotestamentarias transmiten también el carácter didascálico de la actividad del Bautista. Ciertamente, sólo en uno de los evangelios sinópticos se especifican algunas de las enseñanzas impartidas por Juan a las multitudes: cf. Lucas 3, 10-14 (cf. Lc 11, 1); además, sólo en dos de los evangelios Juan es denominado por otros “maestro”: didáskalos en Lc 3, 12 y rabbí en Jn 3, 26. Sin embargo, éstas no son las únicas indicaciones relativas a este asunto. Por ejemplo, el evangelio de Mateo, aun no llamando nunca “maestro” a Juan, lo indica indirectamente, pues se refiere en diversas ocasiones a los discípulos (mathētaí) de Juan: cf. v. gr. Mt 9, 14; 11, 2; 14, 12. Pero es obvio que si alguien tiene discípulos, ¡es que es un maestro!

Las reticencias de los evangelios canónicos a explayarse sobre esta característica de Juan el Bautista son comprensibles a la luz de los presupuestos de sus autores: para ellos, el único maestro realmente importante había sido Jesús. Sin embargo, una lectura detenida de las fuentes indica que también en este punto -como en tantos otros- Juan es comparable al galileo de Nazaret.

Saludos de Fernando Bermejo
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