Arnobio de Sica y su ambigüedad respecto a la reencarnación (XI) (681)

Arnobio de Sica y su ambigüedad respecto a la reencarnación (XI) (681)


Hoy escriben Mercedes López Salvá y Miguel Herrero


Arnobio de Sica (253-327), sucesor de Tertuliano en la retórica apologética norteafricana, presenta un siglo después en su Adversus nationes un pasaje que parece no descartar la posibilidad de la reencarnación:

“Y aunque fuera verdad lo que en los cultos de misterios se dice, que las almas de los malvados van al ganado y a otros animales, después de vestirse de cuerpos humanos, se prueba más claramente que estamos cerca de otras formas de vida y no nos separan grandes distancias” (Adversus nationes = Contra los gentiles II 44-45).

Su ambigua referencia, como la de Clemente antes señalada, pretende probar un razonamiento diferente, la cercanía del hombre y el animal, y por tanto no indica definitivamente que Arnobio creyera de hecho en la metempsicosis, aunque deje la puerta abierta. Probablemente en este texto el apologista africano “construyó un puente que no llegó a cruzar” como afirma H. Zander. No deja de ser curioso que Arnobio presente la misma ambigüedad en su condena que Clemente de Alejandría, que es su fuente directa para muchos aspectos de la religión griega.

A partir del siglo IV ya las escasas referencias a la reencarnación en autores cristianos latinos se limitan a la polémica antiplatónica (Lactancio, Ambrosio), antiorigenista (Jerónimo) y antimaniquea (Agustín), sin desarrollar nuevos temas (Lactancio, Divinae Institutiones = Las instituciones divinas III 18,15. Ambrosio de Milán Sobre la resurrección 65-66, 127). Desde el Concilio de Nicea la reencarnación en la parte occidental del Imperio parece haber quedado como mero recuerdo literario y perdido toda fuerza como amenaza para un cristianismo ya triunfante que se enfrentaba a otros problemas distintos.


Saludos cordiales de Mercedes López Salvá y Miguel Herrero,
y subsidiariamente de Antonio Piñero
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