Apokalýpto. El título de la película de Mel Gibson

Permitidme que añada un apéndice a lo que escribí en mi "Saludo" o primer "Post" dentro del blog. Resulta que la parte final de este saludo debería haber ido aparte y dentro de otro tema, "Palabras y conceptos", que no supe crear en su momento. Estoy pagando la novatada y aún no domino bien la herramienta que sirve para escribir en el blog. Los que habéis leído ya el comentario, perdonadme la pesadez.

La nueva noticia que me sirve para cambiar de lugar el comentario y colocarlo en su tema adecuado es que dentro de poco, quizá mañana, va a aparecer en la Editorial Edaf un libro, a mi nombre -aunque yo sólo soy el introductor y el que ha recogido esos textos muy diversos y algunos maravillosamente bellos-, que se llama "Los Apocalipsis". Lleva el subtítulo "45 textos apocalípticos, apócrifos judíos, cristianos y gnósticos".



Esta obra, que ya comentaremos en su momento en la sección de "Libros", espero que sea sorprendente por varios motivos:

Primero porque se verá que apocalipsis hay muchos, no uno solo el de Juan, que cierra el Nuevo Testamento.

Segundo, porque la lectura de esos textos apocalípticos tan variados y sorprendentes ayudará a comprender mucho mejor el Apocalipsis de Juan, y responder a la cuestión de si se trata en verdad de un libro de visiones personales, o más bien es un libro que mezcla tales visiones junto con temas tradicionales, tomados de otras partes, y que presenta el autor como propios.

Y tercero, porque existe una tesis desde el final de la Segunda Guerra Mundial, de un famoso teólogo alemán, llamado E. Kaesemann, que afirma que la verdadera matriz del cristianismo no es el Antiguo Testamento, sino toda esta literatura apocalíptica, de la que se ofrece una buena muestra en este libro "Los Apocalipsis".

La tesis es sorprendente y atrevida...¡nada menos que la matriz del cristianismo está en textos que luego fueron declarados apócrifos! No es extraño que la tesis haya sido muy discutida... Así que a algunos puede ayudarles este libro, "Los Apocalipsis" -en cuanto que presenta textos básicos-, para ver si la tesis de este teólogo se acerca a la verdad o es una exageración un tanto mentirosa.

Y ahora el commentario que cambiamos de sitio:

Apokalýpto. Sobre el título de la reciente película de Mel Gibson

He oído de pasada una discusión en una tertulia de radio. Discutían los tertulianos qué significa exactamente la palabra “Apokalypto” que utiliza como título Mel Gibson en la película que ahora está en pantalla en muchos cines. La confusión entre los que hablaban era notable…, y creo que muchos oyentes no sacaron gran cosa en limpio.

“Apokalypto”, como aparece en el título de la película, es simplemente la primera persona del presente de indicativo de la voz activa de un verbo griego, apokalýtō, (así se transcribe según las normas aceptadas) que significa yo “des-velo”, “levanto, quito un velo”. Está formada por dos partes apó -español “des”- y kalýptō español –“velar”-

La palabra es muy antigua en griego clásico y se utilizaba para decir, por ejemplo, que una mujer se “quita un velo” de encima de la cabeza, o para expresar que se “descubre una parte del cuerpo”. De ahí pasó a un empleo metafórico: “descubrir un secreto, que está velado”.

La palabra se utilizaba de un modo más o menos así, sin mayor trascendencia, hasta que los judíos empezaron a producir -a partir más o menos del siglo III antes de Cristo- un cierto tipo de literatura de visiones religiosas, en las que el vidente afirmaba que había recibido de Dios el conocimiento de lo que iba a pasar al final del mundo. Estos escritos estaban compuestos en hebreo o arameo, pero también se tradujeron al griego para que fueran leídos por judíos que no vivían en Israel, sino en otras partes del Imperio Romano, y que sólo sabían griego.

Y así pasó sin pena ni gloria especiales hasta que un visionario cristiano, por nombre Juan –y que en realidad no sabemos con exactitud quién es- lo utilizó para el comienzo de su libro de visiones: “Revelación (griego apokálypsis) de Jesucristo, concedida (al vidente Juan) para manifestar a sus siervos lo que ha de suceder pronto…” = (Apocalipsis de Juan 1, 1) . El libro tuvo tanto éxito entre los cristianos que hizo que desde ese momento se denominara así a otros libros parecidos, casi todos judíos, que contenían también desvelaciones de misterios divinos de muchas clases, pero sobre todo los referidos al fin del mundo.

Del mismo modo comenzó a designarse también como “apocalíptica” al género literario de los escritos que trataban de temas de revelación y desvelaban “arcanos” o secretos divinos, en especial que pasaría al final de ese mundo y qué ocurriría en el más allá.

En principio una “desvelación” de secretos divinos podía referirse a cualquier tema, no necesariamente del fin del mundo. Pero los escritores judíos de los siglos anteriores al cristianismo estaban preocupados sobre todo por la opresión que el pueblo padecía de manos de diversos gobernantes extranjeros, y a veces de los suyos propios. Entonces la literatura de desvelación/ revelación se concentró en lo que más interesaba: cómo se liberaría el pueblo de Israel del yugo de los extranjeros, cuándo llegaría el mesías, si su reinado sería el final del tiempo o no; y si era, ¿habría un juicio final que castigase a los malos? ¿Habría otro mundo?, etc.

La palabra “apocalipsis” empezó a cambiar de significado no porque se tratara de estos temas finales, sino porque pronto se imaginó que ese final no llegaría sin que antes ocurrieran tremendas catástrofes cósmicas: guerras entre los pueblos, choques de astros, grandes conmociones en el mar, en el tiempo atmosférico, lluvias torrenciales, terremotos…

Y ya de ahí comenzó a especializarse en designar momentos espantosos y a usarse como referencia ante todo a “tiempos terribles donde ocurren muchas calamidades”, en especial si tiene que ver con el fin de algo. En el caso de la película de Mel Gibson, con el fin de la civilización de los indios maya de América Central.

Por tanto, el significado de apocalipsis pasa -con el tiempo y por influencia de una obra de revelaciones cristiana- desde significar “yo descubro” (una parte de mi cuerpo), “desvelo un simple secreto” a referirse a “revelación otorgada por Dios sobre temas relacionados con el fin del mundo…”, y no las cosas buenas, como el paraíso o el cielo –que también hay “Apocalipsis” que hablan de ellos-, sino las malas: la época catastrófica que precederá al final de los tiempos.

Supongo que Mel Gibson es consciente de que su título significa en griego simplemente “Yo desvelo”, y que lo ha utilizado como gancho propagandístico –dada la historia de la palabra en el mundo cristiano- para indicar el “tiempo final catastrófico de un imperio”.

En resumen: en principio la palabra es inocua, pero con el tiempo –y gracias al título de una obra cristiana, el “Apocalipsis” de Juan- se especializa en literatura de revelaciones divina, luego en revelación de los momentos finales del mundo, catastróficos, y finalmente en “época de catástrofes, com Apocalypto de Mel Gibson o Apocalypse now de Francis F. Coppola, que nada tiene que ver con “revelaciones”.
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