Citas textuales de la Biblia en los HchPe (IV)



Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Espero no aburrir más de lo justo a los eventuales aficionados al tema de los Hechos Apócrifos de los Apóstoles. La época de estas obras es muy interesante para conocer determinados aspectos de la comunidad cristiana y de la Gran Iglesia. Uno de esos aspectos es, como estamos viendo, el uso espontáneo de los textos bíblicos como apoyo de razonamientos teóricos y de recomendaciones pastorales. De todos los Hechos Apócrifos son los HchPe los que hacen un uso más abundante de los textos del Antiguo Testamento. Nuestro análisis puede ayudar a conocer el estado de los textos en la escala de su apreciación.

Comenzamos hoy por la cita de Dn 2, 34, introducida por un tímido et después de la referencia de un autor desconocido presentado como profeta. Dice así la profecía en los distintos testigos:
1) HchPe 24, 2: Lapis praecissus est sine manibus et percussit omnia regna (“Fue cortada una piedra no por mano de hombre y golpeó a todos los reinos”).
2) VL: … abscissus est lapis de monte : et percussit imaginem sine manibus concidentium: et percussit imaginem… (v. 44) et uentilabit omnia regna (“Fue cortada una piedra de la montaña sin las manos de los cortadores: y golpeó la estatua… (v. 44) y lanzará al viento todos los reinos”).
3) Vgt: … abscissus est lapis de monte sine manibus et percussit statuam… (v. 44) comminuet autem et consumet uniuersa regna (“Fue cortada una piedra de la montaña sin manos y golpeó la estatua… (v. 44) pero destruirá y consumirá todos los reinos”.
4) LXX: “…Fue cortada una piedra de la montaña sin manos y golpeó (epátaxe) la estatua (eikóna)… (v. 44) golpeará (patáxei) y hará desaparecer (aphanísei) estos reinos”.
5) Teodoción: “…Fue cortada una piedra de la montaña sin manos y golpeó (epátaxe) la estatua (eikóna… (v. 44) hará trizas (leptynêi) y aniquilará (likmései) todos los reinos”.

La cita recoge elementos de los versículos del pasaje de la estatua de Nabucodonosor. El primero, tomado del verso 34, habla de la piedra que se desprendió de la montaña y vino a golpear la estatua del rey impío. El segundo atribuye a la piedra lo que en el texto bíblico es obra del reino que Dios establecerá. Aquel reino destruirá todos los reinos lo mismo que la piedra desgajada del monte golpeó y destruyó la estatua que mandara hacer Nabucodonosor.

En la base de las versiones latinas (HchPe, VL, Vgt) está la versión de Teodoción. El fragmento del v. 44 presenta solamente la novedad del concidentium como complemento de manibus en la VL, así como la diversidad en la versión de eikóna: imaginem en la VL y statuam en la Vgt. El añadido del v. 44 es para la Vgt comminuet autem et consumet, con dos verbos como en Teodoción. El término uentilabit es un acierto estilístico por parte del traductor de la VL, ya que ambos verbos usados por Teodoción suelen usarse sobre las tareas agrícolas para la limpieza del grano. Además, Teodoción escribe “todos los reinos” cuando los LXX dicen “estos reinos”. El texto arameo de Dn 2, 44, como muy bien refleja la Vgt recoge ambos detalles expresados por los dos verbos “destruir” y “consumir”.

El traductor, pues, de los HchPe al latín se sirvió del texto griego inspirado en la versión de Teodoción, prosélito judío del s. II. Lo demuestra, por ejemplo, el detalle del adjetivo omnia, ausente en los LXX, pero presente en el original arameo. Omite la mención de la montaña, presente en los LXX y en Teodoción tanto como probablemente en Dn 2, 34 y en 2, 45. Pero tal mención no era precisa para el hilo de la argumentación en el texto del Apócrifo. Como tampoco lo era recordar los abundantes detalles de la parábola de Daniel. Lo que más importaba era demostrar que Jesús era como una piedra que, cortada sin manos humanas, acabaría sometiendo todos los reinos del mundo. El que Dn 2, 34 omita la mención del monte en la versión aramaica no tiene importancia. Primero, porque, según los críticos, debe insertarse en el v. 34 según se demuestra por el v. 45. Además, el traductor del Apócrifo opera con el texto griego.

Sigue Pedro su alegato contra Simón Mago buscando apoyos en los textos bíblicos. Y encuentra uno, adecuado para su razonamiento, en el Salmo 117 (h. 118), 22. Un solitario et enlaza la cita de Daniel con la del Salterio. El autor, a la manera del predicador, ha olvidado que acaba de decir aliter propheta dicit antes de las palabras de Daniel. Todas las versiones griegas y latinas, coinciden en la forma hebraizante de traducir la frase del Salmo:
1) HchPe, VL, Vgt: Lapidem quem reprobauerunt aedificantes, hic factus est in caput anguli.
2) LXX: “La piedra que desecharon (apedokímasan) los constructores, ésa se convirtió en cabeza de ángulo (kephalèn gonías)”.

El acusativo líthon, atraido por el relativo, quedaba descolgado de la secuencia sintáctica hasta el punto de necesitar el anafórico “ésa”. El texto hebreo no lo necesita. El primer hemistiquio dice literalmente: “Una piedra desecharon los constructores”. Es un orden muy querido por la sintaxis hebrea: objeto + verbo + sujeto. El segundo hemistiquio es una oración de verbo copulativo: “Llegó a ser la piedra angular” (hebr. “cabeza de ángulo”). Los traductores respetan el valor del complemento directo líthon y lo ponen en acusativo. Pero complican la construcción al añadir un pronombre relativo y convertir así la oración principal en subordinada. Existían otras maneras de hacer la traducción, pero los traductores del texto sagrado respetan el original hasta la exageración. Lo demuestra la preocupación de conservar el orden de las palabras y hasta de introducir esa construcción, tan corriente en los LXX, la VL y la Vgt que une a verbos copulativos predicados en acusativo con eis (in): “La piedra acabó siendo cabeza de ángulo” (in caput anguli).

La mención de la piedra trae a la memoria del autor de estos Hechos otro pasaje de Isaías (28, 16). Ésta es la interpretación de las distintas versiones:
1) HchPe 24, 2: Lapidem eum dicit electum, pretiosum.
2) VL: Ecce ego immittam in fundamenta Sion lapidem pretiosum, electum, angularem.
3) Vgt: Ecce ego mittam in fundamentis Sion lapidem, lapidem probatum, angularem, pretiosum.
LXX: “He aquí que yo echaré en los cimientos de Sión una piedra, una piedra preciosa, elegida, angular, apreciada”.

Está claro que la piedra de Is 28, 16 nada tiene que ver con a de Dn 2, 34 y 45. Pero ya hemos dicho que se trata en los HchPe de un estilo propio de un predicador. En efecto, Pedro hablaba de Cristo cuando trajo como referencia la piedra que destruyó la estatua de Nabucodonosor. Ahora, la piedra alabada por Isaías es la que Dios pondrá como cimiento de Sión.

El texto masorético hebreo dedica tres epítetos a la piedra en Isaías. Son por este orden: probatum (probada, examinada) (bohan), angularem (pinnat), pretiosum (yiqrat). Como podemos observar, son los mismos de la Vgt tanto en su orden como en su contenido semántico. Los tres de la VL son los mismos, en orden y significado, que los tres primeros de la versión de los LXX, es decir, “precioso, elegido, angular”.

Está claro que el Apócrifo ha seguido la versión de los LXX, lo mismo que el traductor de la VL. En cuanto al traductor de los HchPe, usa para sus fines dos de los epítetos de los LXX y de la VL, aunque invirtiendo su orden. Queda, pues, excluida la Vgt como fuente de homologación de la versión de las citas. La coincidencia entre la VL y el Apócrifo, con el mencionado cambio de orden, se explica suficientemente por la traducción obvia de términos como éklekton (elegido) y polytelê (precioso).
Saludos cordiales de Gonzalo del Cerro
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