“El Secreto Escondido. La distorsión de la figura histórica de Jesús en la novelística comercial actual. Estudio de dos casos: El Caballo de Troya y El Código Da Vinci" (y II)

Ponente: Fray Víctor Mora Mesén, OFM Conventual

2.2 El invento de fuentes antiguas

La fuente principal, según el Caballo de Troya, para el conocimiento de Jesús es un testigo ocular excepcional. Se trata de un Mayor de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que fue protagonista de un viaje por el tiempo, pero cuya identidad debe permanecer en el más grande secreto, pero hay que tener absoluta fe en su testimonio. Su autenticidad se debe a que la información facilitada por él es un secreto para el Servicio de Inteligencia de los Estados Unidos, por lo que poseerla implica un grave peligro. Otra garantía es su confesión de ser agnóstico y no estar vinculado con ninguna Iglesia o grupo religioso.

Este testigo, además, ha sido entrenado para comprender cabalmente el mundo de Jesús y las lenguas utilizadas en él. Suma a su ventaja la posibilidad de acceder a una base de datos extensa sobre todos los pormenores de la época, lo que le permite interpretar con total exactitud lo que pasa a su alrededor. A diferencia de sus discípulos, este testigo es capaz de recibir e interpretar de forma plena las cosas que hizo y dijo Jesús.

Otro elemento importante es que el Mayor tiene acceso a información de los mismos discípulos de Jesús que no fue consignada por los evangelistas, que tiene que ver con el contexto en cual se desarrollaron los acontecimientos, y que incluye deliberaciones secretas del Sanedrín, posicionamientos ideológicos y motivos económicos.

Víctor Mora opina en contra:

Desde un punto de vista histórico, una fuente secreta no puede constituirse en un elemento de la investigación, ya que no puede ser revisada y consultada. Por ello, resulta totalmente insuficiente toda información que brinde, ya que no puede ser sometida a la verificación. En ese sentido se trata de la invención de una pretendida fuente histórica, que en realidad no existe.

Por otro lado, esta fuente es un texto moderno que se presenta como testimonio de acontecimientos del pasado lejano, pero no es una fuente antigua. El relato mismo nos coloca algunas trampas para crear la ilusión de que el autor del diario obtuvo información de primera mano.

III Los nuevos rostros de Jesús

3.1 Un Jesús irreconocible

¿Qué imagen presenta el Código Da Vinci de Jesús? Los datos son muy escasos en la obra. Se afirma, sin embargo, que fue una figura histórica de inmensa influencia, el líder más inspirador y enigmático que ha tenido la humanidad. Él es la “encarnación mesiánica de las profecías”, por lo que ha derrocado reyes, inspirado a millones de personas y fundado nuevas filosofías. Es descendiente de las familias del rey Salomón y del rey David, por lo que estaba legitimado para reclamar la monarquía de los judíos.

Contrajo nupcias con María Magdalena, hecho documentado porque así lo dejan entrever los Evangelios Gnósticos, además que los evangelios canónicos nunca informan que no lo estuviera. Su esposa pertenecía a la Casa de Benjamín, por lo que también era de linaje real. Su descendencia unía, por tanto, dos líneas de sangre, lo que creaba una unión política suficientemente fuerte como para reclamar el trono y volver a la dinastía salomónica. La perpetuación de la sangre real de Cristo fue lo que originó la leyenda del Santo Grial.

Toda reconstrucción de la figura histórica de Jesús surge de los datos que las fuentes nos arrojan y que han sido tamizados por los criterios de historicidad desde los cuales se parte.

La referencia al linaje de María Magdalena, que por lo demás aparece de la nada, resulta absurdo para el mundo de Jesús, ya que la descendencia solo tiene valor por vía paterna. Las mujeres no eran tomadas en cuenta para determinar posibles pretendientes al trono, tal y como lo fue después en Europa.

3.2 Un extraterrestre con ideología gnóstica

A diferencia del Código Da Vinci, el Caballo de Troya, tiene el proyecto de presentar una imagen alternativa de Jesús muy detallada, empezando por su descripción física: 1, 80 mts., blanco caucásico, cabello lacio y castaño peinado al medio, con bigote y barba fina, labios finos, nariz larga y prominente; dentadura blanca impecable. En fin, un ser humano totalmente diferente a los que tenía a su alrededor. Tenía, además, la capacidad de predecir el futuro.

Jesús es presentado como un hombre profundamente pacífico, que no hace reproches ni siquiera a sus discípulos por cargar armas con ellos. Su doctrina es un mensaje totalmente espiritual, que se va explicitando a lo largo de toda la novela. Él mismo se define a sí mismo como luz que está por encima de todos, y que responde a los grandes anhelos del individuo. En efecto, la relación con el Reino es espiritual e individual.

El secreto de su verdad se encuentra en el conocimiento que cada uno tiene de sí. Por eso, el mundo terreno es solo la antesala del Reino del Padre, que se llega a poseer cuando se escucha el propio corazón. Es una revelación de lo oculto. El encuentro con esta verdad hará posible que los seres humanos lleguen a superar las distinciones de género.

El Padre de Jesús es definido como una energía que es amor y que implica “dar” cualquier cosa que uno posea o sienta, incluso la “angustia”. La aceptación de esta doctrina supone reconocer el error en la propia vida y arrepentirse (pág. 238), porque la realidad verdadera es la espiritual, mientras que la falsa es la material. Por eso cuando él vuelva no será en la debilidad de la carne, sino en poder y espíritu. Este retorno solo es conocido por los “consejos del paraíso”. Cuando el evangelio haya sido predicado a todo el mundo, entonces el Padre enviará otro otorgamiento de designación divina, o el Hijo del Hombre volverá para cerrar la época.

La doctrina de Jesús no incluía la idea de la resurrección de los muertos, que sí mantenían los fariseos. La aceptación de sus palabras implicaba participar en el rito del bautismo. Los judíos que no aceptan su mensaje, pierden la posibilidad de ser la raza conocedora de Dios, por rechazar la revelación del cielo. Y, por eso, pierden su puesto en el mundo como sustentadores de la eterna verdad y custodios de la ley divina.

La enseñanza de Jesús se presenta como algo totalmente distinto a la fe judía. Así, es un error cuando la oración se orienta hacia el beneficio material propio o ajeno, ésta tiene sentido solo cuando obedece a un ansia de conocimiento o consuelo espirituales. Si el hombre no ha alcanzado el grado espiritual necesario y aconsejable para asimilar ese conocimiento emanado del Reino, deberá esperar en este mundo o en otros, hasta que la evolución le permita reconocer y comprender las respuestas que aparentemente no recibió en el momento de la oración.

Jesús había iniciado su ministerio con su ordenación en Cafarnaúm. En sus últimos días habría entrado en Jerusalén montando un burro, como un gesto de ridiculizar a los reyes y héroes que siempre entraban en briosos corceles.

El Sanedrín había decidido acabar con la vida de Jesús por razones diversas, dependiendo de los intereses de sus miembros. Los fariseos, pretendían conservar su prestigio como maestros de la religión y consideraban a Jesús como un pecador, ya que su autoproclamación como Hijo del Divino lo hacía un blasfemo. Las denuncias públicas de Jesús contra ellos los habían ofendido. Los saduceos, temían que la popularidad de Jesús pusiera en peligro a la nación, porque los romanos no aceptarían un movimiento revolucionario como el que predicaba. Sobre todo porque Jesús pregonaba la hermandad de todos los hombres y eso ponía en peligro su función de mantener el orden social.

Por último, el gesto profético de Jesús en el templo les produjo grandes pérdidas económicas, por lo que era conveniente para ellos acabar con su actividad. Sin embargo, según la obra Jesús mantenía que no es incompatible ser hijo del reino espiritual y ciudadano del gobierno secular y civil. Las obligaciones para respetar el ámbito de la administración económica son absolutas. La excepción se puede dar solo si el soberano exige ser tratado como Dios, pero en un caso tal solo se puede adorar a Dios, mientras se intenta iluminar a esos dirigentes.

Ser hijos del reino significa ser ciudadanos ideales en los reinos terrenales. La razón de ello es que los que viven en la tiniebla solo pueden conocer la luz si los hijos del mundo espiritual se acercan a ellos, por lo que tienen que ser respetados y honorados entre los gobernantes y ciudadanos del mundo. La predicación de este evangelio del amor tendría que llevar a la libertad intelectual y religiosa.

Jesús no ignoraba los planes contra él, porque había generado posiciones contrarias en el seno mismo del Sanedrín, lo que había provocado la renuncia de varios de sus miembros que lo apoyaban. Ellos le mantenían al corriente de las resoluciones del grupo contrario. Dentro del grupo de sus discípulos, Judas lo traicionó, las razones para que lo hiciera se definen como un fuerte miedo al ridículo y al fracaso.

Más allá de estos elementos, Jesús se nos presenta como un ser superior, cuya misión es brindar una efusión a los hijos de la creación, una parte de lo cual implica sacrificar su propia carne mortal. La encarnación de su vida está destinada a dar a conocer al Padre, puesto que él es descendiente suyo y tiene que volver a la obra que él le ha encomendado. Jesús en los últimos momentos de su vida se prepara para abandonar su vida encarnada. Él es el creador de los seres humanos, por lo que la humillación que sufrió en manos de sus propias creaciones lo sumió en una profunda postración.

Esta imagen muestra elementos llamativos, por contrastantes. Se trata de una mezcla de posiciones populares acerca de Jesús, que forzadamente son entretejidas en un todo. Sin embargo, es posible distinguir los hilos conductores.

Primeramente hay un esfuerzo por unir a Jesús a otras tradiciones religiosas orientales, en especial al Budismo. Ello se muestra en la insistencia de presentar a Jesús como un hombre pacífico y totalmente tolerante.

También es bastante común considerar a Jesús como un revolucionario, que ha traído un cambio radical al mundo. Pero difícilmente se puede mantener esa idea a partir del mensaje que pone en sus labios la novela.

Por último, Jesús es un pseudo-gnóstico, porque si bien se refieren algunos dichos propios de los Evangelios gnósticos, que parafrasean dichos de los textos canónicos, en varios momentos se niega la doctrina básica gnóstica. No hay duda que Jesús es la encarnación de un ser espiritual superior, lo que sería inaudito para el gnosticismo, que mantenía la total separación entre el espíritu y la materia, esta última una deformación decadente. El éxito de la deformación de Jesús en el contexto de la sociedad contemporánea.

IV El éxito de la deformación de Jesús en el contexto de la sociedad contemporánea

El Código da Vinci une a su trama elementos muy populares en la cultura comercial contemporánea. Se nos dice, por ejemplo, que la Iglesia Católica ha demonizado el sexo –el medio para comulgar directamente con Dios–, porque suponía una seria amenaza para ella: los clérigos querían que la Iglesia fuera el único camino para llegar a la divinidad, por eso su prohibición de una mayor liberación de la sexualidad. En la reescritura de la Biblia promovida por Constantino, se ocultó el hecho que los mismos judíos practicaban ritos sexuales en el Templo de Jerusalén. El tetragrama judío YHWH derivaba de Jehová, que era la expresión de una unión física entre el masculino Jah y el femenino Havah, el nombre prehebraico de Eva. Convertir el sexo en un acto sucio y pecaminoso fue la piedra angular de la hegemonía de la Iglesia. Este mismo camino lo siguieron otras grandes religiones.

Como se ve, feminismo, sexualidad y política se unen en el libro en una serie de motivos absurdos y extraños. El poder hegemónico del emperador y de la Iglesia parecen avasalladores, y tienen una gran efectividad para controlar la sociedad de su tiempo.

Por eso, no sorprende que al final del Código se diga que el secreto del Grial no debería develarse nunca. Porque es el misterio y la curiosidad lo que mueve el alma humana. La belleza del Grial está en lo etéreo de su naturaleza. Para la gran mayoría el Grial es solo una idea, que nos inspira. Por eso, la historia de María Magdalena está presente en el arte, la música y los libros. Pero si la religión es una invención, ¿por qué no contentarnos con el ejercicio de nuestra racionalidad? Porque en realidad no se confía en el juicio crítico, pues ninguna ideología o partido políticos ha podido construir una sociedad con la cual nos sintamos plenamente a gusto.

Jesús se nos presenta como héroe sin contenido o mensaje. Y María Magdalena vale solo en cuanto compañera sexual de Jesús y, después, como su esposa y madre de su hijo. Pero tampoco es una líder con un mensaje claro y preciso. Se nos habla de fuentes históricas que certifican la relación entre Jesús y María, pero no hay propuesta de pensamiento.

Muchas personas a lo largo de los siglos, según la novela de Brown, han tratado de expresar de variadas maneras las “verdades” que han estado siempre ocultas, entre ellas Leonardo Da Vinci. Sus mensajes se pueden encontrar en muchos otros lugares, como en las producciones de Walt Disney, quien había dedicado toda su existencia a trabajar para transmitir la historia del Santo Grial a las futuras generaciones. El secreto se encuentra justo delante de los ojos de todos, esperando ser descubierto.

Por ello, no importa tergiversar la verdad, lo que prima es estar en conexión con aquello que se supone nos dará un respiro de vida. Tal es el caso de la deformación de las tradiciones religiosas, que no tienen valor por sí mismas, sino solo en la medida en que se ajustan a necesidades sentidas. Todo lo demás se desecha, por eso la verdadera novedad de Jesús no es su doctrina o práctica, es su relación con María Magdalena y el culto mistérico desarrollado a partir de ella. Ese es el camino para superar un mundo atrofiado por el hambre de poder de la Iglesia Católica. Pero también es la mejor manera de evadir la responsabilidad de formar un mundo distinto al que existe.

Si bien se critica la veracidad de las fuentes evangélicas, se les da total credibilidad en lo que se refiere a la descripción de fenómenos naturales maravillosos. La razón de ello es que esto le permite al autor aventurar explicaciones “alternativas”: la presencia de objetos voladores de dimensiones gigantescas y con capacidades de movimiento asombrosas. Todo esto permite introducir también la posibilidad de la presencia de seres extraterrestres, como el descrito en la agonía en Getsemaní. No hay posibilidad de usos de géneros literarios, porque toda descripción de los eventos naturales tiene que tener una explicación científica. En el fondo no se acude a las fuentes evangélicas, sino a un collage de ellas, que más o menos se puede apreciar en las películas que recrean la pasión de Jesús. El recurso al avance tecnológico de seres extraterrestres como explicación posible de lo ocurrido, pone a Jesús en relación con la fuente del verdadero sentido de las cosas: el espacio fuera de la tierra.

El éxito comercial de estas obras se puede explicar por el ansia de dar respuestas simples a complejas interrogantes en la sociedad moderna. Por mucho que se nos diga que estamos en la era del conocimiento, lo cierto es que se ha privilegiado el desarrollo técnico en miras a la ganancia económica y se ha dejado de lado el discernimiento sobre los grandes temas de la existencia.

La trama detectivesca de estas obras es una burda parodia de lo que debería ser un serio proceso de interrogación. Investigar significa sobre todo inquirir, preguntar, sospechar, pero en estas novelas todo es prefabricado. Se nos presenta un nuevo producto de consumo, con respuestas fijas e irracionales. ¿Pero qué importa la razonabilidad de las opciones para una persona que solo busca evadir la responsabilidad por cambiar el todo social?

Es sorprendente constatar que muchas personas simplemente creen que lo expuesto en estas obras sea verdad indiscutible, mientras que el esfuerzo de pensadores serios se desacredita con tanta facilidad. Parece que necesitamos del mito alienante, de una propuesta pseudorreligiosa que nos libere del cuestionamiento ético y nos deje en libertad para seguir viviendo por cuenta propia. De hecho las verdades acerca de Jesús o María Magdalena propuestas en estas novelas carecen de cualquier reclamo a la conciencia o a la praxis. El mensaje religioso se circunscribe a palabrería sin sentido: todo queda igual, para salvación de una vida que es asumida desde la superficialidad.

¿En dónde se pone la fe? En el mito del conocimiento tecnológico o en el equilibrio que supone la diversidad de género. Más allá de esto, el silencio cómplice impuesto por el miedo que tenemos a dejar una vida burguesa que nos ofrece miles de productos para satisfacer nuestros deseos. Con todo, la voz del maestro de Nazaret, con sus palabras de esperanza y compromiso, no es acallada en estos vanos intentos por desfigurar su rostro.

Saludos cordiales, Antonio Piñero.
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