Explicación del Evangelio de Judas (VI)

Hoy el pasaje que comentamos se presenta como una feroz crítica a algo muy vital para la vida espiritual de los cristianos "corrientes" -los psíquicos-:la eucaristía y el sentido y valor de la muerte de Jesús en la cruz.

Texto:

Interpretación de la visión por parte de Jesús
Entonces les dijo
Jesús: “¿Por qué
os turbáis?
En verdad os digo
que todos los sacerdotes
que están ante el altar
10 invocan
mi nombre. Y otra vez os digo
que han escrito
mi nombre sobre [ ] de las generaciones
de estrellas por las generaciones
de hombres. Y han plantado
en mi nombre árboles sin fruto (karpós)
y de manera vergonzosa”.

Y les dijo Jesús: “Los que habéis visto
que recibían las ofrendas
20 del altar sois
vosotros. Aquél es el dios
al que rendís culto
y sois los doce hombres
que habéis visto;
y los animales que habéis visto
que llevaban al sacrificio
son la multitud que
vosotros extraviáis (planáo)

P. 40
ante el altar.
Otra vez se alzará
[el Arconte del mundo] y de esta manera
utilizará (khráomai)
mi nombre y le seguirán siendo
fieles las generaciones
de piadosos. Después de esto,
hay otro hombre que se presentará
de entre los fornicadores (porneúo). Y otro
10 se presentará de entre los que sacrifican
a sus hijos y otro de los que se acuestan
con hombres, y los que
ayunan. Y los demás hombres impuros (akatharsía),
inicuos y falaces (pláne).
Y los que dicen:
‘Nosotros somos como ángeles’,
pero son las estrellas
que completan todas las cosas. Pues han dicho
a las generaciones de los hombres:
20 ‘He aquí que Dios ha recibido
vuestro sacrificio de manos de un ministro (diákonos) ,
es decir, un servidor del engaño’. Pues el Señor,
que es Señor sobre todo, ordena
que en el último día
sean humillados”.

P.41

Les dijo Jesús: “Dejad de
sacrificar [falta 1 lín.]

sobre el altar, porque
está sobre vuestras estrellas y vuestros ángeles
están llevando todo hasta su final.
Que sean cazados
ante vosotros y que

[faltan 15 lin. ]

las generaciones [ ]
25 un panadero (artokópos) no puede
alimentar (trépho) a toda la creación (ktísis).


Explicación:


Jesús ofrece una interpretación de la visión de los discípulos

Invocan mi nombre: en su interpretación el Salvador mete en el mismo saco a los sacerdotes de la Antigua Alianza, y sus sacrificios, y a los sacerdotes de la Nueva Alianza, los de la Gran Iglesia, que también hacen el “sacrificio” de la eucaristía (p. 34) y creen erróneamente que el Salvador fue en verdad sacrificado. El Salvador argumenta que en realidad lo fue sólo su cuerpo aparente y por obra del Demiurgo.

Como sabemos, esta idea corresponde al más puro “docetismo”: lo inmortal –el Salvador- no puede convivir con lo mortal. Por tanto, no pudo existir una verdadera encarnación. En su descenso el Salvador/revelador se revistió de un cuerpo aparente para poder ser aceptado de algún modo por los mortales, para acomodarse a ellos y para que su revelación adquiriera tonos comprensiblemente humanos. Pero todo es pura apariencia.

De los sacerdotes judíos que aparecen en la visión se dirá unas líneas más abajo que “son doce”, como los discípulos. De nuevo el autor equipara, en su ignorancia respecto al Salvador a los cristianos normales con lo judíos. Todos estos sacerdotes, tanto judíos como los de la Gran Iglesia, son “ministros del error”. Al final serán puestos en su sitio, es decir, condenados a la vergüenza. La crítica antieclesiástica no puede ser más feroz.

Árboles sin fruto: es una denigración, un insulto común y tópico para los herejes y malvados. Compárese con la Epístola de Judas, cuyo autor dice de los falsos maestros, considerados y herejes, que son una mancha cuando banquetean desvergonzadamente en los ágapes cristianos y lo que buscan es sólo satisfacer su estómago: se apacientan a sí mismos. Son nubes sin agua zarandeadas por el viento, árboles de otoño sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raíz; son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre (vv. 12-13).

Sois vosotros: ataque aún más nítido, claro y directo a la Gran Iglesia cristiana, no gnóstica, representada por los discípulos: sacrifican inútilmente (es decir, ofician una eucaristía sin valor alguno), sirven al mismo Demiurgo/Yahvé que los judíos; hacen errar a los seres humanos con sus doctrinas imperfectas, etc.

Animales: comparación que sería muy ofensiva para los creyentes normales.

P. 40

[el Arconte del mundo]: Es ésta una lectura restaurada por los editores en una parta dañada del manuscrito, lectura que es muy probable. Como la Gran Iglesia sigue al judaísmo y cree en el Demiurgo/Yahvé como Dios supremo (ignorando que el Dios verdadero está muy por encima, en el Pleroma, y que el Demiurgo/Yahvé no es más que el hijo espurio del eón Sofía), este Demiurgo se “pone de pie”, orgulloso, y utiliza, malvadamente, el nombre de Jesús, el Revelador.

generaciones de piadosos: son conducidas al error por los eclesiásticos, los jefes espirituales de los psíquicos de la Gran Iglesia.

Otro hombre: Nueva comparación de los dirigentes de la Gran Iglesia con los judíos, y se les acusa de los mismos crímenes: fornicación y asesinato. Como anteriormente, las acusaciones son genéricas. Significan “crímenes sin medida”, pero no hay que entenderlas al pie de la letra.

Somos ángeles: Tras esta crítica hay una alusión a la creencia antigua cristiana, muy similar a la de los esenios, según la cual la comunidad cristiana se califica como los “santos” o “nueva alianza”. Los pertenecientes a esta alianza son santos y perfectos, por lo cual –se creía- los ángeles habitaban en medio de ella. Compárese, por ejemplo, Documento de Damasco 6,19; 8,21; 19,33; 20,12, de Qumrán, donde se dice que Dios ha elegido a los esenios qumranitas como una nueva y eterna alianza, con 2 Cor 3,6 donde se afirma que los cristianos forman una “nueva alianza”, de la cual Pablo es ministro. Un texto similar se halla en la Epístola a los hebreos 8,6-13 y 9,15.

El autor afirma, en contrario, que en realidad se trata de ángeles malos, como los que sirven al Demiurgo.

Dios ha recibido vuestro sacrificio: entiéndase también en sentido irónico. El ministro oficiante -se afirma con claridad- es un ministro malo.

P. 41

Dejad de sacrificar: La doctrina del Jesús gnóstico sobre los sacrificios, y sobre todo respectoa a la eucaristía, se afirma de manera aún más clara: los sacrificios para nada valen. Esta afirmación incluye el sacrificio de la cruz. El que el cuerpo aparente del Salvador haya sido colgado del madero de la cruz y haya muerto no tiene valor salvífico alguno. Lo que salva es la atención a las revelaciones –la doctrina- del Salvador.

Panadero: alusión oscura por el estado lagunoso del manuscrito. Es posible que al estar el autor criticando la eucaristía cristiana, sea ésta una feroz alusión al pan eucarístico. Si es así, el autor diría irónicamente que el Jesús en el que creen los psíquicos actúa como un simple panadero: reparte un sencillo trozo de pan, sin valor alguno. Además –sigue la crítica- todo el pan que pueda repartirse en las eucaristía cristianas no llenará los estómagos de tanta gente cuanta hay en el mundo. La eucaristía para nada vale.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
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