Explicación del Evangelio de Judas (VII)


Texto:

P.42

bajo el cielo
[ ] ellos [ ]
y [ ]
a nosotros
y [ ] les dijo
Jesús: “Dejad de luchar
contra mí. Cada uno
de vosotros tiene su estrella
y todos [faltan 18 lín.]


P.43

En la [ ]
que ha venido [ ] fuente (pegé)
del árbol [ ]
de este eón [ ]
por un tiempo [ ]
pero ha venido a regar el paraíso (parádeisos)
de Dios y la raza
que permanecerá, pues no corromperá
el camino de vida de aquella
10 generación, sino que
[lo prolongará] por la eternidad”. Dijo


Otra conversación con Judas sobre la suerte final de los seres humanos

Judas: “Rabí,
¿qué fruto es el que tiene
esta generación?”. Dijo
Jesús: “De toda la generación de hombres
morirán las almas y cuando
ellos cumplan
el tiempo del Reino
y sus espíritus (pneuma) les
20 abandonen, sus cuerpos (sóma), por un lado, morirán,
pero sus almas sobrevivirán
y se elevarán”.

Dijo entonces Judas:
“Y ¿qué harán las demás
generaciones de los hombres?”.

Dijo
Jesús: “Es imposible

P.44

sembrar sobre una piedra (pétra)
y cosechar fruto; ésta es
la manera [ ] de la raza
corrupta y la Sabiduría corruptible (phthartós) [ ]
la mano que ha creado al hombre
mortal (thnetós), para que las demás almas
asciendan a los eones que están en lo alto.
En verdad os digo que
[ ] el ángel [ ]
10 potencias podrán [ ]
ver [ ] aquello que
[ ] las generaciones santas.
Y cuando dijo esto
Jesús, se fue.

Explicación:

P. 42


Dejad de luchar contra mí: los gnósticos -por medio de las palabras del Jesús Revelador- exhortan a los miembros de la Gran Iglesia a que no les presenten tanta oposición a causa de sus ideas distintas.

Cada uno tiene su propia estrella: es decir, su propio ángel custodio. La doctrina de la protección angélica de cada uno de los hombres es teoría antigua entre los judíos. El libro de Tobías lo expresa de manera clara, al presentar a un ángel, Rafael, que vela por el héroe de la narración durante todas sus peripecias (cf. Tob 3,17). Igualmente el Salmo 91,11 lo afirma: Dios cuida del justo “encomendándole a sus ángeles para que le guarden en todos sus caminos”.

En los Apócrifos del Antiguo Testamento, es decir, las obras que continúan o complementan la teología del Antiguo Testamento, esta doctrina se hace aún más clara y aparece ya la figura estricta de un “ángel custodio”. Así en el libro de los Jubileos 35,17 Isaac le dice a su esposa Rebeca: “No temas por tu hijo Jacob, pues su (ángel) custodio es más fuerte, honorable y loable que el de Esaú” (Apócrifos del Antiguo Testamento II 163 [edic. A. Díez Macho, Madrid, Cristiandad]). El Nuevo Testamento continúa con esta doctrina. En el Evangelio de Mateo (18,10) afirma Jesús: “No despreciéis a uno de estos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre que está en los cielos”.

La idea aparece también en el Timeo de Platón: el Demiurgo asignó una estrella a cada alma”: 41d-42b. Cerca del final se verá cómo Judas tiene su propia estrella… y especial (P. 56).


P. 43

Al haber perdido 17 líneas de la página anterior, 42, y estar ésta en su comienzo muy mutilada, no es posible ofrecer un sentido exacto del texto hasta la línea 6 de la p. 43.

Ha venido a regar el paraíso (parádeisos)de Dios y la raza
que permanecerá
: Los espirituales, aun estando todavía en este mundo, pueden compararse al paraíso: gracias a que poseen espíritu y a la recepción de la revelación divina, su estado es lo más parecido posible al momento original de la raza humana, cuando aún no existía el pecado de Adán. El "riego" es la doctrina gnóstica.

por la eternidad: promesa del Revelador de un estado futuro feliz y eterno para los que reciban la gnosis reveladora.

La raza que permanecerá: Se trata evidentemente de los gnósticos, la “otra generación/raza” (que ha aparecido varias veces en las pp. 35, 36 y 37 del EvJud), diferente de los psíquicos y carnales por su disposición natural –ya que son espirituales- para recibir la revelación del Salvador. Dijimos en el comentario a la p. 35 que “el gnóstico es una raza aparte, generación autónoma y ‘sin rey’, es decir, no sometida a nadie (Sabiduría de Jesucristo 99,20); esta ‘raza’ aparte, espiritual, no controlada por el Demiurgo y sus ángeles (así en p. 54), recibe de Jesús los misterios del Reino”. Esta “raza” es la única que se salvará plenamente.

Otra conversación con Judas sobre la suerte final de los seres humanos

Esta generación: Jesús pregunta por los frutos que cada generación cosechará después de la muerte de cada uno, o bien tras el Juicio final. La afirmación general es que el hálito vital (“alma”) de las generaciones de los hílicos/materiales, morirá también cuando el cuerpo de cada uno de los individuos perezca.

Unas líneas más abajo la idea se repite: el “las demás generaciones de hombres” perecerán porque no han producido frutos espirituales. Es imposible recolectar una buena cosecha si la semilla cae sobre la roca [p. 44].

Pero el destino de la raza de los espirituales es diferente: “cuando cumplan el tiempo del reino” (en esta vida; el reino se refiere probablemente al dominio del Arconte sobre este mundo), sus cuerpos perecerán, porque la materia no puede tener participación en el cielo o reino del Pleroma. Pero sus almas, y su espíritu, serán asuntos al ámbito superior celeste. Alma está aquí, como a veces en los gnósticos en general, por “alma y espíritu”.

Parece muy general la preocupación de los gnósticos sobre el destino final de los seres humanos. Contrástese el Evangelio de Judas con un texto análogo del Apócrifo de Juan:

“Entonces dije al Salvador: "Señor, ¿se salvarán todas las almas y entrarán en la pura luz?".

Él respondió diciendo: Muy importantes son las cosas que has alcanzado con tu pensamiento, y difíciles de explicar a otros, a no ser los que pertenecen a la raza inconmovible, los que recibirán el espíritu de vida que vendrá con poder, los que se salvarán. Ellos serán perfectos y dignos de la grandeza, y en aquel lugar serán purificados de toda maldad y de las apetencias de perversidad, pues no tendrán otra preocupación más que la incorruptibilidad, en la cual meditarán continuamente desde ahora sin ira, sin envidia y sin celos, sin apetencia y sin insatisfacción respecto a todo. No serán afectados por nada, a no ser en relación únicamente con la sustancia de la carne que han asumido. En el entretanto, estarán expectantes respecto al tiempo en que tendrá lugar la visita de los que tienen que recibirlos. Ésta es la manera de ser de los dignos de la vida incorruptible y eterna y de la vocación, los que tienen paciencia y lo soportan todo a fin de perfeccionarse en el bien y heredar la vida eterna.

Yo le dije: "Señor, las almas que no han obrado estas cosas y que sin embargo han recibido la potencia del Espíritu de vida ¿serán rechazadas?"

Él respondió y dijo: Si el Espíritu desciende sobre ellas, se salvarán de todas maneras y seguirán adelante. Pues la potencia desciende sobre todo hombre, y sin ella nadie puede mantenerse erguido. Después de su nacimiento, el Espíritu de vida crece y viene la fuerza que robustece aquel alma, y ya no puede extraviarse en las obras de la perversidad. En cambio, las que han recibido el espíritu contrahecho son atraídas por él y se extravían.

Yo dije: "Señor, ¿a dónde van las almas cuando abandonan la carne?".

Él me dijo sonriendo: El alma en la que la potencia predomina sobre el espíritu contrahecho es fuerte y huye de la perversidad, y gracias a la vigilancia del Incorruptible se salva y es recibida en el reposo de los eones.

Yo dije: "Señor, aquellos que no supieron a quién pertenecen, ¿adonde irán sus almas?"

Y él me dijo: En éstas se ha robustecido el espíritu contrahecho a causa de su error. Él abruma al alma y la arrastra hacia las obras de la perversidad, arrojándola al olvido. Después de su partida es entregada a las potestades que procedieron del arconte y entonces la atan con cadenas, la precipitan en la cárcel y deambulan con ella hasta que despierta del olvido y recibe el conocimiento. Cuando todo esto se ha cumplido, se salva….

Y yo dije: "Señor, aquéllas almas que han tenido conocimiento y luego se han desviado, ¿a dónde irán?"

Él entonces me dijo: Al lugar adonde irán los ángeles de la indigencia, allí serán recibidas, un lugar donde no cabe ya arrepentimiento y en el que serán custodiadas hasta el día en qué sean torturados los que hayan blasfemado contra el Espíritu, quienes serán castigados con una pena eterna” (BNH I 254-255).


P. 44

Sembrar sobre una piedra: alusión a la parábola del sembrador: Mt 13,1-9 / Mc 4,1-9 / Lc 8,4-8 con un sesgo irónico: por mucho que se predique el conocimiento a los que no tienen la disposición requerida, es decir, no son ni potencialmente espirituales, es como lanzar la semilla no a la tierra fértil, sino a la roca. Pero el destino de la raza de los espirituales es diferente: “cuando hayan completado el tiempo del reino de Dios” (en esta vida), sus cuerpos perecerán, porque la materia no puede tener participación en el cielo o reino del Pleroma. Pero sus almas, y su espíritu, serán transportados al ámbito superior celeste.

La generación/raza manchada/corrupta: otra denominación de los seres humanos no capaces de recibir la gnosis. En los Hechos apócrifos de Juan 98,1 el Salvador/Revelador, Jesús, informa al discípulo amado Juan que esta generación constituye una gran muchedumbre “sin forma”. Es la “naturaleza de aquí abajo”, constituida por impíos, no gnósticos, hombres terrenos.

Sabiduría corruptible: se refiere a la Sabiduría inferior, cuya “pasión” divina y “pecaminosa” a la vez da origen a la materia, el universo todo corruptible (Véase la introducción a la gnosis que hemos presentado al principio de esta miniserie).

Compárese con un texto de la Hipóstasis de los arcontes, de Nag Hammadi, de la rama setiana del gnosticismo, que habla de la generación de la materia corruptible por Sabiduría:

“(Se debe saber) que hay un velo entre las realidades superiores y las entidades (eones) de la parte inferior, y que una sombra vino a existir más abajo del velo, y esta sombra pasó a ser materia, una especie de aborto (de Sabiduría), que recibió figura a partir de la sombra” (94,1-15; BNH I 384).


“Esta sombra” es la materia primera, aún puramente inteligible, sin forma alguna, creada por la “pasión” o “lapso” de Sabiduría. Posteriormente el Demiurgo –un hijo también del eón Sabiduría- la moldeará, le dará forma fijándose en las formas celestes, creará el universo tal como lo vemos y la parte material del ser humano.

Generación santa: la de los espirituales cuyas “almas” (probablemente por “espíritu”) van/ascienden a los “reinos eternales”. El Evangelio de Judas promete el cielo a los espirituales, es decir, “ascenderán a los eones que están en lo alto”. Los ángeles serán testigos de este hecho.

Una vez reveladas estas ideas, Jesús se retira por el momento.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
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