Texto y explicación del Evangelio de Judas (VIII)


Texto:

Visión de Judas de la gran casa: el mundo divino superior

Judas dijo: “Maestro,
de la manera en que les has escuchado a todos,
escúchame ahora a mí, pues he visto
una gran visión (hóroma)”. Jesús,
al oírle, rió y le dijo:
20 “¿Por qué te esfuerzas (gymnázein)
tanto, tú, espíritu décimo tercero?
Habla pues, que yo te escucho”.
Y dijo Judas:
“Me he visto en la visión
en la que los doce discípulos me apedreaban

P.45

Y también
me perseguían [ ]
y entonces llegué a un lugar [ ] tras de ti.
Vi [una casa] y mis ojos no podían [abarcar]
su tamaño. Unos hombres grandes la rodeaban,
y aquella casa tenía un tejado de follaje verde.
En medio de la casa una multitud [faltan 2 lín.]

10 [Yo dije]:
‘Maestro, llévame dentro con estos hombres’.
Jesús contestó diciendo:
“Tu estrella te ha engañado,
Judas. Y continuó:
Ningún hombre nacido
mortal puede entrar
en la casa que has visto, pues aquel lugar (tópos)
está reservado
para los que son santos.

20 Es un lugar en el que ni el sol
ni la luna podrán reinar, ni el día,
sino que ahí habitarán siempre (los santos), en el eón
con los ángeles santos. Y he aquí
que te he contado los misterios
del Reino.

P.46

Y te he enseñado el error
de las estrellas.
Y [ ] enviar
[ ] sobre los doce eones.

El destino de Judas

Dijo Judas: “Maestro,
¿acaso mi semilla (spérma) está
dominada (hypotásso) por los arcontes?”.
Jesús le contestó diciéndole:
“Ven, que [ ] a ti [falta 1 lín.]
11 pero que tú sufrirás mucho al ver el reino y su generación entera”.
Cuando escuchó esto, Judas le dijo: “¿Qué tiene de bueno que yo lo haya recibido? Pues tú me has apartado de aquella generación”.
Jesús le contestó
diciendo, “Tú serás

20 el número trece,
y serás maldecido
por las demás generaciones,
pero terminarás por gobernarles, y en los últimos
días maldecirán
tu retorno a las alturas

P. 47

de la santa generación”.

Explicación:

Visión de Judas

Espíritu décimotercero: en todo el EvJd el número doce representa a los judíos o bien a los dirigentes de la Gran Iglesia y a los fieles cristianos “psíquicos”. Judas, como gnóstico/espiritual, tiene un espíritu superior al número doce.

Apedreando: el texto supone que los discípulos están absolutamente irritados contra Judas porque, envidiosos, tienen celos de que sea preferido por Jesús como receptor de revelaciones especiales. Si es éste el caso, ocurriría como en el Evangelio de María (Magdalena) donde Pedro se irrita sobremanera con ella porque el Salvador la ha considerado digna de recibir su revelación: “¿(El Salvador) ha hablado con una mujer sin que lo sepamos, y no manifiestamente, de modo que todos debamos volvernos y escucharla?” (17,19-22; BNH II 137).

P. 45

Lugar… [una casa]: se trata de una visión del “templo” celeste, de belleza e importancia inimaginables, en donde se congrega la muchedumbre de los salvados, los espirituales. Por eso Judas en su visión desea terminar esta vida y estar con esas gentes: “Maestro llévame con esa gente”.

Tu estrella te ha hecho errar: sentido astrológico fuerte, el ángel/estrella que es el custodio o influye en Judas se ha apresurado en hacerle desear lo que aún no es oportuno: para entrar en esa casa celestial, hay que ser “santo” completo, es decir haber sido despojado ya del cuerpo, cosa que aún no ha acontecido a Judas. Unas líneas más abajo dice Jesús a Judas: “Te he instruido acerca del error de las estrellas” [p. 46]. En este caso se trata de los ángeles/estrellas del Demiurgo/Yahvé, no de los ángeles del Salvador. Estas estrellas-guía conducen erróneamente a los humanos que se dejan llevar por ellas.

Ni sol ni luna: probablemente el autor tiene presente la descripción de la Jerusalén celeste o mesiánica del Apocalipsis de Juan, interpretada como un símbolo del paraíso del Pleroma: “La ciudad no necesita ni de sol ni de luna para que la alumbren, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero” (21,23).

Misterios del reino: El EvJud supone que Jesús nunca enseña la doctrina completa del Reino de Dios a las gentes normales, sino sólo a los elegidos. El Evangelio de Marcos lo indica con claridad, cuando presenta Jesús comentando en privado a sus discípulos la parábola del sembrador: “A vosotros os ha sido dado conocer los misterios del Reino de Dios, pero a los otros de fuera todo se les dice en parábolas para que mirando miren y no vean; oyendo oigan y no entiendan, no sean que se conviertan y sean perdonados” (4,10-12) . Es éste una expresión muy dura que justifica la pretensión de los gnósticos/espirituales de pertenecer a ese grupo de elegidos.

P. 46

Mi semilla/descendencia: Judas pregunta por sus sucesores los gnósticos cainitas que siguen su doctrina. La respuesta es negativa: puesto que son espirituales no estarán bajo el control de los arcontes del Demiurgo.

Te apenarás… aparte: el espiritual siente pena al ver el “reino (de este mundo) y toda su generación”, es decir, el ámbito de los seres hílicos/materiales. Por ello se afirma a continuación que el espiritual se aparta, y es apartado por Jesús/Revelador, de esta generación. Indica, por tanto, el deseo de separación del mundo presente por parte del gnóstico.

Serás el décimotercero… [generación]: Parafraseamos: no pertenecerás a los “Doce”, es decir, a los “judíos” (increyentes) o los “psíquicos” (creyentes a medias). Las siguientes generaciones te maldecirán por haberme “entregado”, pues no conocen la verdad de esta entrega, como se dirá luego. Pero al final, “reinarás”/los vencerás, y se morirán de envidia, maldiciéndote porque asciendes a la generación santa de los inmortales, es decir, eres el único que se salva.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
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