El Demiurgo y la creación del universo. Explicación del Evangelio de Judas (XI)


Texto:

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1
Después de estas cosas dijo [ ]
‘Háganse los doce
ángeles para reinar
sobre el caos (kháos)y el infierno’.
Y he aquí que se reveló en
la nube un ángel

10 cuya cara resplandecía como fuego
y su figura estaba manchada de sangre.
Su nombre era
Nebro, que se traduce
como ‘apóstata’(apostátes).
Otros le llamaban Yaldabaot.
Y otro ángel salió de
la nube, llamado Saclas. Nebro
entonces creó seis ángeles
y Saclas también, como auxiliares.

20 Y estos engendraron doce
ángeles en los cielos.
Y recibió cada uno una parte (méros)
de los cielos. Y dijeron
los doce arcontes
a los doce ángeles,
‘que cada uno de vosotros

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1 [ ] y que ellos
[ ] generación
[ 1 lin. ]
[ ] ángeles. El primero
es Set, que se llama
Cristo(khristós). El segundo
es Harmatot, es decir
[ ]. El tercero
es Galila. El cuarto
es Yobel. El quinto
es Adoneo. Estos
son los cinco que reinan en el
infierno y primero sobre
el caos. Entonces dijo
Saclas a sus ángeles,

Creación del primer hombre

‘Creemos un hombre
a su imagen (eikón)y semejanza’
y plasmaron (plásso)a Adán
y a su mujer, Eva, que
en la nube se llama
Zoé (“Vida”). Pues en este
nombre todas las generaciones
lo buscan. Y cada una de
ellas la llama
por estos nombres. Entonces Saclas no

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1 ordenó [ ]
sino que [ ]
las generaciones [ ]
esta [ ]
Y le dijo el Arconte,
‘Tu vida será
larga con tus hijos’”.

Explicación:

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Creación del Demiurgo:

Véase lo que dijimos en la Introducción a las ideas más sobresalientes de la gnosis sobre la creación del Demiurgo por parte de Sabiduría. Como en realidad es el Demiurgo una criatura divina, su misión es, por un lado dejar claro que el universo procede de Dios. Por otro, indicar que la divinidad no lo crea directamente, sino por medio de Sabiduría, aunque tampoco ésta de modo directo, sino a través de su “hijo”. El universo está dos escalones, o dos grados, del ser alejado de la divinidad.

En el Evangelio de Judas, como en los demás textos setianos, el Demiurgo es Yahvé, el Dios secundario del Antiguo Testamento, denominado también Yaldabaot en otros textos barbelognósticos, como veremos en seguida. Es el que controla el cosmos, es decir la perdición/la materia [p. 50]. Es el creador de la parte corporal del hombre y de su alma psíquica [pp. 52/53]. El Demiurgo –en contra de otros escritos gnósticos que son más benignos— será destruido al final [p. 57].

Infierno:

Es decir, las partes inferiores de la tierra, en donde se imaginará que más tarde estarán los muertos viviendo una semivida de sombras. Es el Hades griego, todavía sin las mismas connotaciones que tendrá el infierno cristiano. En copto se designa como Amente

Doce ángeles:

El Demiurgo engendra o produce sus auxiliares para la obra de la crea¬ción. Estos auxiliares, o arcontes inferiores, son los que crean el Zodíaco, las doce constelaciones del universo completo, junto con los planetas, el dominio total del Demiurgo. Luego una vez creado todo, los arcontes o bien se confunden con los astros mismos, o bien se piensa que habitan en ellos como sus gobernantes.

Esta creación trata de explicar por qué existe el mundo de las “estrellas fijas” y los planetas, por tanto responde a dos modelos: el planetario y el zodiacal. “El modelo planetario puro consta de siete arcontes, uno para cada uno de los círculos planetarios: ‘El arconte discurrió crear hijos para sí, y se creó siete hijos, que eran andróginos como su padre. Y dijo a sus hijos: ‘Yo soy el dios del todo’” (Hipóstasis de los arcontes 95,2 6; BNH I 385).

El cotejo con las demás tradiciones gnósticas indica que el Demiurgo es el primero de los siete, no un arconte distinto. En este sentido se le denomina Hebdómada, con clara alusión a la narración genesíaca. El modelo zodiacal puro, que consta de doce miembros, se halla en el Evangelio de los egipcios (IV 57,20ss). El modelo mixto, zodiacal y planetario, se halla en el Apócrifo de Juan (10,25 y 12,25) y en el Origen del mundo (101,10 y 104,20). El modelo mixto no tiene claro si el zodíaco no es más que una división de uno de los círculos planetarios, el del sol, o forma una entidad propia y separada en el cielo. Estas confusiones obedecen al hecho de que la fuente de nuestros autores no es la astronomía, sino la magia astrológica muy popular e imprecisa (BNH I 67-68).

Caos y mundo subterráneo:

Caracterización despectiva del universo, sin considerar que cosmos en griego significa “orden” y “armonía”.

Nebro:

Es otro nombre del Demiurgo, para algunos gnósticos asimilado al Maligno o Diablo. Es una deformación de Nebruel o Nembrod/Nemrod de Gén 10,8-12: “Cus engendró a Nemrod, que fue el primero que se hizo prepotente en la tierra. Fue un bravo cazador delante de Yahvé, por lo cual se suele decir: ‘Bravo cazador delante de Yahvé, como Nemrod’”.

Detrás de esta noticia de la Biblia hay, según opinión unánime de los estudiosos, un mito mesopotámico de un personaje que fue el fundador de un imperio y un cazador esplendoroso. Lo curioso del caso gnóstico es la tremenda inversión del texto bíblico hasta hacer del personaje una denominación semiinsultante del Demiurgo/Yahvé, “apóstata” respecto al Dios Trascendente. Para otros casos de inversión del texto de la Biblia el lector puede consultar el vol. I, “Introducción General”, de la Biblioteca de Nag Hammadi, sección IX, “Biblia y Gnosis”. Sección A. La utilización de la Biblia en los escritos de Nag Hammadi, pp. 106-107.

Yaldabaot:

Denominación del Demiurgo, como antes dijimos. Los gnósticos no sabían en realidad qué significaba con exactitud. El tratado Origen del mundo ofrece una etimología fantasiosa: “Pistis Sofía deseó que aquel ser carente de espíritu se configurara como una semejanza y que señoreara sobre la materia y todas sus potencias. Acto seguido se manifestó en primer lugar un arconte salido de las aguas, parecido a un león y andrógino, poseedor de un gran poder, pero ignorante de dónde procedió. Cuando Pistis Sofía lo vio en el fondo de las aguas, moviéndose, le dijo: ‘Muchacho, atraviesa (diaperân) hasta aquí’; ésta es la interpretación de Yaldabaot. Desde este día se manifestó el principio del lenguaje, que alcanzó a los dioses, a los ángeles y a los hombres. Y lo que comenzó a existir por medio de la palabra lo completaron los dioses y los ángeles y los hombres. El arconte Yaldabaot, ignorante como era de la potencia de Pistis, no vio su rostro, pero sí que vio en el agua la semejanza, que habló con él. Y a causa de esta voz se denominó a sí mismo Yaldaot (Yaldabaot). Sin embargo, los perfectos lo llaman Ariel, porque era semejante a un león. Una vez hubo éste adquirido potestad sobre la materia, Pistis Sofía se remontó a su luz” (110,1-30; BNH I 397). Es el Dios del Antiguo Testamento y su potencia es heredada de su madre, Sabiduría (Apócrifo de Juan, 12,1ss 13,5), pero la pierde espiritual al insuflar el espíritu sobre Adán: Apócrifo de Juan 19,15ss.

Saclas:

En el Evangelio de Judas, Saclas no es el Demiurgom, sino un ángel ayudante de Yaldabaot. En los textos setianos por lo general Saclas y Yaldabaot son una misma entidad y meras designaciones de Yahvé.

Saclas significa “loco” o “necio”. Véase Hipóstasis de los arcontes 95,5-10: “El Arconte discurrió crear hijos para sí… y dijo a sus hijos: ‘Yo soy el Dios de todo’. Entonces Zoé, la hija de Sofía Pistis clamó y le dijo: ‘Te has equivocado, Saclas’, cuya interpretación es Yaldabaot” (BNH I 385). El Demiurgo es necio porque se cree el Dios trascendente y se proclama Dios único: Yahvé, el Dios del Antiguo Testamento. No cae en la cuenta que no es más que un mero artesano (en griego, demiourgós) en manos de Sabiduría y que por encima de ella está el Gran Espíritu Invisible. El Evangelio de los egipcios precisa: el Demiurgo era un Dios celoso y pensaba que fuera de él ningún Dios existía “porque creía en esa realidad” (58,20; BNH II 117).

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Doce ángeles en los cielos:

Del mismo modo que el Autoengendrado tiene sus ángeles [p. 47], así tiene los suyos el Demiurgo. En la lista que sigue tanto Yobel como Galila están representados en los textos de Nag Hammadi; Harmatot no aparece con esta forma sino como Harmas. Los tres ángeles son arcontes planetarios, espíritus zodiacales, y otros textos confirman que pertenecen al Demiurgo (el Evangelio de los egipcios en 58,9ss los nombra juntos (BNH II 117. Por eso extraña la aparición de Set (que es Cristo: p. 52) como ángel zodiacal. El mismo Evangelio de los egipcios afirma que “Set es el incorruptible, el grande, hijo del hombre incorruptible, Adamás” (51,20; BNH II 114). Por tanto o bien es un error de transmisión o el autor se refiere sólo a la parte carnal de Set/Cristo (e impropiamente en este lugar), que sí procede del Demiurgo. Adoneo es también un ángel zodiacal en el Evangelio de los egipcios.

El primero es Set, que se llama Cristo:

Para la historia de Set en la Biblia, véase Gén 4,25ss. Ya hemos dicho repetidas veces que Set se “encarna” en Cristo, y la identificación de los dos personajes es esencial para la teología setiana (véase Evangelio de los egipcios 64,2 = BNH II 120-121: Set se reviste de Jesús; Apócrifo de Juan 24,30: “Adán engendró la semejanza del Hijo del hombre y le impuso el nombre de Set”: BNH I 253). Es sumamente extraña –y en nuestra opinión casi inexplicable- la aparición de Set/Cristo en est lugar, entre ángeles del Demiurgo que reinan en el infierno y el caos. Es bien posible una interpolación o un error del copista, aunque el quinto de la lista, Adoneo, aparece en el Segundo Tratado del Gran Set 52,25 y 55,1 como creador u origen del cuerpo material-psíquico de Jesús (BNH III 175 y notas 9 y 10).

Creemos:

La creación del ser humano por Saclas, ayudante del Demiurgo, y sus ángeles es un tema común. Ya hemos visto antes esta cuestión en la explicación a la p. 49 del manuscrito. Todos juntos, ángeles y Demiurgo, forman al primer ser humano, Adán, a semejanza del Dios supremo, y a imagen del dios secundario, o Demiurgo. Miran hacia arriba, ven reflejado como en un espejo la forma ideal de hombre (el eón Adamás, antes mencionado) y lo copian. Un texto clave para la insuflación del Demiurgo en Adán, con lo que el Creador pierde el espíritu es Apócrifo de Juan 19,20ss = BNH I 249: ignorante… al soplar… la potencia (el espíritu) de la Madre (Sabiduría) salió de Yaltabaot…

Zoé:

Hay aquí por parte del autor del Evangelio de Judas una asimilación de Eva con la Sabiduría superior, que está “en la nube” (Sabiduría a veces denominada Zoé/Sofía), que engaña al Demiurgo (véase Introducción): es la Eva instructora de Adán en el Paraíso. Por ello se la asimila también a la Serpiente/Sabiduría: Origen del mundo 114,1.

Pues en este nombre todas las generaciones lo/la buscan y cada una de ellas la llama por este nombre:

Frase enigmática. Sospechamos un error en el manuscrito (en vez de “lo” léase “la”). El sentido, entonces, podría ser simplemente una paráfrasis del Génesis por parte del autor : Eva es la madre de todos los mortales. Todas las mujeres llevan el mismo nombre, es decir, están destinadas a la generación de hombres corruptibles: “Multiplicaré los trabajos de tus embarazos…”: Gn 3,16

Si se admite el masculino en la primera frase (“lo”) el sentido podría ser que Eva es el paradigma de la mujer que busca al hombre, a lo masculino: “Buscarás con ardor a tu marido”: Gn 3,16.

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Tu vida será larga:

Según Gn 5,5, novecientos treinta años. Pero tan larga duración ocurre sólo antes del Diluvio.

Saludos cordiales, Antonio Piñero.
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