"El cristianismo desvelado"


“Más allá de la condición personal de creyente o no, lo cierto es que compartimos una sociedad indudablemente cristiana, impregnada de los valores, los principios, los comportamientos, los símbolos y hasta la iconografía correspondiente a la doctrina que predicó hace dos mil años en una región insignificante del mundo llamada Galilea un carpintero de nombre Jesús de Nazaret. Siendo esto así, ¿qué es lo que realmente sabemos sobre las circunstancias, la expansión y las consecuencias de sus enseñanzas? Y sobre todo, ¿qué sabemos sobre el modo en que todo ello ha ido evolucionando a lo largo de la historia?”

El cristianismo desvelado. Respuestas a 103 preguntas más frecuentes sobre el cristianismo. EDAF, Madrid, 207, 642 pp. ISBN978-84-414-1938-4



Con las palabras arriba transcritas comienza la sinopsis que en su contracubierta hace Luis Antequera de su libro “El cristianismo desvelado”, sinopsis en la que nos desvela él mismo, los que constituyen los propósitos que le animaron a escribir un libro de más de seiscientas páginas, que creo puede ser interesante para quien desea poseer, como una suerte de enciclopedia que le ofrezca pronta respuesta a las preguntas que el autor cree más acuciantes en torno al cristianismo.

El autor se formula 103 preguntas que, a su vez, se descomponen en diversas cuestiones o subpreguntas –señalaré algunas de ellas para dar a entender el contenido aparoximado de cada sección-, y que están agrupadas en los capítulos siguientes:

1. Los precedentes del cristianismo (¿Qué es el Antiguo Testamento? ¿Por qué la circuncisión? ¿Cuál es la historia de los 10 mandamientos? ¿Qué es la Biblia de los LXX?).

2. Las fuentes para conocer el cristianismo (fuentes cristianas y no cristianas sobre Jesús; La fuente “Q”; los apócrifos).

3. El entorno de Jesús (político, económico social; ¿cómo caracterizar los grupos o sectas en tiempos de Jesús?).

4. El personaje (cuando nació Jesús; vida oculta; formación; lenguas que hablaba; milagros).

5. Los allegados de Jesús (¿Qué sabemos de María, hermanos, esposa de Jesús si la tuvo, apóstoles; Pablo? ¿Quién fue Judas?).

6. La Pasión de Jesús (¿Por qué fue crucificado? Desarrollo del proceso; ¿resurrección?).

7. La Iglesia (¿Cómo se produce la ruptura del cristianismo con el judaísmo? Formadores del cristianismo ; qué es el gnosticismo; cisma ortodoxo; la reforma protestante).

8. El papado (¿Fue san Pedro el primer papa?, ¿cómo se alcanzó la primacía de Roma sobre las demás iglesias?; qué significa ser un cardenal en la Iglesia. ¿qué son los concilios? ¿Es lo mismo que un cónclave?).

9. Algunos aspectos del dogma (¿Cómo define la Iglesia la naturaleza de Jesús?; doctrina sobre el Espíritu Santo; pecado original; ángeles y demonios).

10. La Virgen María (¿Cómo se forma el culto a la Virgen?; lo que puede saberse sobre la virginidad; qué es la inmaculada concepción).

11. La vida eterna (¿qué es el alma? ¿en qué consiste la resurrección; cómo es el más allá).

12. Algunos aspectos del culto (¿En qué consiste el culto a los santos?; qué es la iconoclastia; de dónde procede la misa).

13. Los sacramentos (¿De dónde procede la confirmación? ¿Es el matrimonio un sacramento? ¿por qué la unción de los enfermos).

Como puede verse por este breve sumario, las cuestiones son en verdad interesantes. El autor –cuya formación universitaria ha transitado por los ámbitos del derecho y de la economía- procede a contestarlas A) desde coordenadas y con planteamientos puramente históricos, esto es, de ninguna manera, teológicos o religiosos, algo en lo que hace hincapié a lo largo de toda su obra. B) con la atención puesta no sólo en los creyentes sino también en las de las personas culturalmente cristianas, quizá no creyentes, pero que comparten con el autor una inquietud de tipo histórico, y C) con un estilo y de una manera en los que prevalece el afán de claridad y el de no zaherir las convicciones de nadie.

De acuerdo con esa triple intención, se manifiesta con claridad que Luis Antequera, cuando “desvela” a su manera el cristianismo, intenta en la medida en que es capaz de ello no extraer conclusiones definitivas, sino especialmente aportar los elementos y las fuentes que permitan a todos los que se interesan por el hecho cristiano emprender una indagación por sí mismos y obtener sus propias conclusiones.

Como no podía ser menos, se trasluce en esta obra la formación de su autor en la que se reconocen claramente los elementos cristianos: estas preguntas se las ha hecho él mismo y se las hace sobre todo quien esté inmerso en un mundo culturalmente cristiano. Su preocupación por “desvelar” ha llevado a Luis Antequera a presentar al lector potencial una perspectiva “evolucionista”, a saber este lector quedará persuadido de cómo el devenir de la historia ha ido afectando, conformando y hasta transformando los dogmas, los ritos, los mitos, las tradiciones, los comportamientos más importantes de la doctrina cristiana convertida en una religión bien estructurada a lo largo de dos mil años de historia.

La intención es evidentemente divulgativa y el lenguaje empleado es claro y asequible a un amplio espectro de lectores, sin intentar entrar en honduras ni de tipo piadoso ni, por supuesto y aún menos, teológico, de las que deliberadamente huye.

Naturalmente, a pesar del notable número de páginas - más de seiscientas- y del considerable monto de preguntas, los lectores echarán de menos algunas cuestiones y planteamientos. Esto es absolutamente inevitable y no es demérito de la obra. Quien esto es escribe disiente de algunas perspectivas y de algunas respuestas que se exponen en la obra (por ejemplo: faltan interrogantes sobre temas claves de las doctrinas de Jesús; o parece ingenuo preguntarse sin más si en el cristianismo es pecado el sexo, o el modo cómo se trata la resurrección de Jesús, tema que no pertenece en absoluto a la historia, ni se puede considerar que los “Hechos de Juan” fueron descubiertos en Nag Hammadi…).

Pero disensiones aparte, me parece que la idea del libro es muy buena y que el esfuerzo de ofrecer respuestas a cuestiones tan diversas en un solo volumen y manejable es digna de loa, sobre todo viniendo de quien no pertenece al ámbito eclesiástico.

Saludos cordiales, Antonio Piñero.
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