La Cábala (VI). La Cábala “clásica”


Después del Séfer Yeziráh surge lo que más tarde será la primera cábala “clásica”. Ésta nace en Alemania a mediados del siglo XII. Su primer representante es Judá el piadoso, pero es más conocido su discípulo, Eleazar de Worms. Medio siglo después su último representante es el español Abrahán Abulafia.

Una generación más tarde surge lo que será ya la cábala casi definitiva, tanto en la Provenza como en el norte de España, en concreto en Gerona. Quizás el cabalista más conocido en esta primera época sea Nahmánides. La escuela a la que pertenece, altamente especulativa, es la que produce el libro básico de la cábala llamado Zohar o la “Antorcha”.

Zohar es una compilación muy amplia de todo el saber cabalístico anterior y probablemente es obra del rabino hispano Moisés de León. Precedentes del Zohar –del que ofreceremos las líneas principales de su doctrina— son el libro o Tratado de las emanaciones, Masseket Azilut, y el Bahir, o “Brillo”, compuesto por Rabí Isaac el ciego, que continúan el Séfer Yeziráh refinando las teorías sobre los sefirot y las emanaciones divinas.

Naturalmente la historia del desarrollo de la cábala sigue en siglos posteriores, hasta haber incluso una cábala cristiana (Pico de Mirándola y Hans Joachim Reuchlin), pero su interés es más para los especialistas, por lo que debemos concentrarnos en el libro fundamental, el Zohar y en el desarrollo o comentario que de él ofrecen Isaac Luria (1533-1772) y Moisés Cordovero (un poco posterior).

Durante siglos y hasta hoy, el Zohar es considerado la cábala por antonomasia, aunque en realidad este libro es –como dijimos- la unión y compilación de movimientos anteriores. La autoridad del libro fue tan grande en seguida que en el siglo XV Shem Tob ben Josef ibn Shem Tob (muerto en 1430) se atrevió a atacar nada menos que la autoridad del filósofo racionalista Maimónides, “Rambán”, “el grande entre los grandes”, apoyándose en la autoridad del Zohar.

Desde que aparece y se difunde el Zohar, interpretado sobre todo por Luria y Cordovero, cuando se habla de Cábala se piensa ya en la cábala especulativa. Las líneas generales de la doctrina cabalística son las siguientes:

1. Dios: El punto de partida es la “definición” del ser primero como En Sof = “Sin Límite”. Dios es infinito, supratrascendente, ilimitado, sin posibilidad de que se le prediquen atributos, etc., Sólo se puede hablar de él de forma negativa, lo que se denomina teología negativa. Se puede saber lo que no es, pero no lo que es. Así se puede decir que es “Inefable”, “Incognoscible”, “Indefinible”, etc., pero nada más

2. Creación. Es ésta una cuestión difícil a la que la Cábala dedica muchas energías. Si Dios es el absoluto, nada puede existir fuera de él. Dios es además autosuficiente. ¿Cómo se explica la existencia del universo? No puede haber preexistido como verdadera sustancia independiente de la divinidad –una materia eterna como enseñaron los griegos- porque nada existe fuera de Dios. Si fuera preexistente, subsistente y eterno habría que pensar que existen dos dioses o dos poderes divinos independientes; loa cual no puede pensarse a partir de lo postulado en el número 1.

Pero si el universo surge en el tiempo, tiene que proceder de Dios, lo supone un cambio en la divinidad, lo cual es también impensable, ya que Dios es por esencia inmutable. Además, si Dios es simple, e incorpóreo, ¿cómo surge de él lo corpóreo, la materia? Otros problemas conexos que se plantea la Cábala son cómo explicar la providencia divina, lo que implica que un ser espiritual ha de ocuparse de algún modo de lo no espiritual. Y, por último, el problema quizá más espinoso de todos: la existencia del mal en el mundo. Trataremos de estos puntos a lo largo de la exposición del pensamiento del Zohar.

Para solucionar estas aporías o dificultades, la Cábala procede pocos a poco, por pasos diversos. Supone en primer lugar que Dios pensador y el objeto por Él pensado son la misma cosa. No valen analogías con el pensamiento humano. Hay una diferencia esencial entre cómo piensa Dios y cómo piensa el hombre. En el hombre el pensamiento es una pura abstracción que no tiene consistencia alguna fuera de su mente; en Dios por el contrario el pensamiento asume al instante una existencia espiritual y concreta, puesto que como se ha dicho no hay diferencia en Dios entre el pensante y lo pensado.

Este Pensamiento o Sustancia es el producto primero de la Causa primera. Todavía no hay “producción” de algo exterior, como es el universo. Se trata de la Sabiduría divina, idéntica a Dios, pues es su Pensamiento. La Sabiduría / Pensamiento es eterno. Puede considerarse que es inferior a Dios pero sólo en grado, no en tiempo. Junto con el Pensamiento Dios genera o constituye la Voluntad divina, que en realidad es lo mismo que su Sabiduría. Zohar, Wayehi I 246b lo expone así:

¡Ven y mira! El pensamiento es el comienzo de todo lo que existe, pero como tal está contenido dentro de sí mismo y es desconocido… El pensamiento real (divino) está relacionado con el En (= En Sof: “No límite” = Sin límite) y nunca se separa de él. Éste es el significado de las palabras (Zacarías 14,9) ‘Dios es uno y su Nombre es uno’.


La insistencia de la Cábala en la Voluntad unida al Pensamiento divinos indica que el mundo-universo es una creación no forzada, sino libre e intencionada de Dios. El objeto de esa Voluntad es el plan del universo, toda su entera existencia y su duración en el espacio y tiempo; es decir, cuando surge desde toda la eternidad la Voluntad divina, ya contiene en sí todo el plan del universo. Por tanto, como esa Voluntad es puro Pensamiento, eterno y consustancial, el En sof no sufre cambio ni mutación al crear al mundo; además la transición de la potencia al acto o realidad –lenguaje aristotélico- estaba ya contenida también en la Voluntad primera.

Además, al contener esta Voluntad todo el plan del universo, también va con ella la Providencia, que –por lo mismo— no supone tampoco mutación. Tampoco hay limitación del libre albedrío humano. La Sabiduría / Pensamiento / Voluntad que conlleva la Providencia -todo este conjunto es denominado también en la Cábala ‘Luz infinita’ o las ‘Tres luces’- conoce todas las posibilidades de desarrollo del universo. Por ejemplo, sabe qué va a escoger libremente el hombre entre todas las acciones posibles.

De todos modos la cuestión sigue sin resolverse plenamente: ¿cómo es posible que surjan seres compuestos y materiales de lo Simple e Inmaterial?

Sobre esto escribiremos mañana. Saludos cordiales, Antonio Piñero.
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