Jesús en el Talmud (III) Jesús mago y engañador


Jesús, de acuerdo con los textos mencionados hasta ahora, aparece expresamente designado en otros pasajes del Talmud como mamzer, es decir un bastardo adulterino; así, por ejemplo, en b. Joma 66d. Recordemos que un texto de la Misná (M. Yebamoth IV 13 = b Yeb. 49b), que citamos ayer, dice que así constaba en un libro de genealogías hallado en Jerusalén, y que el hecho lo confirmaba R. Jehoshúa (discípulo de R. Johanan ben Zakkai y por tanto poco posterior a Jesús).

Llama la atención que un pasaje del tratado b. Sanhedrín (107b) sitúa a Jesús en tiempos del rey asmoneo Alejandro Janneo (que reinó desde el 104 al 78 a. C.), es decir, cien años antes de cuando vivó realmente el Nazareno. Dice así el pasaje:

"Nuestros rabinos enseñan: Que la mano izquierda rechace y la derecha reciba, no como Eliseo que rechazó (a su siervo Gehazi) con ambas manos, o como R. Jehoshúa b. Perahjah, que rechazó a Jesús (el Nazareno) con ambas manos. Y ¿que ocurrió con éste?. Cuando el rey Janneo mató a nuestros rabinos, R. Jehoshúa y Jesús huyeron a Alejandría. [Pasado el tiempo volvieron, y ambos, maestro y discípulo reposaron en una taberna durante el viaje de regreso] 'Qué hermosa es esta taberna', dijo R. Jehoshúa. Pero Jesús [entendiendo tabernera en vez de taberna] respondió: 'Pero tiene ojos pequeños' El R. añadió: 'Malvado, ¿en esas cosas te ocupas?' Entonces lo excomulgó con gran aparato (liter. "convocando cuatrocientas trompetas"). Jesús se presentaba ante el R. muchas veces y le decía: 'Recíbeme'. Pero el R. no le hacía caso. Un día en el que éste estaba recitando la Shemá, se presentó ante él Jesús. Pensó entonces el R. recibirlo y le hizo un signo, pero Jesús pensó que lo había expulsado. Entonces se marchó, colgó una teja y la adoró (es decir, se hizo adepto de una religión falsa). El R. le dijo: 'Vuelve'. Jesús replicó: '[No puedo], porque esto es lo que he aprendido de ti: aquel que peca e incita a la multitud a pecar no tiene oportunidad de arrepentirse'. Y otro discípulo había dicho: 'Jesús Nazareno practicaba la magia, extravió y engañó a Israel'".


El error cronológico del texto que acabamos de leer no debe tenerse en cuenta, pero nos hace ponernos en guardia contra cualquier interpretación histórica que queramos obtener del Talmud respecto a Jesús: sus noticias son de segunda mano y poco fiables, a menudo recogidas de oídas en las disputas contra los cristianos.

Que Jesús fuera discípulo de algún rabino en Nazaret o en la vecina Séforis, es razonable, pues cuando fue adulto perteneció sin duda al grupo los fariseos, o al menos era “filofariseo” (no es momento ahora para discutir este tema), su conocimiento de la Ley era grande y tanto sus técnicas de discusión como su modo de argumentar eran propios de alguien que sabía perfectamente qué y cómo se discutía en las escuelas fariseas.

La acusación de magia (sobre la que volveremos más adelante en esta miniserie) es un topos común de la época. Los Hechos apócrifos de los apóstoles recogen la noticia de que en todas partes los paganos acusaban de magia a los apóstoles cuando éstos ejecutaban algún prodigio de curación. Acusar de esta guisa a alguien era un buen modo de ponerlo en un aprieto, pues la magia era teóricamente perseguida en el Imperio. Ahora bien, quizás esta acusación no recubra otra cosa en el Talmud que un reconocimiento indirecto de que Jesús era un exorcista y hacía milagros de curación. El pueblo podía llamar mago a cualquier curandero o exorcista de éxito y los talmudistas aplicaban esta etiqueta a un taumaturgo enemigo.

Otros textos insisten en la acusación expresa de magia (Tosefta Shabbat XI 15 y b. Shabbat 104b):

"Es tradición que R. Eliezer dijo a los sabios: '¿Acaso Ben Stada no trajo de Egipto conjuros [tatuados] en incisiones sobre su piel?' '¿Acaso no aprendió (toda su doctrina) sólo de esta manera?'".


La Tosefta es una colección independiente de La Misná –y hasta cierto punto su rival- que desarrolla una interpretación de la Ley en los puntos no contenidos en la Misná. Tosefta significa “adición” o “complemento”. Tenemos por tanto una obra complementaria a la Misná, en la idea de que esta última es como la obra de referencia por antonomasia.

Respecto al texto arriba traducido debemos observar que prescindamos aquí del hecho curioso –e inverosímil- de transportar los ensalmos en incisiones de la piel; el texto vuelve a confirmar la acusación de magia.

Más grave aún es el cargo genérico de que Jesús enseñaba al pueblo la idolatría, es decir, que extraviaba y seducía a Israel.. Éste parece ser el sentido real, según Herford, de la extraña acusación vertida sobre Jesús en b. Sanhedrin 103a; el texto del Salmo 91,10 ("A ti no ha de alcanzarte la desgracia, ni plaga alguna ha de acercarse a tu tienda") significa, según el rabino comentarista "no tengas un hijo o un discípulo que queme su comida en público como Jesús el Nazareno". Con la extraña expresión "Quemar, es decir, echar a perder la comida (espiritual) en público" se pretendía significar la propalación de falsas o heréticas doctrinas ante el pueblo.

He aquí el texto completo:

R. Hisda dijo que R. Jeremías bar Abba dijo: “A ti no ha de alcanzarte la desgracia, ni plaga alguna ha de acercarse a tu tienda. Otra explicación: “No ha de alcanzarte la desgracia” significa que los sueños perversos y malos pensamientos no te tentarán, y “ que ninguna desgracia caerá sobre tu casa” significa que no tendrá un hijo o discípulo que queme su comida en público como Jesús el Nazareno”.


Seguiremos mañana. Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Volver arriba